Ser buen conversador facilita la vida
Expertos en comunicación explican por qué esa cualidad abre puertas en lo laboral y lo personal
MADRID.- Conseguir un trabajo cada vez es una tarea más ardua. Antes bastaba con presentar un currículum más o menos estándar en el que destacase tu carrera, idiomas y experiencia laboral. Ahora hay hasta cursos para hacer que tu currículum destaque por ser el más innovador y creativo. Pero la prueba definitiva será la entrevista en la que tus habilidades como conversador serán clave.
En un mundo en el que todo depende de las primeras impresiones, la capacidad de generar buenas relaciones sociales, contactos o, incluso, tener más éxito en una cita rápida, saber mantener una conversación parece una habilidad infaltable.
Amanda de Cadenet, conocida por conducir el programa de entrevistas La conversación, en el que ha charlado con Hillary Clinton, Jane Fonda o Lady Gaga es consciente de cómo saber llevar una buena conversación puede abrirte puertas. Es por ello que acaba de publicar el libro It's Messy, en el que recoge consejos que ha aprendido en sus entrevistas. Estos son algunos:
1 Generar confianza
Si la otra persona confía en nosotros, la conversación será más fluida, pero, ¿cómo se consigue eso? César Toledo, experto en comunicación no verbal, aporta que "la escucha activa es un recurso muy útil para que la otra persona nos hable. Devolver un feedback positivo, asentir, expresar una cara amable, emplear miradas reflexivas, exponer nuestro torso hacia el otro, mostrar las manos son conductas que ayudan en la comunicación crítica, sobre todo si van acompañadas de técnicas verbales como el parafraseo o el refuerzo de conceptos, sin juzgar ni censurar". Además, es importante manejar bien el contacto visual. "Normalmente el contacto visual abre los canales de la comunicación, pero en temas difíciles puede provocar el efecto contrario e intimidar al interlocutor. A veces basta con apartar la mirada para facilitar que el otro cuente algo delicado".
2 Interpretar los silencios y gestionar los tempos
Teresa Baró, consultora en comunicación, aporta que no sólo hay que gestionar lo que se hace, sino también lo que no se dice, es decir, los silencios. "Un diálogo es un baile donde se va alternando palabra y silencio; en una buena conversación éstos deben estar equilibrados. Tenemos una serie de códigos verbales y no verbales que regulan la interacción" y eso incluye saber cuándo toca hablar o callar. El ritmo es importante, no hay que olvidar que los dos enemigos de una conversación de calidad son las interrupciones y los monólogos".
3 Detectar mentiras
César Toledo explica que hay mucha literatura sobre indicadores conductuales del engaño, pero los dos únicos realmente fiables son "mantener la mirada más fija de lo normal y gesticular menos de lo habitual". Ambos se producen a causa "de una sobrecarga cognitiva que requiere el ejercicio de mentir". El consejo es que "cuando tu intuición te diga que hay algo raro en el comportamiento del otro, hazle caso e investiga, pero no te dejes condicionar por los sesgos ni prejuicios, porque de antemano no hay ninguna garantía de que tus sospechas sean fundadas".
4 Elegir el momento
Está claro que hay momentos claves en los que entrevistar a una personalidad tiene mucha más relevancia. Y también que hablar con tu pareja de un tema delicado tras una enorme discusión quizás no sea buena idea. Pero ¿se puede elegir siempre el momento para tener una buena conversación? "A veces se presentan inesperadamente. Por eso es importante tener las habilidades entrenadas", aporta Baró. Igualmente hay que tener en cuenta que en momentos relajados las conversaciones no son entrevistas, "sino que son por puro placer, no tienen otro objetivo que la relación personal". Sin embargo, si hay un objetivo muy concreto, "la planificación es fundamental. Hay que tener en cuenta el momento, el lugar, la forma de empezar y el tono que utilizaremos."
5 Saber tratar temas delicados
En ocasiones hay que hablar de aquello que más cuesta, y dominar las técnicas de una buena conversación será más importante que en una sobremesa. "La mejor manera es asegurándonos antes de que hemos conectado con la otra persona, que compartimos la misma frecuencia emocional", aporta César Toledo. El experto añade que "ponernos a la altura de la otra persona no es sólo una expresión hecha, debemos ponernos a la altura del otro de manera literal. Es importante buscar el momento y el lugar adecuados, generar el ambiente de intimidad que no incomode al otro".
6 Gestionar estados de ánimos
A veces no se puede elegir el momento, hay que tener una cita o una entrevista importante y el problema no será tanto el tema a tratar, sino el estado de ánimo del otro. Una cita con alguien que recibe una llamada que lo altera, una entrevista con un entrevistador que tiene un mal día o una charla con tu amigo sobre algo que no puede esperar cuando le han dado una mala noticia. "Hay muchas maneras de influir en el otro para que se calme. Una de las más importantes es contagiar tranquilidad a través de un lenguaje corporal y un tono de voz serenos. En general, la escucha activa da buenos resultados", concluye Teresa Baró.
Silvia Carpallo