
Alejandro Agresti, con ojos de niño
De la mano de Valentín, su película autobiográfica, nuestro país intentará ganar un lugar en las nominaciones a los premios Oscar. A los 42 años, el director argentino evoca su infancia y golpea con fuerza las puertas de Hollywood, donde está a punto de dirigir a Sharon Stone
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No le cuesta hablar de sí mismo. Al contrario, hace alarde de sus logros y sus próximas conquistas, sin resultar pedante. La vehemencia que alimentó por años lo hizo cosechar enemigos, una relación de amor y odio con sus pares y, asimismo, le aseguró una carrera en permanente ascenso. La misma que hoy lo colocó en el lugar del director argentino que busca un espacio en las próximas nominaciones de los premios Oscar, con Valentín (en cartel), su film más personal.
"Tenemos muchas posibilidades -dice Agresti sin titubear-. La película gusta y además tenemos a Miramax detrás, una maquinaria que sabe cómo impulsarla." Con 42 años, el director de títulos como El amor es una mujer gorda y Buenos Aires viceversa mantiene una relación amorosa con Miramax, una de las productoras más importantes de la industria, que hoy distribuye Valentín y para la que realizará dos films: El perfume de los libros, un viejo proyecto suyo (para el protagónico resuenan los nombres de Dustin Hoffman, Michael Cane y Al Pacino) y Renato’s Luck, una adaptación de la novela de Jeff Shapiro. "No a cualquiera lo llaman para trabajar en Hollywood", dice entre risas.
¿El secreto de su éxito? Valentín, sin duda, la película que sedujo hasta a la mismísima Juliette Binoche: al verla, la actriz francesa se conmovió y elogió la sensibilidad del director. Protagonizada por Carmen Maura, Julieta Cardinali y Mex Urtizberea, el film fuertemente autobiográfico cuenta la historia de y desde Valentín (Rodrigo Noya), un nene de 9 años que vive con su abuela, sueña con ser astronauta en la Argentina de la década del 60 y lucha por tener una familia como la de cualquier otro chico.
Contada desde su costado más sensible ("es puro sentimiento"), Agresti se animó a interpretar a su abusivo padre. "Fue un juego terrible, pero todos sugirieron que lo hiciera." Lejos del sillón del psicoanalista, confiesa: "Hay partes que aún no puedo ver".
Antes de su vuelta a los Estados Unidos para ultimar los detalles de Renato’s Luck, donde dirigirá a Sharon Stone y a Alfred Molina, el director se da el gusto de volver a Mar de Ajó, donde actualmente rueda La vergüenza, con parte del equipo de Valentín. Para Agresti, "una despedida a todo trapo".
Para saber más
www.cinenacional.com
www.allocine.fr
www.miramax.com






