Sentimientos y caricias: el futuro inmediato de las relaciones humanas, según Bill Gates
La pandemia y sus coletazos remitirán recién a finales del 2022 (aunque ahora dicen que en 2024) y la tan ponderada modalidad “a distancia” será cada vez más cinematográfica: en breve los seres humanos comenzaremos a interactuar de lejos pero con la sensación de estar ahí, sea en el ámbito del trabajo, la familia o las citas románticas. “La mayoría de las reuniones virtuales pasarán de las cuadrículas de imágenes de cámaras en 2D -que yo llamo el modelo de Hollywood Squares, aunque sé que probablemente eso me remonte al metaverso-, a un espacio en 3D con avatares digitales. Tanto Facebook como Microsoft develaron recientemente sus visiones al respecto, lo que dio a la mayoría de la gente su primera visión de cómo será. La idea es que, con el tiempo, utilices tu avatar para reunirte con la gente en un espacio virtual que reproduzca la sensación de estar en una habitación real con ellos. Para ello, necesitarás unas gafas de RV y unos guantes de captura de movimiento para capturar con precisión tus expresiones, tu lenguaje corporal y la calidad de tu voz” anticipa Bill Gates entre sus predicciones para el futuro inminente.
No es difícil trasladar ese pronóstico al territorio de las sábanas, que ya están intervenidas por plataformas de encuentros, juguetes sexuales remotos y amantes robots, entre otras tecnologías aplicadas a las relaciones de pareja. Lo que imaginó Spike Jones en su película HER quizá sea un poroto comparado con lo que nos espera, pero lo más curioso del asunto son esos “guantes” que, según Gates, serán capaces de hacer vívidas nuestras conexiones lejanas. No imagino cómo serán. Leía justamente una entrevista a la CEO de unos de los grupos textiles más grandes del planeta sobre el porvenir de la industria de la moda y la mujer decía que, a pesar de hacer cada vez más compras online, la gente sigue queriendo ir al local para tocar las prendas, es decir, nada ha logrado reemplazar las mil y una sensaciones que se activan en el simple acto de pasar la mano por una superficie. Ni hablar lo que despierta un roce, un abrazo, una caricia.
Quizá sea momento de resignificar este sentido, vehículo imprescindible para la expresión de los sentimientos. La experiencia de tocar y ser tocados provoca en los seres humanos infinitos beneficios para la salud y en especial en las relaciones de pareja, argumentaba un estudio reciente publicado en la revista Psichology Today. El tacto afectuoso en particular, es decir el que es consciente, es una herramienta clave ya que aumenta la cercanía y la intimidad entre dos personas. La investigación, desarrollada en cuatro etapas y con distintos métodos sobre más de 800 parejas estables, indaga en el rol de la percepción de afecto y la capacidad de respuesta ante el estímulo, demostrando que un vínculo se afianza cuando las partes se expresan apoyo mediante gestos físicos no necesariamente eróticos. El tacto actúa a nivel físico, químico y energético, aumenta los niveles de endorfinas en sangre, disminuye los de cortisol y epinefrina, hormonas relacionadas con el estrés, concluye otro ensayo, de los miles que se han hecho para recordar su condición de inimitable. Es un gesto clave para el desarrollo psicobiológico de las personas, incluso las primeras experiencias táctiles son determinantes para el desarrollo posterior del cerebro y del sistema nervioso en general. La falta, o la inadecuada experiencia en la infancia genera dificultades a la hora de vincularse con los demás, debido a que es un sentido eminentemente afectivo, describía a comienzos del siglo XX René Spitz, cuando demostró como las consecuencias negativas que sufrían los chicos huérfanos internados en instituciones públicas.
En fin que bienvenidos sean los guantes y el 3D si lo que harán por nosotros será abreviar los tiempos laborales y despejar las horas para disfrutar más de la vida real y todo lo bonito que significa compartir con los seres queridos, aunque sea con barbijo...