Del capullo de seda a la creación de indumentaria y calzado hay unos cuantos pasos. Lo saben en el Centro Metropolitano de Diseño, que en el marco del programa Integrando al futuro trabajó con seda. Algo de experimentación, otro tanto de trabajo en equipo y mucha creatividad coincidieron en un workshop de seda para desarrollar nuevos productos. Pero antes, hubo mucha investigación y trabajo de campo, porque la sericultura es la cría del gusano de seda con un conjunto de técnicas para producir los capullos de los que se obtiene el producto textil final. Es una actividad doméstica que suele desarrollarse por todos los integrantes del núcelo familiar. ¿El resultado? La diseñadora Irene Di Felice trabajó en joyería con capullos de seda. Alejandra Gougy, creadora de Cosecha Vintage (foto), realizó indumentaria con tejidos mezclando descartes de medias de nylon e hilados de seda. María Victoria López se lució con pashminas en telar con mezcla de lana y seda. Y si de combinaciones se trata, Carolina Temporelli unió fieltro, lana y seda. El reciclado también tuvo su lugar. Por ejemplo, Lucinda Wainsley creó piezas de joyería a partir de prendas de seda recuperadas. El CMD, del Ministerio de Desarrollo Económico porteño, también trabajó con bambú, adobe y medias de nylon. Y, como siempre, sorprende.
