
Si caminás por cualquier balneario, allí están: lobos marinos en cerámica, delfines que cambian de color según el clima, barquitos íntegramente realizados con caracoles. Mirá la selección y contanos: ¿los pondrías en tu casa?
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Fotos: Matías Aimar.
Seamos sinceros: todos hemos caído alguna vez en la tentación de comprar uno para decorar nuestra casa o regalárselo a un familiar o amigo después de unas relajadas vacaciones. ¿Cómo calificarlos? Los souvenirs de la costa son, cuanto menos, polémicos: pura tradición creada con fines decorativos, aunque también puede encontrarse alguna que otra propuesta con fines útiles (los ceniceros, por ejemplo).
A muchos les parecen ridículos, otros los consideran divertidos. Porque siempre dan que hablar, queremos saber: para vos, ¿cuál es el adorno más bizarro de la costa? Mirá la lista y compartí tu opinión.

¿Producto de la ingeniería? El barquito-caracol resulta i-m-p-a-c-t-a-n-t-e. La frutilla del postre es el nombre de la ciudad de origen impreso en cursiva ($10).

Los adornos de cerámica nunca faltan entre la oferta local; aquí un clásico marplatense: el lobo de mar ($10).

Móviles de caracoles para todos los gustos: hay grandes, pequeños, con caracoles de todos colores y tamaños ($40). La versión sureña viene con hongos, duendes y plumas. || El hornito con forma de faro: quienes hayan viajado al sur del país saben que allí se encuentran infinidad de objetos con este motivo ($28).

Clásico de clásicos: no hay otro souvenir que pueda competir con el delfín que cambia de color según el clima ($10).

BarbieMar: no es un chiste, ¡se llama así! Mar del Plata tiene su propio ejemplar de la famosa muñeca ($35).

Otro clásico: el cenicero de cerámica con un lobo de mar ($15).

El reloj montado sobre un caracol; como si fuera poco, viene con almejas pegadas ($73).

Arte, arte, arte: un pingüino con caracolitos incrustados. ¿No son geniales los ojos y la boca de plástico? ($39).

Una maravilla: un pez globo colgante. ¡Y otra vez los ojos plásticos! ($45).






