La huella del Delta

El laberinto infinito que sugieren los ríos, canales y arroyos del Delta diseñan el antídoto perfecto para soportar una ciudad tan inmensa y caótica como Buenos Aires. A sólo treinta kilómetros de la capital existe una gran superficie verde que promete ratos de ocio silencioso bajo la sombra lánguida de algún sauce llorón.

El Delta se formó por la acumulación de sedimentos arrastrados por los ríos Uruguay y Paraná. El acarreo lo inicia el río Bermejo -afluente del Paraná- en los lejanos andes bolivianos y sólo se ramifica en la ciudad de Diamante, Entre Ríos. Desde allí se desplaza por medio de cinco mil cursos de agua hasta desembocar en el Río de la Plata. La velocidad de arrastre disminuye al entrar en contacto con las aguas del Plata y así comienza la decantación de los sedimentos. Luego, lenta, pero efectivamente, la biomasa acuática -principalmente los juncos- impulsa la conformación de las islas.

Como se advierte, la anterior es la versión científica. Sin embargo, también se tejieron ingeniosas leyendas para describir los orígenes de estas tierras bajas.

Se cuenta que en los días posteriores a la Creación, Dios bajó a la Tierra para contemplar su obra. A pesar de su naturaleza previsora, el todopoderoso no había calculado que ya era tarde y la noche se acercaba, sin concesiones. Así, cuando el manto de oscuridad no lo dejó ver el camino, Dios apoyó la palma abierta de su mano sobre el terreno para intentar reconocerlo. Ni bien se levantó advirtió la profunda huella que su extremidad había grabado en la tierra. Sorprendido y preocupado no tuvo más remedio que llenar las grietas con el agua de un río y así se formó el Delta del Paraná.

Para los que no cuentan con embarcación propia, la mejor manera de recorrer el lío de cursos de agua es a bordo de una lancha colectivo.

Construidas en los años 40, estas naves son de madera y tienen capacidad para un centenar de pasajeros.

Parten de la Estación Fluvial de Tigre y llegan hasta los riachos más olvidados. El visitante puede detenerse en algún recreo u hostería y luego tomar otra lancha y continuar el circuito.

Tienen paradas -igual que los colectivos- en cualquier muelle. Basta con extender el brazo -como en tierra- para que el capitán enfile la proa hacia el objetivo.

La cadencia de los isleños

En la actualidad, las casas de fin de semana dominan la Primera Sección de las Islas, que se extiende hasta el Paraná de las Palmas. De repente, a varios kilómetros de Tigre, aparecen -entre coquetas casasquintas- las sencillas construcciones que habitan los isleños.

"Sus hombres, los hombres de este río (...) son en todo semejantes a él. Por eso todavía sobreviven. Por eso parecen tan viejos y lejanos y solitarios. No aman el río exactamente, sino que no pueden vivir sin él. Son tan lentos y constantes como el río. Y, sobre todo, son tan indiferentes como el río. Parecen entender que ellos forman parte de un todo inexorable que marcha animado por cierta fatalidad. Y no se rebelan por nada. Cuando el río destruye sus chozas y sus embarcaciones y hasta a ellos mismos. Por eso también parecen malos." Así, a la vez con poesía y pesimismo describió Haroldo Conti, en su novela Sudeste, a los isleños. Si bien ahora quedan pocos y les resulta muy difícil sobrevivir, a principios del siglo último los inmigrantes italianos, vascos y alemanes, colonizaron las islas y se dedicaron a la fruticultura.

La gran mayoría de los isleños se dedica a confeccionar artesanías -pintura, telar, trabajos en mimbre y juncos- que se venden en el Puerto de Frutos de Tigre.

El descanso del maestro

Acaso por su naturaleza exuberante y romántica, el Delta sedujo, desde el siglo pasado, a distintas personalidades del quehacer nacional. Sarmiento fue uno de los primeros en ceder a los hechizos del mal del sauce. Tal como lo señalan los nativos, se trata de un amor a primera vista -insaciable y definitivo- que vinculará al afectado con el Delta de por vida. Así, en 1855, construyó su modesta casa de descanso sobre el río Sarmiento -antiguamente Abra Nueva- y el Arroyo de los Reyes que, con el paso del tiempo se convirtió primero en escuela, luego tuvo varios destinos y finalmente en museo. Pero en la transición entre las diversas suertes, pasó el tiempo y la pequeña casita de sauce colorado y ceibo se deterioró tanto que fue necesario reciclarla. Y la obra, que se abrió al público a fines de 1997, responde a un proyecto ambicioso.

Se diseñó una estructura metálica cuadrada -totalmente cubierta de vidrios- que aísla a la casa de los efectos del clima y le imprime un aspecto novedoso en la arquitectura delteña. El cerramiento tiene una entrada desde donde se inicia el circuito -sobre una pasarela- que deja ver los tres ambientes de la vivienda sin entrar.

Sarmiento se recluía allí durante sus períodos de descanso, pero también se interesaba por el futuro de los habitantes de la región y desde el momento en que pisó las islas se convirtió en su principal promotor.

Una de las pruebas es la introducción del cultivo de mimbre -que él se encargó de traer de Chile (ver página 2)- y en la actualidad constituye alrededor del 80% del que se produce en el país y un recurso fundamental de los isleños.

La lancha colectivo continúa su recorrido. Y mientras avanza por los canales amarronados, es posible que los visitantes sientan -aunque más no sea por unos segundos- que navegan en aguas remotas, tan distantes de la gran ci udad.

Hostería con alojamiento

Una opción para amanecer en el río

En los ríos y canales de la Primera Sección de Islas del Delta hay hosterías que ofrecen hospedaje y servicio de comidas. El acceso es por medio de las lanchas colectivo que parten desde la Estación Fluvial de Tigre. De acuerdo con los diversos circuitos se manejan las frecuencias horarias. Para informes, las empresas son Interisleña (4731-0261); Jilguero (4749-0987); Jilguero (4749-6765). El precio del pasaje ida y vuelta oscila entre $ 5,60 y $ 10 según la proximidad del destino que varía entre treinta minutos y una hora y media de viaje. Todas las hosterías cuentan con un parque arbolado y un restaurante. El precio de una comida -sin bebida- oscila entre $ 8 y $ 20.

Atelier. Situado en el río Capitán, a 15 km de Tigre. Tel. 4731-3532. Un bungalow con capacidad para dos adultos y dos niños sale $ 90 por una noche y dos días.

Río Hotel Laura. Situado sobre el Paraná, a 15 km de Tigre.Tel. 4749-3898. La tarifa por persona en habitación doble con media pensión es $ 45.

L´Imarangatú. Río San Antonio, a 10 km de Tigre. Tel. 4728-0203. Una habitación doble con media pensión sale $ 40 por persona por día.

Aeronavegantes. Río Carapachay, a 4 km de Tigre. Tel. 4728-0033. El alojamiento con pensión completa sale $ 60 por persona.

Tropezón. Río Paraná de las Palmas y canal Serna. Tel. 4728-1012. La tarifa por una habitación doble con baño privado y pensión completa es $ 55.

Fondeadero. Canal Honda, a 21 km de Tigre. Tel. 4749-5379. Una habitación doble con desayuno sale $ 30. También es posible acampar por $ 5 por persona.

Ischia. Río Carapachay, a 5 km de Tigre. Tel. 4749-0987. Una habitación doble con pensión completa sale $ 35 por persona.

Posada del Abra. Arroyo Abra Vieja, a 5 km de Tigre. Tel. 4728-0478. Una habitación doble con pensión completa sale $ 59 por fin de semana. También es posible acampar por $ 10 por carpa.

Bora Bora. Río Sarmiento, bajada en arroyo La Perla. Tel. 4728-0646. Una habitación doble por tres días y dos noches, con media pensión sale $ 80 los fines de semana y $ 70 de lunes a jueves.

Albergue de la Juventud. Arroyo Abra Vieja, a 3 km de Tigre. Tel. 4728-0396. El precio de la habitación para socios es $ 10 los fines de semana y $ 5 de lunes a viernes. Los no socios pagan $ 12 y $ 7, respectivamente. También se puede acampar por $ 5 por persona por día.

Las Rosas. Río Sarmiento, a 5 km de Tigre. Tel. 4728-0114. Una habitación doble con pensión completa sale $ 50 por persona.

Cruz Alta. Paraná de las Palmas, a 23 km de Tigre. Tel. 4728-0557. El precio de una habitación doble con pensión completa es $ 55.

La Manuelita. Río Carapachay, a 7 km de Tigre. Tel. 4728-0248. Una habitación doble sale $ 35 y el precio de una comida ronda los $ 15 por persona.

Bay Watch. Río San Antonio, a 10 km de Tigre.Tel. 4728-2438. Un bungalow para dos adultos y dos niños sale $ 50 por una noche y dos días. Se alquilan esquíes y se hacen paseos en banana. Alpenhaus. Arroyo Rama Negra, a una hora de Tigre. Tel. 4731-4526. El alquiler de un bungalow para dos personas con desayuno sale $ 160 por fin de semana. De lunes a viernes, el precio se reduce a $ 30 por día.

Bosque de Bohemia. Arroyo Antequera, a un kilómetro del Paraná de las Palmas. Tel. 4728-0053. El alojamiento en base doble sale $ 25 por persona con desayuno incluido.

Puerto Axé. Río Paraná de las Palmas y arroyo Cruz Colorada, a una hora y media de Tigre. Tel. 4731-6632. Es un nuevo complejo de seis hectáreas con diversas actividades de recreación para los huéspedes. La suite sale $ 110 con desayuno incluido. También es posible pasar el día por $ 25 con traslado desde Tigre.

Club de Pesca San Miguel. Río Paraná de las Palmas y arroyo Paycarabí. El alojamiento sale $ 10 por persona.

La Navarra. Canal de la Serna y arroyo Durazno, a una hora y media de Tigre. Tel. 4728-0126. El alojamiento con pensión completa sale $ 45 por persona. El camping sale $ 4 por persona y por carpa.

Don Gobbi. Arroyo Pajarito. Tel. 4728-0437. El alojamiento en habitaciones dobles sale $ 30 por día y si es con pensión completa, $ 35 por persona.

Las Palmas. Río Paraná de las Palmas y canal Arias, a 25 km de Tigre. Hay habitaciones triples por $ 15 y séxtuples por $ 35.

Informes Ente Municipal de Turismo de Tigre. Lavalle y R. Fernández. Tel. 4512-4497/4498. También es posible consultar por el número gratuito 0-800-Tigre o vía email:infoturismotigre.gov.ar

Centro de Guías de Turismo de Tigre y Delta. Realizan visitas guiadas todos los fines de semana del mes; el próximo 20 recorrerán el Museo Sarmiento y distintos circuitos delteños. Tel. 4731-4628/ 4542-4510.

Por Carolina Reymúndez

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