El especialista en historia económica de nuestro país, Julio Djenderedjian, habla acerca de la primera experiencia de cuasimoneda que tuvo el país
La Legislatura riojana autorizó al gobernador Ricardo Quintela a emitir 22.500 millones de pesos en cuasi moneda. En breve comenzará a imprimirse el Bocade (Bono de Cancelación de la Deuda). Esta noticia agita un fantasma del pasado reciente de la economía nacional: ¿es el regreso de las cuasimonedas o bonos de emergencia que circularon de forma masiva, como moneda de curso legal, durante la crisis de 2001?
En la memoria de muchos argentinos que padecieron esos tiempos difíciles, todavía está presente la imagen del Patacón, la cuasimoneda que circuló en la provincia de Buenos Aires entre el 2001 y el 2003. Y también el Lecop, el bono con la misma función que emitía el gobierno nacional. En esa época, además, más de una decena de provincias de la Argentina emitieron su propio bono para paliar la crisis. Entre otros, se recuerda el Lecor, de Córdoba, los Federales, de Entre Ríos, El Quebracho, de Chaco o el Petrobono, de Chubut y Río Negro.
“Todos ellos se emitieron en un contexto donde había restricciones de emisión dadas por el sistema de convertibilidad. Al existir una fuente de emisión restringida, un escenario en el que no podés emitir más billetes, algunas administraciones -tanto a nivel nacional como provincial- se pusieran a inventar o reinventar esto, para pagar el gasto corriente”, explica Julio Djenderedjian, especialista en Historia Económica Argentina y director del Instituto de Historia Argentina y Americana Emilio Ravignani.
Pero Djenderedjian, que además es investigador de Conicet y profesor de la UBA, va más atrás en el tiempo de los agitados avatares económicos argentinos para contar cuál fue la historia de la primera cuasimoneda que circuló por el territorio nacional, cómo se dio su surgimiento y qué características tuvo en común con las que nacieron de la crisis de 2001.
El economista señala que las primera cuasimonedas también aparecieron en un contexto que la economía argentina estaba bajo un régimen de convertibilidad, un período que se dio entre los años 1867 y 1876, durante las presidencias de Domingo Sarmiento y Nicolás Avellaneda, y que tuvo una crisis fuerte a partir de 1873. Entonces, los papeles que funcionaron por fuera de la que era la moneda oficial se llamaron “notas metálicas” y fueron utilizadas, cuando no, para pagar gastos. “El déficit fiscal es recurrente”, se lamenta el especialista en historia económica al relatar una parte poco conocida de las experiencias monetarias argentinas.
-Djenderedjian, ¿en qué contexto surgen las primeras cuasimonedas de la economía Argentina?
-Se emitieron básicamente en el período que va entre 1867 y 1873. Para esa época, en la que la economía estaba en un régimen de convertibilidad, había dos formas de emisión. Además de los billetes que emitían el Banco Provincia y otros bancos en el país, que eran convertibles, por lo cual tenía que haber un equivalente de su valor en oro, había otra emisión para cubrir gastos del Estado que se llamaban notas metálicas. Estas notas eran billetes también y funcionaron de modo parecido a las cuasimonedas. En total, la emisión de notas metálicas fue de 12 millones de pesos fuertes. Una cifra enorme, más o menos la misma cantidad de billetes convertibles que habían circulando.
-¿Qué diferencia había entre las notas metálicas y los pesos de entonces?
-Las notas funcionaban como circulante, a la par de los billetes convertibles, pero ellas no tenían el requisito de convertibilidad, porque eran promesas de pago en metálico directamente, como si fueran bonos a pagar en determinado plazo. Los pesos, en cambio, estaban fijos a una convertibiliad, que implicaba restricciones en la emisión. Por ejemplo, si tenías reservas por un millón de pesos en oro podías emitir un millón en papel, no podías emitir más que eso. Por eso se dice que había dos fuentes de emisión, los billetes convertibles y estas notas, a las que se las puede denominar cuasimonedas.
-¿Cuál fue el uso que se les dio a esas notas metálicas?
-El de siempre: pagar gastos. El tema del déficit fiscal, la madre o padre de todo, es recurrente. En esos años los principales gastos eran bélicos. La Guerra del Paraguay (1865-70) y también las rebeliones de (Ricardo) López Jordán, o luego de (Bartolomé) Mitre, en 1874. A eso sumale los problemas provocados por la epidemia de cólera de 1867, la de fiebre amarilla, en 1871... Es decir, el Estado tenía déficits crónicos y como tenías la restricción monetaria, no podías emitir pesos que circularan.
-¿Cómo terminaron las notas metálicas?
-En 1873 llegó a la Argentina una crisis económica larga, que comenzó ese año con un pánico en la Bolsa de Viena (la crisis económica en Europa desestimuló las inversiones de los países de ese continente en Argentina) y se prolongó hasta 1876, al menos en nuestras latitudes. En esa época había billetes convertibles en todo el país. Y cuando llega la crisis, todo empieza a tambalear. La gente corre a los bancos para canjear sus billetes convertibles por oro. El resultado es que se vacían las cajas y finalmente la convertibilidad se suspende. En 1876, todos los bancos -el de la provincia de Buenos Aires y las demás provincias-, abandonan la convertibilidad de sus billetes.
Para pagar las notas, en tanto, había que tener metálico y al no tenerlo, cayeron al principio en el mismo problema que los billetes convertibles. De este modo, potenciaron la necesidad de metálico y por tanto la profundidad de la crisis.
-¿Cómo salieron entonces de circulación las notas metálicas?
-Las pagó el Estado, el Banco Provincia, el Banco Nacional. Eran bancos estatales los que las habían emitido. Al suspenderse la convertibilidad, los billetes ya no debían ser convertidos a metálico, entonces con eso no hubo problema. Finalmente se cubrieron con emisión sin respaldo.
-La convertibilidad es el punto en común de origen de las cuasimonedas de 2001 y las notas metálicas. ¿Hubo alguna diferencia en la manera de cancelar esos bonos?
-La diferencia de 1876 con el 2001 es que en 1876 no hubo default. Es decir, los bonos se pagaron con ahorros en el Estado. Se bajó un 10 por ciento los sueldos de los empleados públicos, por ejemplo.
-Por la fecha de la que estamos hablando, el encargado de llevar adelante la salida de la convertibilidad y el ajuste posterior para evitar el default fue el presidente Avellaneda, ¿es así?
Si, exactamente. Avellaneda dijo que iba a honrar los compromisos adquiridos “sobre el hambre y la sed de los argentinos”. Además de esto, en el aspecto monetario, la crisis de 1873 al 76, con el fin de las convertibilidades, terminó retrasando la imposición de una moneda nacional hasta 1883.
-Después de la experiencia de las notas metálicas y hasta la llegada de los Patacones y demás bonos que circularon como moneda de curso legal en 2001, ¿hubo en el país alguna otra experiencia de cuasi monedas?
-Que yo sepa, no. Es más, la idea de (Julio Argentino) Roca (presidente entre 1880-1886 y 1898-1904) fue eliminar todas las monedas “alternativas” que circulaban, como los pesos bolivianos, las chirolas peruanas, los papeles de bancos provinciales. Hasta 1883 no se pudo hacer, y fue una operación política sumamente complicada. Pero como Roca estaba decidido a terminar de armar la nación, avanzó en ese sentido. En el siglo XX hubo emisiones de bonos pero no llegaron al nivel de circulación que tuvieron esos otros episodios del 2001.
-¿Qué diferencia hay, en términos de contexto económico, entre los momentos en que surgieron las cuasi monedas que hemos visto y este momento, en que el gobierno de La Rioja informa que va a sacar su propia moneda o cuando, hace un mes, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, sugirió lo mismo?
-La diferencia es que ahora no tenés convertibilidad. No tenés una restricción monetaria como había en aquel momento. Lo que hay es una restricción presupuestaria, en el sentido en que hay un déficit muy alto y un gobierno que dice: “No hay plata”. Está bien, no hay plata, pero tampoco significa que la plata sea solamente la que está acá porque debe estar respaldada por un conjunto de divisas. Al no estar esta restricción vos podés emitir. Entonces, todo se podría manejar en una mesa de negociaciones.
-Las cuasi monedas no traen recuerdos muy felices para los argentinos.
-Porque todo el mundo tiene un recuerdo de 2001, un recuerdo nefasto para mucha gente, para todos. Entonces, volver a eso, volver a la imagen de billetitos con algún héroe local es como un impacto político muy importante. Pero bueno, son movidas de cada uno, y hay que ver cómo lo negocian.
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