
Rescatado del olvido a partir de la década del 80, el Barrio Los Andes se ha convertido en un referente de la arquitectura urbana porteña. Hoy, habitar una de sus unidades es causa de envidia y admiración.
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Por Cecilia Acuña / Fotos de Claudio Larrea
<b>DÓNDE QUEDA</b>
Ocupa una manzana del Barrio de Chacarita, justo detrás del Parque Los Andes, entre las calles Guzmán, Concepción Arenal, Rodney y Leiva, a dos cuadras del cementerio y a tres del viaducto de Dorrego, que conecta avenida Corrientes con Warnes.
<b>POR QUÉ LO ELEGIMOS</b>
Porque es un referente que hoy continúa vigente a pesar del paso del tiempo. Porque aunque fue concebido en su momento como vivienda social para habitantes de bajos recursos, se trata de una obra de alta calidad que pone al hombre y a su ser social en el centro de las prioridades. La amplitud de cada una de sus unidades, los jardines y los espacios comunes externos y, sobre todo, los conceptos aplicados detrás de la construcción hacen del Barrio Los Andes un lugar amabilísimo para vivir.
<b>DATO</b>
Todas las puertas de rejas de las entradas a la calle tienen la misma llave, así los vecinos pueden entrar y salir por donde les quede más cómodo. Cuentan que las hormigas son habitantes permanentes del lugar y que no hay forma de ir contra ellas. En verano, la fuente que ocupa el centro de la manzana se convierte en una pileta para niños de hasta 12 años.
1- EL RACIONALISMO ESTÉTICO
En 1925, el joven arquitecto Fermín Bereterbide ganó la licitación para construir tres casas colectivas, entre ellas, el Barrio Los Andes. Durante décadas, su obra quedó en el olvido debido a que sus construcciones no terminaban de cumplir los principios del racionalismo funcional tan de moda en aquella época. Bereterbide fusionó sus concepciones socialistas de vivienda con criterios de belleza, algo reprochable para la comunidad arquitectónica del momento que lo tildó de pintoresquista. Recién a mediados de los 80, su legado comenzó a ser reconocido como visionario.
2- LA CONSERVACIÓN

Compuesto por 12 pabellones de planta baja y tres pisos que alojan 130 departamentos de tres, cuatro y cinco ambientes, baños públicos, espacios verdes comunes, zona de tenderos y hasta un salón de espectáculos, el complejo conserva la simetría en gran parte de sus fachadas. Hoy, la administración del lugar no permite realizar reformas en ventanas ni en salidas al exterior para proteger la línea estética inicial.
3-UN EJEMPLO

El proyecto de Bereterbide se ajusta a los criterios higienicistas de vanguardia en Europa: hay una preocupación por el asoleamiento, la iluminación natural y la ventilación en todas las unidades, junto con una expresa variable concebida en función de la comodidad y el uso de los espacios verdes. De hecho, un 63 % de la superficie total se reparte entre veredas, plazoletas, zonas de juego, paseos arbolados y patios.
4-LOS DETALLES

Las escaleras de mármol, los ventanales en sus descansos, las puertas de madera maciza y los amplios palières revelan el alto nivel de calidad de la obra, propios de los criterios de construcción colectiva guiados por los conceptos de justicia e igualdad social.
5-UNA PEQUEÑA CIUDAD

Inmerso en la trama urbana moderna, el complejo Los Andes imita las variables propias de una ciudad, pero en el contexto de una manzana que lo resuelve todo. Aquí se vive un espíritu de comunidad que se pone de manifiesto los fines de semana con vecinos que comparten los espacios verdes y con la organización de fiestas comunitarias como aAño Nuevo y Carnaval.
6-EL AFUERA

Hacia el exterior, el complejo respeta las ochavas y no agrega más adornos que los de adentro: ladrillo a la vista, ventanas de madera, celosías metálicas, revoque texturado y techo de tejas. Una pérgola se asoma sobre Guzmán repleta de árboles y plantas.
7 Y 8-LOS ESTILOS

"La obra tiene una impronta alemana con detalles de arquitectura moderna junto con un estilo italiano renacentista que aparece en los techos florentinos de tejas con alero y casetonado", explica el arquitecto Matías Beccar Varela. El mix perfecto entre estas diferentes tendencias convierte al complejo en un espacio de referencia y ejemplo de construcción urbana.

ELEGIDO POR:
MATÍAS BECCAR VARELA
Es arquitecto/UBA y actualmente ejerce como profesor adjunto en la Universidad Abierta Interamericana (UAI), donde también dirige una Investigación en Arquitectura Sustentable. Desde 2010 se desempeña como director de Arquitectura en cheLA (Centro Hipermediático Experimental Latinoamericano). Su práctica profesional independiente comprende desde el pequeño proyecto residencial hasta intervenciones de escala como urbanizaciones, desarrollos mixtos y equipamiento industrial, cultural o educativo. Este año, ganó el primer premio del Concurso 1000 Viviendas en Buenos Aires, que comprende la ejecución de 12.000 m2 de viviendas sociales.
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