En el mundo de Charly García todo está alineado, equilibra su obra en tapas, canciones, shows y la imagen con la que se presenta. El artista atravesó todo tipo de looks, siempre del lado del caos. Se tiñó el pelo de rojo, también de rubio y volvió a colorear sus rulos en castaño, tuvo un corte rebajado o pelo largo: según la época, Charly interpreta lo que está pasando en su aspecto y sus peinados. Supo aparecer pintado de plateado, y generar una imagen moderna e incómoda con el brazalete de Say No More. Las camisas negras fueron su primera opción en las últimas tres décadas, pero también hubo remeras, musculosas, jeans y zapatillas. Además, el uniforme de enfermero y muchos shows con el torso al descubierto. Un agitador de sí mismo. Para las portadas de los discos suaviza la furia que desata en los recitales y proyecta la imagen que lo acompaña en vivo.
Ecos del hippismo
En los 70 correspondió a los códigos de la juventud: el estilo hippie se refleja en su melena larga y desprolija, con lentes y una expresión armónica en su rostro. Remeras coloreadas en rosa o tonos pasteles más jeans con botamangas acampanadas dibujaron su esbelta silueta. Este estilo quedó inmortalizado en una estatua sobre la vereda del Teatro de la Comedia de Mar del Plata, donde él y Nito Mestre dieron los primeros shows de Sui Generis. Para la época de La Máquina de Hacer Pájaros y Serú Girán ya usaba el bigote bicolor.
Raros peinados nuevos
Los 80 siguieron con grandes discos y variaciones en el look: terminada la etapa con Serú Girán, a partir de 1982 abasteció las bateas con su carrera solista. El arte de tapa del maravilloso Clics modernos retrata el cambio de look: se cortó el pelo en su viaje a Nueva York, donde grabó el disco. La década transcurre también con un sinfín de escándalos, bajada de pantalones incluida.
Tintura y aerosol
Los 90 escoltaron el gesto estético alternativo de la década. El grafiti y el aerosol fueron sus herramientas para maquillar remeras, su brazo y las paredes. Las remeras pintadas a mano acompañaron sus movimientos extravagantes, el pelo estaba más corto y las uñas rojas, despintadas. El aguante, Say No More –y su brazalete como accesorio– y Demasiado ego son materiales discográficos que sirven como retrato. En 1995, ofreció su propio Unplugged para MTV y se tiñó de rubio en homenaje al recientemente fallecido Kurt Cobain, color que fue transmutando a un tono blancuzco y otras veces más amarillento y con raíces negras a la vista.
La era de la madurez
El nuevo siglo lo encuentra en rebeldía absoluta. "Charly es Charly" como respuesta a las acciones de García que devienen en un período de recuperación, cobijado por Palito Ortega. Un tiempo antes posó como modelo de Key Biscayne. Empezó aquí una etapa con prendas sastreras, con el blazer como emblema, que acompaña con una remera debajo y sombrero. Pasan los años y Charly mantiene su esencia moderna. Ya no es el oráculo de los raros peinados nuevos, pero verlo al piano con sus grandes rulos es motor suficiente para que siga agotando entradas.