Claves para encontrar el amor en internet

Hace no tanto tiempo, cuando dos personas se conocían y se gustaban había pausas en blanco y acciones directas. La vida sentimental, y sexual, cambió radicalmente desde el auge de internet y más aún con las redes sociales y la comunicación constante. Gosthear, stalkear, nunca pasar a lo analógico son algunos de los beneficios y déficits de la modernidad. Acá, el nihilismo encarnado, las relaciones por chat y una pasión astronómica.

WEB

Té de estrellas

Robin Myers es una poeta de Nueva York de 30 años que vive en México y le dedica mucho tiempo de su trabajo al crossover. Además de una obra propia interesante y potente, ha traducido a diversos autores latinoamericanos al inglés, entre otros los argentinos Ezequiel Zaidenwerg y Alejandro Crotto. Su “Poema de amor para Carl Sagan” es una de las preciosidades de su pluma prodigiosa. En Broken English, una página que llevan adelante tres artistas de internet mexicanos, hay una traducción del poema realizada por Isabel Zapata y montada astronómica y bellamente como obra que solo se puede ver online, que se ejecuta sola. Sobre un fondo espacial, un cursor escribe y borra los versos que se pueden leer. poemadeamor.brokenenglish.lol

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Honestidad brutal

Melissa Broder siempre tuvo problemas de ansiedad y depresión. En 2012, en medio de una gran crisis, comenzó, de forma anónima, una cuenta en la que publica minirráfagas emocionales, brutales y poéticas, íntimas y universales. Aunque nunca devela su edad, es la voz de una generación, la que vive online. “Todo lo que hice lo hice por vos, pero creo que estabas dormido” fueron los 140 caracteres que la lanzaron a la masividad en 2014 cuando la retuiteó Katy Perry. Ahora es una superestrella virtual que entristece a más de 500.000 seguidores, entre otros a Miley Cyrus y a Frances Bean Cobain. Además, publicó el libro de ensayos personales basados en su cuenta, prepara un piloto sobre su vida y trabaja para Lena Dunham en la revista Lenny Letter. @sosadtoday

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Ámame en cámara web

Tienen más de 18.000 seguidores y no siguen a nadie. En menos de 500 publicaciones se hicieron hit. “Fugaces declaraciones de amor y roturas de corazón cibernéticas”, dice la autodescripción de la cuenta Amor del 2000, y se queda corta. Sí, son capturas de pantalla de relaciones millennials que mandan de forma anónima sus seguidores, y que cura un colectivo misterioso –no, no develan quiénes son sus integrantes–, y las suben con epígrafes que completan, arengan, crean cierta mística descorazonada y adictiva. Algunas son monstruosamente cursis (“sos la razón por la cual se me acaba rápido la batería”), otras filosas (“mandame nudes, quiero ver si soy gay”) y varias hilarantes (“sos tan linda enojada”, “sis tin lindi inijidi”). Las hay con memes, de solo texto, por MP, Whatsapp, Messenger, pero todas son online y están atravesadas por la virtualidad, como una Cueva de Altamira de las relaciones humanas del siglo XXI. @amordel2000

TUMBLR

Cartas sin marcar

Emily Trunko tiene 17 años y vive en un pequeño pueblo de Ohio. A los 11 comenzó un blog de reseñas de libros y a los 15 Dear My blank, un proyecto online en el que compila cartas secretas nunca enviadas. Anónimas, dirigidas a “alguien”, un espacio en blanco que existe, pero no se devela y confiesa, dice lo que no podía o planeaba efectivamente decir. Los tópicos van desde los corazones rotos y las pérdidas de seres queridos hasta la inspiración, el amor y la gratitud, pasando por el descargo y las eventuales respuestas a otras cartas subidas. Cada post, a veces largos, otras muy breves, está enmarcado apenas con un puñado de hashtags que ponen en contexto. “Si querés escribir una carta, pero no enviarla al destinatario, escribí una y enviala acá”, invita el blog. Un éxito con más de 40.000 seguidores que además ahora también es un libro best seller. Dearmyblank.tumblr.com