El arte del siglo XX
En la actual edición de Arte BA se organizó el concurso Buscando al Artista del Siglo. El público eligirá al ganador entre 20 candidatos argentinos
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El concurso Buscando al Artista del Siglo, convocado por la Fundación Arte BA, es una forma de dar la palabra al público para que éste consagre a un creador argentino como el más destacado de los últimos cien años. Como toda propuesta de esta naturaleza, tiene sus ventajas y sus límites.
Por lo común es la voz de la crítica la que se impone sobre la voz del público. Esta vez, la corriente de opinión siguió el camino contrario, si bien se incluyó una instancia previa a la votación de los visitantes de la feria:la Fundación Arte BA consultó a un numeroso grupo de personalidades de la cultura para que éstas propusieran una lista de veinte candidatos .
Es lógico que en ese recorte queden afuera muchos artistas imprescindibles; es lógico también que algún votante se irrite porque su pintor favorito no aparece entre los nominados. Por algún lado había que cortar, y se cortó. Este es el argumento, también lógico, de los organizadores.
La lista congrega a veinte figuras que responden a épocas, estilos y posiciones ideológicas y estéticas muy diversas. Se diría que casi lo único que los une es el hecho de haber desarrollado una parte importante de su carrera en la Argentina.
En otro aspecto, en el imaginario colectivo la palabra "artista" remite en general al pintor, y en menor medida al escultor, al dibujante, al grabador, o al que ha atravesado todos estos lenguajes durante su vida. Ni fotógrafos, ni videastas, ni performers ni instaladores figuran en esta lista. Es otro límite. O un enfoque específico, como se quiera ver.
En estas páginas se presenta a los candidatos. Pero antes, y puesto que en este concurso se persigue una cierta canonización, parece pertinente hacer notar que existen diversos circuitos de legitimación de artistas.
Si se toma, por ejemplo, la trayectoria de Fontana, se cae en la cuenta de que su obra alcanzó la cumbre más alta a la que haya podido aspirar un artista argentino: el reconocimiento unánime de la crítica y el público de todo el mundo. Casi en las antípodas, Florencio Molina Campos llegó a un público muy amplio a través de los calendarios de la firma Alpargatas, e incluso participó en la producción de dibujos animados para Walt Disney.
Si bien tuvo un espacio de reconocimiento que en nada se toca con el circuito de expertos, su obra dejó en el arte argentino una herencia acaso tan fuerte como la de Fontana. Iban por caminos muy diferentes, llegaron a gente muy distinta, y tal vez queda en el aire la sensación de que Molina es más nuestro que Fontana. Pero, según creemos, el primero es tan argentino por su visión tierna y caricaturesca del campo y los paisanos, como el segundo por su concepción pictórica altamente conceptual en la que la espacialidad de la pampa aparece como un presupuesto invitable.
Buscando al Artista del Siglo. Los votos se reciben desde hoy hasta el 18, en el Pabellón A del Predio Ferial de Palermo. Av. Sarmiento 2704.
Lola Mora
Cronológicamente, la selección comienza con la tucumana Lola Mora 1866-1936), una de las figuras fundacionales de la escultura argentina, junto con Francisco Caferatta y Lucio Correa Morales. Su temperamento apasionado y su singularidad como artista mujer en una época hegemonizada por los hombres la hicieron casi un alma gemela de Camille Claudel, discípula y amante de Rodin. Dolores Mora Vega se hizo célebre por su vida y por su Fuente de las Nereidas , grupo escultórico acusado de atentar contra la moral pública, que obligó a la artista a atravesar un prolongado calvario. Algunas de sus obras se encuentran emplazadas junto al Monumento a la Bandera, de Rosario, y en el Congreso Nacional.
Fernando Fader
Con el comienzo del siglo, Fernando Fader (1882-1935) se presenta como paladín de una pintura que busca captar la esencia nacional. Es ésa la búsqueda de otros artistas contemporáneos, como Quirós y Bermúdez, que integran con Fader y otros el Grupo Nexus. En esos años, los del primer modernismo, Ricardo Rojas escribe La restauración nacionalista , en la que postula la oposición histórica entre indianismo y exotismo. Fader, nacido en Burdeos, se había formado en Munich. Su preocupación por los valores regionales quedó plasmada, sobre todo, en la representación del paisaje. En los comienzos, su obra adhirió al naturalismo, y en los últimos años prestó especial atención a la atmósfera. Fader quedó inscripto en la historia como cultor de un impresionismo tardío.
Xul Solar
Considerado una rara avis durante demasiado tiempo, astrólogo, inventor, lingüista, íntimo amigo de Borges y Pettoruti, Xul Solar (1887-1963) nació en San Fernando y, como si el destino le hubiera deparado una vida secreta, murió en un lugar tan recoleto como el de su nacimiento: el Tigre. Así y todo, vivió casi toda su juventud en Europa, donde se conectó con las corrientes espiritualistas y esotéricas que actuaban en filosofía, religión, arte. Su obra, desarrollada fundamentalmente sobre acuarela, recibió influencias de Kandinsky, William Blake, Paul Klee, y alcanzó su realización más personal con las arquitecturas visionarias, el uso de textos -en idiomas inventados por él- como elementos de composición y la creación de personajes fantásticos, entre otros elementos.
B. Quinquela Martín
Benito Quinquela Martín (1890-1977), formado en el taller de Alfredo Lazzari, dedicó la mayor parte de su obra al paisaje boquense. A diferencia del grupo Artistas del Pueblo -integrado por Facio Hebequer, Arato, Riganelli y otros que, agrupados en Barracas, se comprometieron con la crítica social-, Quinquela retrató al trabajador del puerto con una visión romántica de connotaciones casi épicas.
F. Molina Campos
Florencio Molina Campos (1891-1957) es, como Xul, un outsider , aunque ciertamente de otra índole. Su obra fue retomada por artistas contemporáneos como Pablo Suárez y Luis Benedit. Hijo de estancieros, Molina tuvo una experiencia muy cercana de la vida de campo, de sus hombres y costumbres. Con espíritu caricaturesco, recreó la vida del gaucho con ternura, humor y a veces también sarcasmo. En 1942, colaboró con Walt Disney en los films El gaucho reídor, Goofy se hace gaucho y Saludos amigos .
Guillermo Roux
La obra de Guillermo Roux (1929) aparece como una de las de mayor dominio técnico de las que se tenga registro en los anales de la pintura argentina. Su época más representativa, iniciada en los años 70, transita por un surrealismo de cuño propio en el que objetos y personajes se mezclan, se devoran, se despedazan y se aman en forma a la vez sórdida y sensual.
Raquel Forner
La producción de Raquel Forner (1902-1988), pintora, distingue dos etapas fundamentales: la primera representa, en clave simbólica y con profundo patetismo, los dramas que la humanidad atravesó en los períodos signados por la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. La segunda, por lo contrario, revela el optimismo de la artista por el progreso espacial. Así, pinta series en las que la conquista de la luna y otros temas adquieren un sentido cósmico relatado en clave mitológica.
Emilio Pettoruti
Si algo distingue la labor del platense Emilio Pettoruti (1892-1971) es el hecho de haber revolucionado el conservador mundillo porteño con una muestra que, en 1924, reunió sus trabajos futucubistas. Los reaccionarios llegaron a tildar esas obras como una importación de extravagancias europeas (se refererían, claro está, a las vanguardias), que ofendían los valores nacionales. Esa obra, la más característica de su trayectoria, resulta, grosso modo , de la fusión del cubismo y el futurismo, movimientos que Pettoruti había conocido de cerca en sus años de formación en Italia. Arlequines, botellas, soles y guitarras son algunos de sus motivos recurrentes, que el artista componía de acuerdo con una sólida estructura que lo emparentó, también, con los representantes del llamado Retorno al Orden.
Lino Enea Spilimbergo
Lino Enea Spilimbergo (1896-1964) entra de lleno en esa corriente que busca recuperar la tradición dejada de lado por la vanguardia. Su producción se vincula de modo directo con la escuela metafísica, los primitivos italianos, las catedrales góticas y algunos autores franceses como La Fresnaye y Waroquier. Dos de sus conjuntos más característicos son los óleos que representan terrazas con enigmáticos personajes, y la serie de monocopias Breve historia de la vida de Emma , en la que se relata la miserable vida de una prostituta. Con Butler, Basaldúa, Badi, Forner, Pisarro, Morera, Bigatti y Berni, Spilimbergo formó el Grupo de París, que, en palabras de Bigatti, planteaba "la búsqueda de lo eminentemente estructural y de los auténticos valores plásticos".
Raúl Soldi
Solitario, Raúl Soldi (1905-1994) puede vincularse con otros pintores figurativos no agrupados en ninguna corriente -como Lacámera, Schiavoni, Pacenza y Cúnsolo-, que desde los años veinte parecen proponer un nuevo romanticismo, en tanto tratan temáticas que expresan siempre una profunda nostalgia por el pasado perdido. Soldi tenía predilección por seres etéreos, atemporales, que quedaron estampados en una vasta obra sobre tela así como en las cúpulas del Teatro Colón y de las Galerías Santa Fe.
Lucio Fontana
Cuando Lucio Fontana (1899-1968) decide ser artista se encuentra en Rosario, su ciudad natal. Tras algunos viajes a Italia concibe en Buenos Aires el Manifiesto Blanco (1946), base del espacialismo. Aunque es este movimiento el que lo coloca en el primer plano internacional, Fontana trabaja durante varios años en esculturas naturalistas para monumentos públicos y funerarios, y más tarde, en terracotas, yesos y cerámicas policromados. Ya en estos últimos trabajos, figurativos, se manifiesta un interés particular por nuevas formulaciones espaciales. Sus Tajos , Agujeros y otras propuestas apuntan a incorporar la dinámica del espacio sobre la estática de la representación pictórica tradicional. En sus últimos años, Fontana da un paso más allá al concebir ambientaciones basadas en el manejo de la luz.
Antonio Seguí
Antonio Seguí (1934), cordobés, vive desde 1963 en París. Su mira estuvo siempre puesta, como la de Alonso, en los males sociales y políticos que aquejan a nuestro tiempo, pero a diferencia del mendocino, su visión no es dramática sino, ante todo, humorística. La divina decadencia de la aristocracia vernácula, la mala praxis médica, la soledad, la incomunicación o el hacinamiento en las ciudades modernas son algunos de sus temas, que trata con técnicas y estéticas muy variadas.
Luis Felipe Noé
En 1961, Rómulo Macciò (1931) y Luis Felipe Noé (1933) fundan, con Ernesto Deira y Jorge de la Vega, el grupo Nueva Figuración u Otra Figuración. El cuarteto proponía un retorno a la figura después del largo reinado de la abstracción, que desde la década del 40 se había plasmado en diversos modelos de abstracción geométrica, y a fines de los años 50, en el informalismo. La exploración del caos ha sido desde siempre el objetivo último de la pintura de Noé, caos entendido como oposición a la unidad y composición del cuadro y, por extensión, a inevitables ecos existenciales. En 1966, como muchos de sus contemporáneos, Noé abandonó la pintura, convencido de que el arte debía fundirse con la vida para asumir una función activa en los procesos sociales. Volvió a pintar a mediados de la década siguiente.
Rómulo Macciò
El Macciò de los primeros años sesenta es especialmente afecto a la deconstrucción de la figura, que descompone con trazo urgente y violento. Más tarde, pone énfasis en el gesto, en los grafismos, para acabar en un proceso inverso, reflexivo, de construcción. Sus últimas pinturas son paisajes líricos y serenos, que representan paisajes de las grandes capitales. Macciò es considerado, en forma casi unánime, como el pintor técnicamente más dotado del siglo.
Juan Carlos Castagnino
Juan Carlos Castagnino (1908-1972), marplatense, comparte por un tiempo con Berni, Urruchúa, Policastro y Spilimbergo -de quien fue discípulo- una misma posición estética:el realismo crítico. Como parte de su compromiso político, pretenden acercar la obra de arte a los públicos más vastos. De allí que trabajen en diversos proyectos muralísticos.
El conjunto más famoso, en el que participa también Colmeiro, es el de la cúpula del Bon Marché Argentino, hoy Galerías Pacífico. Castagnino alcanzó enorme popularidad con las ilustraciones que hizo, en 1962, para la edición de Eudeba del Martín Fierro .
Libero Badii
El ítalo-argentino Libero Badii (1916) funda a mediados de los años 60 el Arte Siniestro, propuesto como una búsqueda de todo aquello que escapa a los límites de la racionalidad: lo primitivo, lo mágico, el miedo, lo cósmico, lo indecible. Badii desarrolla este universo sobre todo en la escultura, que encuentra en Los muñecos sus primeras formulaciones. Son maderas de colores planos, perfiles netos, que enfatizan la dialéctica de llenos y vacíos -en esto, se revela deudor de Henry Moore-, planos rectos y otros componentes. Badii también produjo abundante obra gráfica, dibujos y pinturas.
Guillermo Kuitca
Guillermo Kuitca (1961) es el más joven de la lista: apenas 39 años. El pintor despertó la admiración de la crítica a los trece años, cuando realizó su primera muestra individual en la prestigiosa galería Lirolay. En los años ochenta, la Transvanguardia italiana fue la tendencia internacional que más impacto causó en los artistas del momento. Exposiciones como La Nueva Imagen reunieron a aquellos que reivindicaban la pintura figurativa tras años de predominio de las múltiples formas del arte conceptual. Algunas figuras de esos años fueron Cambre, Rearte, Monzo, Prior y Kuitca. La obra del más joven de la movida recurre en esos años a algunas imágenes básicas:mapas fragmentarios -trabajados sobre tela o sobre colchones- de algunas zonas de Europa que estuvieron bajo dominio nazi, figuras humanas perdidas en enormes espacios desolados, todo con una arrolladora carga dramática. Hace quince años que Kuitca no exhibe en el país. El año que viene, cuando se inaugure el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, presentará por fin, en forma de retrospectiva, esa obra hoy tan poco vista.
Antonio Berni El otro gran rosarino es Antonio Berni (1905-1981), tal vez el artista políticamente más comprometido de nuestra historia. Comunista militante, su obra nunca se apartó de la crítica social, de la preocupación por los marginados y oprimidos. Juanito Laguna y Ramona Montiel, personajes entrañables que aparecen una y otra vez en su trabajo, recorrieron América latina y España en cancioneros aprendidos por cientos de miles de niños y adultos. La práctica artística de Berni se emparenta, en cierto modo, con la de Picasso, en el sentido de que su obra reelaboró constantemente muchas de las propuestas que iban surgiendo en el panorama artístico, tanto local como internacional. El surrealismo, el realismo, el informalismo, el pop, el dibujo, la pintura, la instalación, el grabado: numerosos fueron los medios y estéticas que el artista absorbió y reelaboró para darles siempre un sello propio. En 1962, Berni obtuvo el Gran Premio de Grabado y Dibujo de la Bienal de Venecia.
Carlos Alonso
El mendocino Carlos Alonso (1929), alumno de Spilimbergo en la cátedra que éste tenía en la Universidad de Tucumán, adquiere madurez con una obra signada por el expresionismo. La violencia del hombre contra el hombre, en sus diferentes manifestaciones, ha sido la temática de fondo de su producción. En los años setenta pasó a una pintura afín a la Nueva Objetividad alemana, y es en esa época que debe exiliarse, a causa de la dictadura militar. La crítica a la violenta racionalidad que estructura la sociedad contemporánea hizo que, también en su vida personal, se apartara del sistema. Hoy vive en las sierras cordobesas.
Clorindo Testa
Conocido popularmente por su obra arquitectónica -es autor del Banco de Londres (hoy Hipotecario) y la Biblioteca Nacional, entre otros edificios-, Clorindo Testa (1923) incursiona también, desde su juventud, en las artes plásticas. Se inicia como abstracto, pasa por el informalismo y a fines de los años 60 comienza a practicar un arte más ligado al concepto. Gran parte de la obra que comienza en este período cruza el lenguaje de la arquitectura con el de la pintura, el dibujo y la instalación. Sus temas predominantes apuntan a una crítica de las condiciones de vida en la metrópoli contemporánea, al fracaso de ciertos proyectos urbanísticos -como, por ejemplo, el de Le Corbusier-, o a la destrucción del equilibrio ecológico. A menudo, elabora metáforas a partir de referencias históricas. Desde 1975 pertenece al Grupo CAYC, integrado también por Bedel, Benedit, Glusberg, Grippo y Portillos. En 1977, esta asociación obtuvo el Gran Premio de la Bienal de San Pablo.






