
Juan Ricci, en busca de la soñada calidez
Un diseñador de gran trayectoria que apuesta al dinamismo y el color
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Es difícil dar con él. Viajes continuos, mucho trabajo a pesar de estos tiempos. Sin embargo, siempre se hace un momento para conversar, atender nuestras preguntas, demostrar su amabilidad y gallardía. Entre viaje y viaje, conversó con LA NACION respecto de su estilo, la crisis y lo que viene.
-¿Por qué eligió esta casa como muestra de su estilo para fotografiar?
-Es un trabajo que me dejó sumamente satisfecho. Los habitantes de la casa son personas que traen muchos objetos de los lugares adonde viajan, entonces tuve que pensar en dejar un ámbito propicio para que pudieran incorporarlos. Toda la casa es de una arquitectura muy depurada, racionalista. El contraste que le di fue por medio del color verde manzana, que coincidía en todos los ambientes. La decoración es lo que la terminó de armar. Estoy trabajando sobre líneas puras y netas, e intentando lograr decoraciones libres y limpias, que den cabida a los objetos que los dueños de casa deseen incorporar. En este caso se generó un espacio múltiple que funciona como estar, comedor y escritorio. Es muy dinámico, porque se han tirado abajo todas las paredes y lo único que se mantuvo fue la columna. El dinamismo es uno de los rasgos más pedidos.
-¿Cómo se consigue unir lo que quiere el dueño de casa con el sello de cada decorador?
-Siempre pienso y doy prioridad lo que quiere quien la va a habitar. Eso es lo que importa. Por supuesto, cada decorador pone su firma. Si dos profesionales pudieran ambientar la misma casa se notaría la diferencia entre sus estilos, a pesar de haber tenido presentes los gustos del propietario. Eso es porque cada profesional tiene su sello. Yo considero que el mío es el color. Incorporo elementos de gran colorido.
-¿Cuál considera que es la tendencia que está surgiendo en el mundo?
-Creo que es el minimalismo aggiornado . Por medio de éste se llega al maximalismo, que no es barroco. No hay que confundirlos. Aunque la arquitectura y la decoración van, por lo general, de la mano, el maximalismo señala una profusión de objetos, pero sin llegar a lo que podría llamarse barroco. Si hay algo que perdura es el diseño geométrico, propio del minimalismo. La tendencia actual apunta a un aumento en la incorporación de elementos que se nos vuelven imprescindibles, sin perder el buen diseño y la calidad. El minimalismo ha cedido terreno por una necesidad de uso, por una búsqueda de contenidos. El maximalismo, en cambio, designa la corriente que aprovecha los elementos despojados y los combina con el propósito de generar espacios mucho más cálidos y acogedores. Son enseres y objetos minimalistas que, en conjunto, arrojan un resultado distinto del que tendrían si se exhibieran solos.
Estos cambios se producen porque fue necesario llenar el espacio vacío típico del minimalismo, ya que se necesitó mayor cantidad de elementos que fueran útiles y funcionales. Un sofá puede ser exquisito, pero precisamos una mesa de apoyo en donde dejar el cenicero. El sillón se luce más con almohadones en colores vibrantes; el piso resalta con una buena alfombra...
-¿Tiene preferencia por algún tipo de trabajo en especial?
-No, en este momento se está trabajando mucho con locales comerciales y también en el reciclado de algunas casas de campo. Personalmente prefiero todo lo que sea creativo. Esa es una de las virtudes de esta profesión. Mi empresa, Arquitectura Ambientada, se dedica a la arquitectura, la decoración y ambientación. Considero que lo más interesante es la parte arquitectónica. Nuestra idea es dejarle al dueño todo listo: la casa preparada para ser habitada. Eso especialmente se puede conseguir con las de campo, porque se desentiende y nosotros quedamos a cargo de todo.
-¿Cómo afectó la crisis actual de nuestro país a ese mercado laboral?
-Produjo fuertes cambios. Por empezar, la forma de trabajo, la manera de presupuestar. Ahora se hace mucho asesoramiento, realizan consultas y los profesionales brindan sus consejos. Eso antes no se hacía. Ahora se redecora sólo en el caso de que sea necesario. Sí, en cambio, se elaboran propuestas especiales, por ejemplo en bodegas y fincas de distintas regiones del país. Ultimamente hemos trabajado en lugares tan disímiles como Chaco y Bariloche.
-¿De qué manera se adaptaron a la crisis?
-Cuando inicio la decoración de una casa tengo en cuenta que hay que rescatar todo aquello que pueda servir. Es decir, no creo que porque se renueve una ambientación haya que tirar todo y poner todo nuevo. Por el contrario, pienso que se pueden realizar unas interesantes mezclas entre algunos objetos que se conservan de la decoración anterior a los que se les puede incorporar otros elementos que hagan falta.Considero que es por ese motivo que me llaman.
-Usted es uno de los decoradores más conocidos y prestigiosos de nuestro medio...
-Bueno, tengo 20 años de experiencia en este rubro. Me hice conocido en la época en la que las casas se abrían, se mostraban en las revistas y todo se podía fotografiar. Y yo era el decorador de esas casas. Además me parece que coincide con un importante auge de la decoración, una fuerte necesidad de expansión de ese mercado. Estoy contento de haber podido desarrollar mis ideas y de haberlas mostrado.
Modelos y precios
Los importes pueden estar sujetos a variaciones.
Algunos objetos que se acercan al estilo Juan Ricci:
- Mantas de terciopelo: $ 290 (Cat Ballou).
- Catre: de cuero crudo y patas talladas de madera, $ 550 (Cat Ballou).
- Banqueta: en terciopelo, $ 250 (Cat Ballou).
- Lámpara de pie: con base en cuero, pie cromado y pantalla en pergamino, $ 220 (Concepto Urbano).
- Florero: en porcelana japonesa, $ 22 (Bepinel).
- Porta CD: en madera, $ 110 (Concepto Urbano).
- Cuadros: pintados a mano, $ 29 (Bepinel).
- Lámpara: de escritorio, con base y pie en madera de nogal y pantalla de tela, $ 75 (Concepto Urbano).
- Florero: en cristal azul satinado, $ 120 (Bepinel).
Fuentes consultadas: Juan Ricci, decorador: 4812-4003. Concepto Urbano: Soler 5858; 4777-2292. Florencia Pieres, diseñadora y Cat Ballou: Costa Rica 4522; 4833-1035. Bepinel: Arenales 1143; 4812-2014.
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