Las cinco cosas que los adultos nunca deberían decir a los niños, según la psicología
“Ya va a pasar”, “no puedes” o “solo quiero que seas feliz”, son frases usuales que pueden impedir un sano desarrollo de la inteligencia emocional de los pequeños
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Quienes tienes la responsabilidad de cuidar niños deben saber que ser conscientes de lo que se les dice es gran parte de la tarea. Las mejores intenciones de cuidado pueden terminar con malos resultados por no tomar en cuenta cómo pueden interpretar y cómo hacen sentir a los niños las palabras con que esas intenciones se transmiten.
“Los niños absorben lo que los adultos les dicen, y especialmente cómo les hace sentir ayuda a dar forma a quiénes son y a los adultos en los que se convierten”, explica Tasha Brown, psicóloga clínica, en diálogo con Good Housekeeping.
La experta destaca que para colaborar en la formación de infancias sanas es vital ser cuidadosos de lo que se les dice y especialmente de cómo se lo hace por el impacto emocional y psicológico que pueden causar en ellos ciertas frases que aunque cargadas de las mejores intenciones, suelen arribar a malos resultados.
En la búsqueda de claves para mejorar la performance de las interacciones de los padres, cuidadores y adultos con los niños, Marisa La Scala, periodista experta en relaciones familiares y cuidado infantil, dialogó para Good Housekeeping con Brown y otros expertos sobre ciertas cosas que es mejor evitar a la hora de relacionarse con los niños.
Cosas que los adultos nunca deberían decir a los niños
“Lo que un niño escucha, repetidamente, en los primeros siete años de vida se convierte en el guion que él mismo habla y en sus creencias fundamentales”, dice LaNail R. Plummer, director clínico del Onyx Therapy Group. Las frases cargadas de negatividad y limitaciones pueden convertirse en “pensamientos limitantes” para su vida adulta, explica el especialista.
1. “Ya va a pasar”
Hay situaciones en que los niños necesitan apoyo y atención, y “ya va a pasar”, simplemente desestima sus sentimientos. “Los padres y cuidadores deben esforzarse por crear un espacio seguro para la discusión”. Los niños deben saber que siempre pueden preguntar sobre las cosas que les generan inquietud o ansiedad detalla Brown.
La ansiedad, el enojo y otras emociones son respuestas válidas ante ciertas situaciones y “ya va a pasar”, simplemente cancela la oportunidad de explicarlo.
2. “Basta de llorar”
El desarrollo de la inteligencia emocional requiere validar las emociones de los niños, no cancelarlas, explica Brianna Briganti, coordinadora clínica de Collaborative ABA Services. “Basta de llorar” se suele interpretar como un desinterés por los sentimientos de los niños.“Validar y ser consciente de sus sentimientos es el primer paso para enseñarles habilidades de afrontamiento e inteligencia emocional”, sentencia Briganti.
“Veo que estás triste por lo que sucedió”, es una manera de que el niño sienta que se reconocen sus sentimientos y se validan sus emociones.
3. “No puedo jugar”
Difícilmente siempre se pueda jugar, pero la clave es que los niños entiendan que es una circunstancia, no algo permanente, explica Brown. “El juego es extremadamente beneficioso no solo para el desarrollo de un niño, sino también para la relación entre el cuidador y el niño”, dice la experta.
El no rotundo debe reemplazarse con la explicación de por qué en ese momento no se puede. “En este momento estoy trabajando, pero puedo jugar contigo más tarde”, es según la experta una manera sencilla y eficaz de salvar este tipo de situaciones.
4.“No puedes…”
Frente a cosas que los niños prueban por primera vez y no implican peligro para ellos o los demás, no debe utilizarse esta frase nunca. “Queremos animar a los niños a tener una mentalidad de crecimiento”, explica Brown. “No puedes”, desalienta y cancela ese desarrollo.
Para no caer en ese punto, se recomienda buscar comportamientos de reemplazo, una manera de corregir en términos positivos: “Sé que quieres correr, pero ahora es el momento de caminar”, ejemplifica la experta.
5. “Lo único que quiero es que seas feliz”
Aunque sea totalmente cierto, la frase genera mucha presión en los niños por el mandato que transmite. “Es una carga pesada pedir que los niños se sientan de cierta manera, especialmente dado que los humanos no podemos controlar nuestras emociones”, dice el Plummer.
Aprender a que no se puede estar feliz todo el tiempo es parte integral del desarrollo emocional de las personas. “Por supuesto que quiero que seas feliz. Pero nadie está contento todo el tiempo”es una opción más adecuada, según el experto, y bajará muchos el nivel de estrés del niño.
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