"Me llaman para hacer dramas, no comedias"
Además de ser registrada una y otra vez por su pareja, el director Luis Ortega, la actriz de 21 años se prepara para el teatro y más proyectos en cine
Gena Rowlands está en lo alto del podio de las actrices favoritas de Ailín Salas. Le divierten mucho sus excentricidades, sus borracheras. En coincidencia con la actriz norteamericana, que solía ser dirigida por su marido John Cassavetes, pionero del cine independiente norteamericano de fines de los 60, Ailín es registrada una y otra vez por su pareja, el director Luis Ortega. Primero, con Dromómanos y, este año, con Lulú, que fue presentada en Río de Janeiro, en los festivales de Toronto y de Roma, y que se estrenará en nuestras salas este año. La actriz, que ganó popularidad hace dos años en la primera temporada de En Terapia con un personaje muy complejo –una adolescente con tendencia suicida–, a los 21 años cuenta con un largo recorrido fílmico. Queremos Giacomo cantó en una publicidad, a los 11 años. Debutó en cine a los 14 con XXY, de Lucía Puenzo y de ahí en más no paró de filmar. Además, es la imagen de la etiqueta Juana de Arco.
Muchos le dicen que parece brasileña. Tal vez por su tez morena, su pelo ensortijado y andar despreocupado. Y no se equivocan. Es. Nació en Aracaju, al norte de Salvador de Bahía. De madre brasileña y padre argentino, pasó sus primeros años de vida cruzando la frontera, hasta que se instaló definitivamente en la Argentina a los 7 años junto a su padre. Recibe a La Nación Revista en la casa que comparte con su novio, antigua, con balcones a la calle, que deja a la vista sus desgastes. El ritmo de la casa es pausado, como cada frase que expresa la actriz, que a veces suena ligera; otras, grave, contundente.
Te convocan siempre para el drama.
Seguramente me sale más fácil. Me llaman para personajes así, no para comedia. Hay una barrera que tengo que romper para hacer comedia. Igual me encantaría.
¿Y cómo es tu personalidad detrás del personaje?
Con la gente que no conozco soy bastante tímida, me cuesta abrirme. Soy distinta con cada persona. No soy como mis personajes, aunque tengo algo de ellos, soy bastante melancólica, pero no soy sólo eso. Creo que a todos los actores nos llaman por lo que nos queda más cerca, no para algo muy distinto. Cuando ayudo a pensar actores con Luis, algo que me encanta hacer, pienso en personas parecidas al personaje, no en alguien que haga una composición enorme de algo distinto, entonces entiendo que hagan lo mismo conmigo. Igual me gustan los actores que hacen de sí mismos, como Gena Rowlands. Me gusta mucho Cate Blanchett.
¿Cine o tele?
Depende del proyecto. Podés hacer algo en cine no tan bueno, y en la tele algo increíble, y al revés.
¿Y una tira diaria más comercial?
Siento que no me conocen o no me ven para eso. Acabo de hacer un casting para una tira de (Juan José) Campanella. Me encantaría, pero no sé si me ven para algo así. Pero me gustaría experimentarlo.
¿Trabajarías en Polka?
¿Lo decís por Luis? Sí, re.
¿Cómo es trabajar bajo la dirección de tu pareja?
Hay mucha más confianza. Es bueno y por momentos malo. En Lulú justo empezamos a convivir. Él ya estaba maquinando la película hacía dos años. Y yo entré en su casa y en su vida, y estuvo buenísimo porque lo acompañé antes, durante y después del rodaje. Llegué a las escenas con mucha idea de lo que él quería, lo veníamos horneando de antes. Él se entrega mucho en cada película y yo también. La película era nuestra vida.
¿Cómo compusiste el personaje de Ludmila?
Fue un desafío. Lulú es una historia de amor más que nada. Dos chicos que viven en una casita como de jardinería, que estaba debajo de un monumento al lado del Palais de Glace. Cuando Luis vio esa casa, que antes estaba ocupada por una familia, quiso filmar ahí. Con Nahuel (Pérez Biscayart), mi pareja en la ficción, leímos bastante el guión. Lo fuimos construyendo de a poquito.
¿Qué hacés en tu tiempo libre?
Ahora lo aprovecho más. Antes podía pasar el día sin hacer nada. Ahora estuve medio año sin trabajar. Me dio ansiedad. Hice un seminario de entrenamiento físico. Ensayé una obra independiente, de Fernando Ferrer, con dos amigos de teatro. Nos juntamos a improvisar, a armar algo. El año que viene seguro estrenamos. Nunca hice teatro.
¿Proyectos en cine?
Voy a filmar una película de Pablo Agüero sobre el cuerpo embalsamado de Evita. Interpreto a una empleada que limpia en la CGT mientras el médico embalsama el cuerpo. Está muy bueno el guión. Después filmo con un amigo que terminó de estudiar en la Universidad del Cine, FUC, en febrero, su primera película. Y después otra, La helada negra, con un personaje un poco místico.
En un futuro, qué te imaginas haciendo?
Teniendo hijos. Y dirigiendo alguna película. Todavía no tengo el valor. Me gustaría hacer algo personal, cercano a mí. Me gustan las películas de gente que hace algo que conoce mucho. Y tengo que solucionar el inglés. No sé hablarlo.
¿Te gustaría tener una familia numerosa como la de Luis?
Me imagino con tres hijos, no más.
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