A poco de conocerse la noticia de la muerte de Ari Behn (47), ex marido de Marta Luisa de Noruega –se suicidó el día de Navidad–, los reyes Harald y Sonia hicieron público su dolor a través de un comunicado: "Con gran tristeza, la Reina y yo recibimos el mensaje del fallecimiento de Ari Behn. Ari fue una parte importante de nuestra familia durante muchos años, y tenemos recuerdos cálidos y afectuosos de él. Estamos agradecidos de haberlo conocido. Lamentamos que nuestras nietas hayan perdido a su amado padre". El príncipe heredero Haakon y la princesa Mette-Marit también se hicieron eco: "Ari fue un buen amigo, un querido miembro de la familia y un tío maravilloso, con quien compartimos muchos de los pequeños y grandes momentos de nuestra vida. Con gran tristeza recibimos el mensaje de su fallecimiento. A todos nos gustaba mucho Ari. Nuestros pensamientos están especialmente con Maud, Leah, Emma, la princesa Marta Luisa y la familia de Ari".
Aunque el escritor no pertenecía a la familia real desde 2016, cuando se separó de la princesa tras catorce años de matrimonio y tres hijas en común, los que un día fueron sus suegros quisieron destacar lo importante que fue para ellos. Una relación estrecha, especialmente con la Reina. Trond Norén, autor de seis libros sobre la Casa Real, le dijo al periódico noruego VG que el artista hablaba con relativa asiduidad del cariño que tenía hacia Sonia de Noruega. "Podía ser estricta con él y ponerlo en su lugar cuando fuera necesario, pero era obvio que tenían mucho de qué hablar. Probablemente por su interés común en asuntos como el arte", asegura el autor. Además de escritor, en los últimos tiempos Ari se había convertido en un cotizado pintor y consideraba a su suegra como una figura "inspiradora".
Al cierre de esta edición, no habían trascendido detalles de su muerte: ni el lugar donde pasó sus últimas horas ni el modo que decidió quitarse la vida.
AMOR REAL
La historia de Ari y Marta Luisa se remonta a 2000. Él era uno de los autores más famosos de Noruega tras la publicación de un libro Triste como un demonio, que vendió 100 mil ejemplares, mientras que ella era una princesa en busca de una vida idílica. Gracias al éxito de su obra, Behn viajó por el mundo y a su regreso conoció a la hija del rey Harald a través de su madre, Marianne Rafaela Solberg, profesora de fisioterapia, después de que ambas se hicieran íntimas amigas durante los cursos que la princesa tomó en la Universidad de Oslo.
Después de unos meses y tras convencer a los Reyes de su "sólido" noviazgo –ya entonces él era polémico–, se casaron en 2002 en la catedral Nidaros de Trondheim. La singular personalidad del novio preocupaba a los noruegos. Su boda sólo contó, inicialmente, con la aprobación de algunos sectores de la sociedad de su país.
UN AUTÉNTICO TRANSGRESOR
Alejado de los actos oficiales, el matrimonio se trasladó a Londres. Allí, Ari dio rienda suelta a su costado más bohemio y transgresor. Cierta vez se disfrazó de mendigo y, sentado en el suelo, pidió limosna. "Soy un pobre noruego, escritor (palabra tachada con una cruz en rojo), pintor. Por favor, ayúdame", decía el cartel. Quería llamar la atención para publicitar un nuevo vino. Y para ello también colocó a su lado una botella con una bandera de Noruega. En otra oportunidad, recorrió las calles de Barcelona vestido de mujer para promocionar un reality show; y se caracterizó como un cowboy para protagonizar un video de la banda Penthouse Playboys.
A medida que avanzaba su matrimonio pasó de ser una de las grandes promesas de la literatura noruega a probar suerte en infinidad de disciplinas, como el diseño de moda, la dirección de documentales, el canto y la pintura.
Siempre directo, en 2009 dio una entrevista en la que confesaba no ser un hombre feliz, y que tarde o temprano su mujer lo echaría de casa porque se había convertido en un hombre insoportable con frecuentes depresiones. "Mis hijas y mi mujer son lo mejor del mundo, pero reconozco que soy un compañero difícil. No se me dan bien las cosas prácticas y eso irrita a todos, incluido a mí mismo", redondeaba.
En mayo de 2014, Ari y Marta Luisa volvieron a Noruega y el 5 de agosto de 2016 la Casa Real noruega confirmó el divorcio. Durante una temporada encontró refugio en España, en Jerez de la Frontera. Pero no logró superar su separación y publicó Infierno, una novela en la que, a través de cincuenta de sus obras pictóricas acompañadas de textos cortos, contaba su vida al lado de la princesa.
Hasta el último día, la pareja mantuvo una excelente relación. De hecho, planeaban celebrar Navidad juntos…
LAS HORAS PREVIAS DE MARTA LUISA DE NORUEGA
El pasado miércoles 25, horas antes de conocerse la trágica noticia de la muerte del escritor Ari Behn, su ex mujer, Marta Luisa de Noruega (48), acompañó a sus padres, los reyes Harald V y Sonia, en el oficio religioso celebrado en la capilla Holmenkollen, situada en una zona montañosa a las afueras de Oslo. Lo hizo rodeada por sus tres hijas y, por primera vez, por su novio, el polémico chamán Durek Verrett (45).
La presencia de su amor en esta tradicional celebración fue leída como un guiño del Rey a la relación, que se hizo pública en la primavera europea y generó gran controversia. De hecho, la princesa casi pierde su título por usar su status real para promocionar una gira de conferencias con el chamán, aunque finalmente anunció que dejaría de publicitar sus actividades comerciales de esa manera. Tras el oficio religioso, estaba previsto que Marta Luisa celebrara la Navidad con sus hijas, su novio y su ex marido, tal como el propio Behn había contado semanas atrás en una entrevista. Al parecer, el escritor no sólo mantenía una muy buena relación con la madre de sus hijas, sino con su novio. Tan es así que semanas atrás el propio Verrett subió a su cuenta de Instagram una foto en la que se lo ve abrazado con Behn. "Te amo, hermano", escribió sobre la imagen.