“Le advertí que Lijo no entraría”: Profecías y legado del Nostradamus argentino que obsesiona a Milei y Santiago Caputo
Marcela Podestá Costa, revela la faceta más íntima de su tío abuelo Benjamín Solari Parravicini, el inicio de sus profecías y su vínculo con el poder actual
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Lo llaman el “Nostradamus argentino”. Sus psicografías (dibujos acompañados de mensajes enigmáticos) anticiparon, con detalles asombrosos, eventos que sucedieron décadsa más tarde. Desde la llegada del hombre a la Luna, el atentado a las Torres Gemelas, hasta la Inteligencia Artificial. Pero lejos de ser un iluminado que recorría las calles proclamando el fin de los tiempos, Benjamín Solari Parravicini o Pelón -como lo llamaban sus amigos- hacía la vida de “un hombre común”, trabajaba en un banco, ser reunía tomar el té con sus hermanas y tenía una pasión desbordante por la pintura. En su familia lo recuerdan como un hombre de carne y hueso con un talento extraordinario que, sin proponérselo, se convirtió en un vidente del destino y dejó un legado de profecías dibujadas que aún hoy despiertan asombro.
El nombre de Benjamín Solari Parravicini volvió a sonar ayer cuando trascendió que el asesor presidencial Santiago Caputo se reunió durante dos horas en la Casa Rosada con su sobrina nieta, Marcela Podestá Costa. No es un secreto que el artista profético despierta fascinación en los pasillos de Balcarce 50. Caputo refleja su devoción en la piel: tras el triunfo de La Libertad Avanza en las elecciones presidenciales, se tatuó una de sus psicografías en la espalda. Además, colgó otras dos psicografías, que mandó a imprimir en un tamaño importante, en su despacho.
Pero no es el único admirador de Solari Parravicini en Casa Rosada. El propio presidente Javier Milei, apenas asumió el mando, también buscó a Marcela. Y, recientemente, los seguidores del mandatario libertario comenzaron a lucir pecheras y prendedores con la imagen de la Cruz Orlada, uno de los símbolos del artista.
-Marcela, ayer estuviste reunida con Santiago Caputo, asesor del Presidente. También trascendió que en otra ocasión estuviste con Javier Milei. ¿Cómo nació esta relación?
-Ayer fui por lo de la Cruz Orlada, porque me enojé. Mi función en este mundo es difundir la Cruz Orlada que se la dictó una noche a Pelón su ángel de la guarda, José Aragón, y le dijo que la dibujara. Es una mezcla de la cruz griega con la celta, con orlas que representan al universo. Y en el medio tiene un corazón que representa el amor. Yo le regalé una a Milei.
-¿En qué contexto?
-Cuando lo vi por primera en televisión me pareció un tipo genial. Híper inteligente, me gustaba lo que decía. Cuando presentó su partido en Plaza Holanda, fui a verlo. Estaba lleno de jóvenes comprometidos con la política y me encantó. Ya estaba harta de Cristina, de Alberto y de todos los de siempre... Y entonces él dio un discurso que enardeció a la gente. Todos estábamos fascinados.

-¿Ahí lo conociste?
-Cuando terminó el acto, intenté acercarme. Había muchísima gente, así que lo único que pude hacer fue entregarle un puñado de stickers de la Cruz Orlada, que siempre llevo conmigo para regalar. “¡Abrí la mano!”, grité. Y entre la multitud apareció una mano. Le dejé la cruz sin saber si era la suya. Cuando llegué a casa, lo escribí en Twitter. Al rato, me llegó un mensaje privado de él con una foto. Decía: “Como verás, he guardado los stickers que me has regalado”. Un divino. Las tiene en la mesa de luz, me dijo otro día. Después hablé mucho con él. Porque yo publico en Twitter quién va a ganar en las elecciones, pongo el porcentaje, y siempre le pego. Le pasé todos los porcentajes y fueron idénticos. ¡Hasta el de Larreta! Hago el péndulo...
La sobrina nieta también recuerda que, en unas elecciones -aunque no precisa si fueron las PASO o la primera vuelta presidencial-, a Milei le habrían robado 7 puntos “para perder con más dignidad”. Y que cuando se lo mencionó por mensaje, él le respondió: ‘Yo sabía que te ibas a dar cuenta’. “Siempre le digo que va a ganar todas las leyes, y hasta ahora nunca perdió una. También le advertí que [Ariel] Lijo no entraría, y así fue. Hablamos seguido, hace un rato hablamos sobre la reunión de ayer con Caputo”, cuenta. Además, revela un gesto simbólico entre ambos: cuando Milei asumió la presidencia, ella le mandó a hacer especialmente una cruz orlada y él, en respuesta, le regaló un busto suyo.
-¿Por qué te reuniste con Santiago Caputo?
-Porque me enojé con estos chicos libertarios que armaron una especie de secta. Están todos marchando con la pechera de la cruz orlada, que está patentada por mí para indumentaria. No es que quiera cobrarles, pero no quiero que se use de cualquier manera. El otro día los vi en el Congreso con las pecheras, gritando guarangadas como siempre e insultando. Ayer le dije a Caputo que son el único partido -y mirá que soy antik, los detesto- que insulta así. Nadie insulta como los libertarios.

-Milei también insulta bastante…
-Bueno, ¡yo también insulto! (risas) Pero a Milei lo voy a defender siempre. Lo amo a Milei. Pero el otro día me enojé porque los vi con un pin de la cruz. Todo el mundo empezó a decirme: “Parecen una secta, una logia”. Me embolé. Así que puse en Twitter que dejaran de joder con la Cruz Orlada, porque es inteligente: si sos una persona de buenas intenciones, te va a salvar; pero si sos malo te va a ir mal. La Cruz Orlada es para el bien. Y les advertí que dejaran de joder, porque si seguían así, iban a hacer que a La Libertad Avanza le fuera mal. Para mí, esa frase fue un detonante. Capaz es un invento mío, pero yo creo que a Milei eso le hizo ruido. Porque le hizo ruido.
-¿Cómo fue el encuentro con Santiago Caputo?
-Me pareció un amor. Yo no lo conocía... o, por lo poco que lo conocía, no era una persona que me cayera demasiado bien. Pero cuando lo conocí en persona me pareció muy agradable. Pude explicarle todo lo que me preocupaba sobre la Cruz Orlada y le pedí que no se usara con fines políticos. Lo entendió perfectamente. Le dije que me parecía bárbaro que la usaran, pero les exigía respeto, porque yo soy quien la difunde en el mundo.
-En esa reunión, ¿Santiago Caputo te comentó su admiración por tu tío abuelo? Tiene tatuada una de sus psicografías en la espalda.
-Sí. Santiago había dicho que si Milei ganaba se la tatuaba y cumplió. Se tatuó la que dice “La Argentina tendrá su revolución francesa en triunfo, puede haber sangre en las calles si no ve el instante del hombre gris”. En su despacho tiene además dos psicografías de Pelón. Él es fanático, como yo.
-¿Esa profecía habla de Milei?
-Yo no hablo de eso. No es que sea antipática, pero no opino porque yo no hice la psicografía y no sé qué quiso decir el autor. Podría interpretarla a mi manera, pero no sabemos si es la verdadera. Yo la veo de un color, vos de otro, y otra persona de otro distinto. Entonces, sería hablar al pedo, porque no sé si tengo razón.
-Eso es lo que algunos le critican a Pelón, que sus predicciones pueden interpretarse de muchas maneras.
-Todo se puede interpretar.
-¿Te ofrecieron algún cargo en el gobierno?
-No, jamás. Jamás trabajaría en nada relacionado con eso. No me gusta la política.
“Pelón”
-Marcela, ¿cómo recordás a tu tío abuelo?
-Yo lo conocí hasta mis 21 años, él vivió hasta los 74. Era el hermano de mi abuela, el mayor de ocho hijos. Desde chico decía cosas diferentes... hablaba con duendes, con amigos invisibles, probablemente como todos los chicos, pero en él era de una manera muy marcada. Su padre, que era mi bisabuelo, era psiquiatra y en un momento se preocupó. Le hicieron estudios para ver si era un chico normal y lo era completamente. Así que no se preocuparon porque vieron que era un chico normal. Él siguió con sus cosas sin problemas
-¿Hubo alguna frase o episodio que llamara la atención en la familia?
-No, en mi familia todo se aceptó con mucha naturalidad. Siempre hubo una gran apertura mental hacia lo inexplicable. No nos sorprendía demasiado cuando alguien manifestaba habilidades fuera de lo común. Nuestra genealogía es bastante peculiar: somos descendientes directos de Napoleón Bonaparte. Su madre o abuela, ahora no lo recuerdo bien, era Parravicini. En cuanto a Mariquita Sánchez de Thompson, creo que somos parientes, aunque no estoy del todo segura. Lo que sí puedo afirmar con certeza es que mi bisabuela donó su piano al Museo de Luján; lo vi con mis propios ojos.
-¿Cómo era su personalidad?
-Era una persona muy normal. Yo conviví con él, en la misma casa, hasta los 14 años porque en un momento nos fuimos a vivir con mis padres y dos hermanas de él, en Córdoba entre Talcahuano y Uruguay, y todas las tardes iban mis tías, sus hermanas a tomar el té. Y él era una persona normal, igual a sus hermanos. No era que él llegaba y decía “se van a caer las torres gemelas en 45 años”. Y si decía algo extraño no se le daba importancia, no se decía “¡Mirá lo que dice. Qué loco!”, porque en mi casa es aceptado y todo se acepta. Para darte un ejemplo, en una fiesta unos amigos le preguntaron cómo estaba y él respondió que un poco cansando porque había estado volando toda la noche desde la cúpula de San Francisco a la Cúpula de San Ignacio. Después, seguía hablando como si nada, te pedía que le sirvieras Coca Cola o que le alcanzaras un sándwich. La gente se quedaba dura, pero para nosotros eso era normal.
-¿Cómo le decían en la familia?
-Le decíamos “Pelón”, porque se afeitaba la cabeza desde joven. Nunca supe por qué lo hacía, siempre lo conocí sin pelo.
-¿Recordás alguna anécdota que ilustre su don?
-Sí. Una vez, en la quinta de la familia, que estaba en Vicente López donde después fue el Club Teléfonos, se perdió un vecino. La esposa vino a la casa desesperada. Pelón le dijo: “Búsquenlo en la plaza de Olivos, está sentado en un banco mirando al norte”. Y allí estaba. Él tenía esas cosas, te decía todo y veía todo.
-¿Eso no los inquietaba?
-No porque nosotros vivimos así. Acá pasa de todo, todos los días de nuestras vidas. A mí madre le pasaban cosas, a mí me pasan cosas... Es algo familiar. Su hermano más chico, contó que una vez, cuando Pelón era joven, hubo una explosión inexplicable en su habitación que deformó una lámpara de bronce, se hizo un rulo. A partir de ese día, él comenzó a realizar sus psicografías con más frecuencia y precisión.
-Acerca de sus psicografías, ¿cómo las hacía?
-Empezó en los años ‘30. Él era muy católico, pero también espiritista. A la noche, él entraba en trance y comenzaba a hacer las psicografías. Decía que su ángel de la guarda era Fray José de Aragón, quien le pasaba los mensajes. Escribía en trance, sin darse cuenta, y al despertar a veces rompía sus dibujos porque no entendía su significado. Lo curioso es que las letras y caligrafías variaban en cada mensaje, como si fueran escritas por diferentes personas. Por eso yo calculo que él también incorporaba otras entidades. Desde que empezó a hacer psicografías, nunca se equivocó. Predijo la Segunda Guerra Mundial, la televisión, el corazón artificial, la clonación, el atentado a las Torres Gemelas… incluso dibujó a Laika, la perra que viajó al espacio, antes de que sucediera.
-Cuando algo que él anticipaba se cumplía, ¿solía decir “se los dije”?
-No, no. Nadie decía nada.
-¿Alguien en la familia lo vio en trance?
-No lo sé. Nunca se habló de eso. En mi familia era algo normal, no un tema de conversación.
-¿Era un tema tabú en la familia, entonces? ¿el tío loco?
-Noooo, para nada. Al contrario, en casa siempre fue uno más. Era un tipo divertido y cariñoso, le gustaba salir, divertirse, tenía muchos amigos. Todo era normal. Hoy, acá, hay cosas que vuelan de noche y también es normal… pero estamos hablando de Pelón. Eso se llama telequinesis, son energías que uno tiene.
-¿Decís que es una especie de don familiar?
-No lo sé, no le damos bola. Es normal.
-No, eso no es normal.
-Para nosotros sí lo es. Muy normal. Para darte una idea, en los años 70, un día mi mamá y yo llegamos a casa y ella le preguntó a la nueva empleada si alguien había llamado. La mujer respondió que no, pero contó que mi padre había venido, se había duchado y se acostó en cama a descansar un rato y luego se fue. Mi padre había muerto seis meses antes. La empleada no lo sabía. Estamos acostumbrados a convivir con muertos y espíritus.
-Hablando de espíritus, ¿lo viste a Pelón?
-Él está siempre conmigo. No creo en la muerte. Todos los que se mueren están siempre conmigo. Las personas siguen estando al lado tuyo, solo pasan a otro plano. Yo convivo con todos mis seres queridos que se murieron, incluso con mis perros. A ellos les pido ayuda, y siempre me responden. Si necesito encontrar algo, ellos me guían.
-En vida, ¿qué relación tenías con él?
-Era su nieta preferida porque era la mayor y él me hablaba pero no de las profecías. Hablábamos, pero no de profecías, sino de cosas normales. Recuerdo que cuando tenía 9 o 10 años, estaba conversando con él en un sillón. De repente, Pelón desapareció de mi vista y, en su lugar, vi a una pareja de alemanes que hablaban entre ellos. Luego se desvanecieron, y yo seguí hablando con Pelón como si nada. Ni lo mencioné, porque para mí era algo normal. Así eran las cosas, y a nadie le sorprendía demasiado. Todo era lógico y aceptable.
-Y los que no son de la familia, ¿qué piensan?
-...
-Son raros
-Y sí, somos raros. Para los de afuera somos raros, para nosotros somos lo más normal del mundo.
-¿Qué estudió?
-Él hizo dos años de Medicina, pero después dejó. Se dedicó a la pintura, estos cuadros que tengo acá los hizo él. Muchos de sus cuadros los vendió a varios reyes de Europa. Era muy bohemio.
-¿Cómo se ganaba la vida?
-Fue director de arte de un banco, que no recuerdo el nombre... y viviría de eso. Igual mi bisabuela tenía mucho dinero... así que no sé, supongo que viviría de su arte y del trabajo en el banco.
-¿Él practicaba espiritismo?
-Sí, hacía sesiones en su casa una vez por semana. Participaban amigos, familiares, mis padres y abuelos. Yo era chica y no iba, pero me contaron que las sesiones eran normales. No sé exactamente cómo las realizaba él, las mías son con números y letras y una copa de cristal, pero sé que sucedían experiencias extrañas. Por ejemplo, si alguien fumaba y él decía “por favor, apagá el cigarrillo”, el cigarrillo salía volando de la mano. Era algo que él consideraba natural, pero a los demás les impresionaba.
-O sea que además tenía otros poderes, no eran solo premoniciones.
-Sí. En el pasillo de su casa había una vitrina llena de calaveras. Cada noche, les servía una copa de coñac o whisky en honor a algún muerto célebre. Por ejemplo, Beethoven. A la mañana siguiente, la copa siempre aparecía vacía.
-¿Era una persona solitaria?
-No, no se casó ni tuvo hijos, pero era muy familiero. Mis abuelos y sus hermanos iban a comer a su casa, él iba a la de ellos. Tenía muchos amigos pintores. Tenía un íntimo amigo, que se llamaba Generoso, no recuerdo el apellido, que era el encargado del edificio que fue su discípulo. Él lo adoraba y Generoso pintaba muy bien. Estaba mucho con él. Un tipo normal.
-¿De qué falleció Pelón?
-Murió de cáncer en el cerebro, un tumor cerebral. Lo curioso es que, cuando estaba internado en el Hospital Británico, dos policías estaban afuera de su casa sin que nadie entendiera por qué. Luego nos enteramos de que habían entrado y robado dos baúles llenos de psicografías. Se decía que los militares se las habían llevado. Años después me dijeron que también podría haber sido López Rega, incluso se llegó a decir que algunas de sus psicografías terminaron en el Vaticano. Todo son conjeturas, pero lo cierto es que muchos estaban interesados en sus dibujos.
-Para vos, ¿fue una carga o un privilegio ser pariente de Solari Parravicini
-Un privilegio.
-Si pudieras hacerle una pregunta a tu tío, ¿qué le preguntarías?
-Por qué me eligió a mí para continuar con su trabajo. Porque él me eligió a mí... porque desde que nací veo todo.
-¿A qué te referís con ver todo? ¿Es sobre la situación del país?
-La Argentina es la elegida, es el único país que va a estar bien. Todos los que se fueron van a volver. Siempre les digo a mis amigas que sus se fueron de la Argentina que no se preocupen que van a volver a vivir a acá. Esto no solo lo digo yo, lo dijo Pelón en sus profecías. Argentina es el país elegido y la gente no se da cuenta. Ahora gana Bolsonaro en Brasil, como tendría que haber sido hace dos años, y con Milei en la Argentina somos un continente. Van a ser las dos potencias.
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