
Pequeños y movedizos
Los hámsters son ideales cuando no hay mucho espacio en casa. Son los preferidos de los chicos y no necesitan demasiados cuidados para vivir saludables
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Pequeños, movedizos, simpáticos, de sencillo manejo y muy económicos de alimentar y mantener, estos roedores son originarios del Cercano Oriente. Los más conocidos son los hámsters sirios o dorados que, por otra parte, son los que alcanzan mayor tamaño y peso (unos 15 cm de largo y entre 120 y 150 g).
Pero también hay hámsters chinos o enanos (dado su reducido tamaño), rusos, jamaiquinos, armenios y europeos. Todos son más pequeños y tienen menos variedad de colores, ya que generalmente están sólo dentro de la gama de los grises. En cambio, el dorado se presenta en variedades que combinan el blanco, el crema, el canela, el marrón, y pueden ser de pelo largo o corto.
Bienvenido a casa
Para que se integre del mejor modo posible a la vida familiar hay que tener en cuenta algunos detalles que ayudarán a una mejor convivencia.
- Originariamente, era un animal habituado a la vida del desierto, de hábitos solitarios y conductas agresivas para defenderse de las condiciones adversas del medio. Puede acostumbrarse a vivir con personas, pero el acercamiento debe hacerse de manera muy gradual y con algunas precauciones. Es que, si se lo molesta, puede utilizar sus filosos dientecitos... para morder.
- Los veterinarios aconsejan que, si se teme una mordedura, se lo tome del pliegue nucal (como si fuera un gato). Otra opción es tomarlo con las dos manos, y luego cerrarlas, entrelazándolas. Una tercera forma es ponerle delante una latita o vaso; ingresará naturalmente allí y después se lo podrá trasladar sin problemas.
- A diferencia de otras mascotas, no tendrá una vida muy larga. Si hay chicos en la casa es conveniente analizar las personalidades: una pérdida podría afectarlos demasiado. Por otra parte, considere que los pequeños no siempre pueden manipularlos con seguridad.
- Si la familia tiene otros animales, especialmente gatos, habrá que dedicar un tiempo especial para saber si es posible la adaptación.
- En caso de que se quiera tener crías, conviene consultar con un especialista. Las hembras son muy prolíficas: tienen celo cada 4 días, la gestación dura entre 15 y 18 jornadas y suelen convertirse en mamás de muchos pequeñitos; entre 6 y 10 como promedio. Lo habitual es que el macho sea trasladado al recinto de la hembra, pero debe sacárselo de inmediato una vez que la parejita ha consumado la relación, porque ella se torna agresiva.
Un animalito con personalidad
El hámster tiene rasgos muy particulares: al conocerlos, podremos respetar sus necesidades.
- Lo ideal es que viva solo en su casita (ver La vivienda ideal ). El problema es que existen peleas y agresiones frecuentes entre ellos, especialmente cuando no son del mismo sexo. Dos machos adultos pueden llegar a convivir en el mismo recinto, pero esto es casi imposible entre dos hembras.
- Es muy activo. No hay que inquietarse si se lo ve siempre en movimiento. Por eso necesita tener suficiente espacio, ya que puede andar el equivalente a 8 kilómetros diarios.
- Como todos los roedores, sus horarios de máxima actividad comienzan al atardecer y se prolongan durante toda la noche: se lo escuchará moverse en su ruedita o su plato de ejercicios. Para muchas familias, esto puede resultar un problema. Lo ideal es ubicarlo en un lugar de la casa donde sus movimientos no incomoden. Si se le quitan los elementos que le permiten estar en actividad dentro de su casita, en realidad se lo perjudica: pretendemos que se parezca a nosotros (que dormimos de noche y estamos activos de día), cuando él tiene su propio ritmo biológico.
Sabías que...
- Todos los hámsters actuales, tanto los que se utilizan en los laboratorios como los de experimentación o aquellos que se integran a una familia, son descendientes de 8 parejas de hámsters sirios, que fueron hallados por arqueólogos británicos en el Cercano Oriente, en 1930.
- Dada su alta tasa de reproducción, se los empezó a utilizar como animales de laboratorio, pero también mostraron virtudes que los volvieron buenos compañeros de las personas.
- Es probable que en la zona de Turquía, Armenia o Siria aún existan hámsters silvestres, pero lo cierto es que todos los que se comercializan u obsequian en el mundo son descendientes de esas primeras parejitas halladas hace casi 70 años.
Las nanas habituales
- Hay que prestar atención con las rueditas de ejercicios: es frecuente que existan fracturas porque se enganchan sus patitas (de huesos tan finos como escarbadientes). Los tubos y el plato de ejercicios pueden evitar este problema.
- Si tomó frío o soportó alguna corriente de aire, pueden sobrevenir afecciones respiratorias. Estornudan, tienen secreción nasal, falta de apetito y se los ve decaídos. Hay que consultar urgente con el veterinario.
- No se vacunan ni desparasitan. Es casi imposible que transmitan enfermedades a los seres humanos porque hace muchos años que no llevan vida silvestre y no suelen tener interacción directa con otros animales.
- Cuando envejece, puede padecer un problema llamado demodexia. Es producido por un parásito que siempre está en su piel, pero que a medida que pasa el tiempo y su fortaleza declina, puede producir caída del pelo, caspa, descamación. El principal inconveniente es que nuestro amiguito se rasca porque tiene comezón y puede lastimarse.
- Los viejitos también pueden presentar infección en los abazones, ya que no son tan hábiles para sacar la comida que allí almacenan.
- Otra enfermedad habitual es conocida con el nombre de cola húmeda , y se presenta cuando tiene las defensas bajas. Se trata de una diarrea producida por una bacteria intestinal.
- Una característica especial de los machos es que en cada parrilla costal (laterales del cuerpo) poseen una pequeña glándula, oscura y pigmentada, que cumple funciones de atractivo sexual. Se pueden ver fácilmente con sólo soplar el pelaje del animal. Algunas familias se asustan, creyendo que es un tumor o un absceso. Nada de eso: es una característica natural.
Precios y productos
- Viruta: $ 1 la bolsa de 250 g; alcanzan para tres cambios; 6, alcanzan para 20 cambios, aproximadamente.
- Balanceado: hay importados y nacionales, desde 2 hasta 6 pesos.
- Bebederos para roedores: desde 7 hasta 12 pesos.
- Hamsteras: desde 24 hasta 60 pesos. Según el precio, pueden incluir rueda de ejercicios, bebedero y comedero, casita, escaleras, tubos, conectores y cuevas. Son de pisos plásticos.
- Hámsters: desde 5 hasta 8 pesos, aproximadamente. Se venden a las cuatro o cinco semanas de vida.
La alimentación
- En el mercado existen productos balanceados (mezclas de semillas) especiales para ellos. Hay que mantenerlos en lugares frescos y secos para que conserven sus propiedades.
- Sin embargo, es posible alimentarlos con la mayoría de productos que se tienen a diario en una casa, porque es un animalito omnívoro (come de todo): verduras crudas y cocidas, frutas, legumbres, arroz cocido, huevo, frutas secas, semillas. No convienen las carnes o los embutidos: pueden alterar su flora intestinal.
- Comen varias veces por día. Es habitual que guarden comida en los abazones, unas bolsas que se abren a los costados de las comisuras de los labios. Pueden albergar grandes cantidades de alimento en ellas, porque se extienden mucho. Después, con la ayuda de sus manitas, retiran el contenido que guardaron.
- Es imprescindible proveerles siempre agua fresca, especialmente cuando sólo se alimentan con balanceados.
Fuentes consultadas
Veterinaria Petís (doctora Beatriz Carrettoni): Avda. Córdoba 4416; 4777-1568/1569.
Tienda de Mascotas Anaconda: Avda. Raúl Scalabrini Ortiz 1452; 4832-2648.
Doctor Alejandro César Gonzalo (especialista en mascotas no tradicionales): Ramón Falcón 2247, 5° B; (15)1714209.
La vivienda ideal
- Se venden jaulas especiales, algunas de ellas equipadas con ruedas, platos de ejercicios, túneles, tubos y sectores especiales para que las hembras construyan el nido. Deben tener piso continuo (no enrejado, porque existen riesgos de fracturas) y ángulos para ubicar el comedero y bebedero. Este último debe ser tipo botella para evitar que el agua se derrame y humedezca la vivienda de nuestro amigo. Como sus pequeños pero fuertes dientes son capaces de roer plástico, madera y metales blandos, su casita debe ser segura y tener una tapa firme, a prueba de huidizos.
- Las peceras son ámbitos apropiados para ellos. Como son de vidrio, permiten controlar mejor los cambios de clima: el hámster es muy sensible a las variaciones de temperatura. Otra opción son recipientes de plástico opaco, que agregan dos ventajas: el animalito no ve qué ocurre fuera de su vivienda, y no existe el riesgo de que si hay chicos manipulándola ocurran accidentes.
- ¿Cómo equipar la casita? Hay que conseguir viruta limpia, blanca, no de maderas rojas que contienen aceites volátiles y podrían intoxicar a nuestro compañerito.
- La capa de viruta debe tener entre 5 o 6 cm de alto, para que haga nidos y esconda allí su comida, dos conductas típicas de la especie. No hay que asustarse si se sumerge varias horas bajo la viruta: le gustan las cuevas, y puede respirar bien aun allí.
- El tamaño de la casita debe relacionarse con el del animalito. Cuanto más espacio tenga para moverse, más placentera y sana será su vida. En ámbitos muy pequeños, se estresa con gran facilidad. Tiene que tener una altura suficiente (entre 15 y 20 cm), porque salta y puede escaparse.
- Si tiene suficiente lugar, va a ser feliz en su recinto. Se lo puede dejar salir fuera de la jaula o pecera, si se presta mucha atención a sus movimientos: se esconde con facilidad en lugares insólitos (pueden hacer nidos en cajones, por ejemplo), y como son pequeños y frágiles, existen riesgos de accidentes (pisotones, caídas, etcétera).
- Se aconseja cambiar la viruta 2 o 3 veces por semana: el hámster se alimenta, pero también cumple sus ciclos de eliminación en el mismo espacio. No hay que preocuparse si come sus propios desechos (es una conducta normal en tre los roedores).
- No necesita baños ni utilizar productos cosméticos de ninguna clase. A lo sumo, un día de mucho calor, uno puede humedecerse una mano con agua y tocarlo, para ayudar a que se refresque.
- Al cambiar la viruta higienizar el lugar con agua y detergente, y secar muy bien.
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