
Todo sobre la radio
Cosechan premios y admiración, en especial de los más jóvenes, aunque cuentan con una experiencia ya larga. Sobre todo, los une la pasión por la radiofonía como factor excitante de la imaginación colectiva
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El encuentro entre Lalo Mir y Ari Paluch, ganadores en 1999 del premio Martín Fierro por sus programas de radio en FM Animal de radio y El exprimidor se realizó en el estupendo estudio que Lalo instaló en un loft del barrio de Belgrano. Lalo es locutor recibido; Ari es egresado de una escuela de periodismo. Fue la ocasión para que ambos desarrollaran sus particulares ideas acerca del arte radiofónico, para que se expresaran su admiración profesional y para que opinaran sobre la influencia de los medios, del público y de ellos mismos como comunicadores.
-¿Qué creen ustedes que hay que tener para ser un animal de radio?
Ari Paluch: -Te cuento una historia. La primera vez que viajé a Europa tuve la suerte de compartir el viaje con Lalo. Estando en Londres este tipo, que tiene una cultura enorme, me iba relatando hechos, lugares, calles y los dos jugábamos a inventar noticias, a imitar a los informativistas uruguayos, locutores como Dardo Luis Gregores, que colaboraba con Víctor Hugo Morales cuando transmitía en Uruguay...
Lalo Mir (Se ríe y se tapa la cara): -Es cierto, leíamos los carteles poniendo tonos, como los de Magdaleno, el locutor del boletín sintético de Radio El Mundo (lo imita).
AP: -Cuando Lalo viaja al lugar que sea yo sé que lo primero que hace es encender la radio. Mi placer cuando voy en ruta es poner una radio, que primero se escucha mal y a medida que uno se acerca a la ciudad la señal se vuelve intensa. Víctor Hugo Morales, en su momento José María Muñoz, Larrea, Fontana, Lalo, son animales de radio. Se nace con ese don; se puede mejorar, pero lo primordial viene en los genes. Desde que tenía 7 u 8 años, mi vieja me mandaba a hacer un mandado por el barrio y yo para no aburrirme iba haciendo un programa de radio, por ejemplo un reportaje imaginario, y cuando llegaba al almacén decía: Ahora pegamos una canción y enseguida seguimos. Fijate que no tenía radio, me inventaba una radio en el cuerpo para acompañarme. ¿Vos creés que eso me lo enseñó alguien?
-¿Qué grandes diferencias hay entre la AM y la FM?
LM: -Para mí, conceptualmente, no hay diferencias. Hay una convención que ha nacido de la cabeza de los programadores y directores artísticos de las radios. En esencia, lo que transmitimos es lo mismo: sonido, onda, palabras, música, ruido. Para mí, es lo mismo. Cuando desaparezcan las antenas, con la fibra óptica, todo va a ser en estéreo y de tal calidad que nadie diferenciará entre AM y FM.
AP: -Coincido. Personalmente hago FM como si estuviera en AM. Al principio, debido a que los receptores eran muy elementales, era lógico que para la FM se eligiera una tónica pulcra. La AM era el empedrado y la FM el asfalto. Con el paso de los años las dos están llegando a ser buenas autopistas. Hasta en llegada son iguales, porque a la FM la bajan por satélite y le dan un alcance de AM.
LM: -Te doy un ejemplo. El programa de Fernando Bravo, que va por AM Del Plata, llega a San Pedro por el satélite y ahí lo baja una radio FM, con esa calidad de sonido. ¿Qué es, entonces? ¿AM o FM?
-De la radio se ha exaltado, casi hasta el hartazgo, su condición de mágica. ¿A qué creen que alude este calificativo?
LM: -A mí me remite directamente a la literatura. Es lo mismo que leer un libro. Tenés letras negras sobre un papel blanco y la historia cobra colores en tu cabeza. Y los colores de cada cabeza serán distintos. Son productos que se terminan en la mente. Según el lector, la cara de Ana Karenina será de un modo o de otro, aunque el autor la haya escrito de una sola manera. Yo, insisto, lo asocio mucho con la literatura...
AP: -Claro, los buenos narradores en radio tienen plumas en la lengua. Víctor Hugo relatando el gol de Maradona contra los ingleses demostró tener plumas en la lengua.
LM: -¡Uy, qué linda figura! Es cierto. Hay gente que las tiene. Dolina hace digeribles y aprendibles mil textos de la historia. Y te cuenta unos relatos de Las mil y una noches como si tuviera plumas en la lengua.
AP: -Yo sí creo que es mágica, porque desde los 5 años escuchaba a Bernardino Veiga transmitiendo a Boca y yo me imaginaba que el tipo estaba dentro de la radio. A Betty Elizalde, ¿de cuántas maneras distintas se la imaginaron? Hoy, acerca de Mónica Moreto o de Federica Guibelalde, muchos se preguntan cómo serán realmente.
LM: -En cierto sentido, la radio tiene un condimento extra respecto de la literatura, porque el escritor te tiene que seducir a través de su prosa, de su estilo, mientras que en la radio el código de seducción pasa estrictamente por la voz. Tal vez por eso mucha gente al conocerme personalmente expresó su decepción, porque no me imaginaron como soy: "¡Ah!, vos eras así...", me dicen. Al único locutor que, escuchándolo, lo imaginé que era tal como es fue a Guerrero Marthineitz.
AP: -A mí me pasa que aunque conozca de memoria a quien está hablando, igual sigo imaginándolo. La gente quiere imaginarse cómo y dónde está sentado. Cada 15 días, en un móvil especial con vidrio y sonido, hacemos el programa desde la calle. A la gente le gusta ver cómo se alternan los conductores, uno que habla y otro que escucha, cómo trabaja el operador, cómo se pide la tanda.
LM: -Además, todo lo de la radio se volvió más sencillo. Esta misma pieza puede ser una radio: pongo una antena y transmito.
AP: -El teléfono celular es una radio.
LM: -Dentro de cinco años, los teléfonos van a sonar mucho mejor y jamás se cortarán.
- Una vez Lalo dijo que su sueño sería instalar un estudio en el medio del Paraná, a la altura de San Pedro, y transmitir desde ahí. Por un lado pregunto si ese sueño persiste y si vos, Ari, tenés un sueño equivalente.
LM: -El sueño lo cumplí a medias. En el verano de 1998 transmití Animal de radio durante todo enero y vía satélite para todo el país. Quería hacer la prueba, ahora ya sé que se puede. Naturalmente la exégesis de esa idea consistía en contar con un lugar flotante, desde donde manejar el paisaje. Pero sucedió esto: estaba en mi casa, en alpargatas, en bermudas, tirado en la pileta o cortando la ligustrina, charlando con amigos o remontando un barrilete con mis hijas y así agarraba la bicicleta, en tres minutos estaba en la radio y con gente de San Pedro (no había nadie de Buenos Aires ) salía al aire. A las ocho terminaba, me iba al bar del pueblo a tomar algo con amigos. Fue un mes espectacular.
AP: -Como sueño es extraordinario, aunque yo soy un poco más tradicional y bastante amigo de los estudios de radio. Pero lo que veo es que hoy, con Internet, un tipo atascado en medio del tránsito de Nueva York nos podrá mandar un mail a la radio avisándonos que en la Quinta y la 42 no funciona el semáforo.
LM: -De hecho, eso ya ocurre. El otro día me mandan un mail desde Africa. Era de un tipo que me avisa que no me escuchaba desde hacía dos meses, pero que ahora me encontró en Internet.
-¿Desde que áreas específicas llegan ustedes a hacer lo que hacen hoy?
AP: -Nuestras experiencias son diferentes. Yo prefiero primero escribir el programa y después compaginarlo. Tanto cuando hacía programas de música como ahora que hago programas periodísticos trato de dejar una marca, la del estilo propio.
LM: -Para mí, el audio es anterior a la locución. Antes de hacer mi primer programa, 9 PM, produje en los estudios Jotacé cientos de avisos. Ahí éramos un terceto, con Oscar Gómez Castañón, Freddy Ojea y yo: llegamos a producir más de 70 horas de radio por día en emisoras como Excelsior, Mitre, Splendid. La Radio del Plata de 1975 a 1985 fue un proyecto total de Jotacé. En esos años yo empecé a interesarme por las máquinas, a cambiar los cables, a trabajar con el eco, a pasar las cintas al revés, toda una serie de juegos que terminaban modificando el aire.
-¿Se consideran inventores de algo en la radio?
LM: -En esa oficina se gestaron los primeros cassettes de punta. Hasta un momento los avisos en radio se emitían en acetatos de 78 revoluciones por minuto, todo un procedimiento muy engorroso. Hasta que alguien pensó: si el aviso tiene 30, 40, 60 segundos, ¿por qué no hacer un cassette con la cantidad de cinta necesaria, de modo que el inicio del aviso siempre quede muy a mano? Este ha sido, incluso, un invento argentino. También creo que me corresponden algunos avances en eso de trabajar los sonidos y convertirlos en separadores, en hipertextos.
AP: -Yo soy mucho más inútil y toda la vida, desde Feedback, trabajé con operadores, pero siempre me preocupé por hacer una radio distinta, trabajando mucho con los separadores, uniendo los temas de la música con los de la radio, opinando desde las introducciones de las canciones. Trabajé años en la trasnoche, ahí hicimos por primera vez los encuentros telefónicos y me apasionaba ser quien le contara el diario a la gente bien temprano. Me entero ahora de que algunos ejecutivos de radio piden programas con el estilo de La batidora.
-¿Cuáles son las ventajas y las desventajas de la radio en relación con la gráfica y con la televisión?
AP: -La gran ventaja es la repentización de la radio. En mi programa siempre digo que no hay nada más viejo que el diario de hoy. Me fascina el concepto de noticias a tiempo. Si algún día volviera a la gráfica elegiría la nota de opinión por sobre la de información, es lindo tomarse tiempo con el lenguaje. Pero para informar prefiero la radio. La televisión es mucho más acotada. Un noticiero no puede durar más de una hora: en radio hago uno de cuatro horas.
LM: -Lo ventajoso es que es fácil: se trata de una idea repentina que salga de tu cabeza, que alguien te abra el micrófono, que alguien te haya atendido, y listo.
AP: -Me gusta eso de fácil. Lo vinculo al slogan de Radio Continental (Gente de Radio) que me gusta mucho porque hay tipos que todo lo hacen fluido. ¿No tenemos nada? Pues, dame un libro, abrime el micrófono y hacemos radio.
-¿Qué radio sintonizan cuando están a solas?
LM: -Yo sintonizo FM Federal (N de la R: la radio de la Policía Federal.) No, en serio. Aprovecho que en las radios de los autos hay una memoria donde se pueden sintonizar cinco radios, entonces voy cambiando las FM. Ahora tengo la Nostalgie, la Millenium, tengo una radio salsera con muchos programas de la colectividad peruana. En una época me tenían agarrado las radios de los predicadores y de los pastores sanadores, que son como una burbuja de locura. Cuando viajo a San Pedro, que en general es de noche, agarro unas radios uruguayas o brasileñas extrañísimas porque te hablan de cosas que no sabés.
AP: -Esa figura de Lalo me parece extraordinaria. Antes de ir a Montevideo, conocía un montón de calles por su radio. Yo vengo de una familia humilde y hasta los 11 años no conocí el mar, pero cuando fui por primera vez me di cuenta de que sí lo conocía por las descripciones que hacían por radio Velasco Ferrero, Julio Lagos y Horacio de Dios. Pasé mi adolescencia al lado de mi radio Tonomac escuchando radios de Corea, de Holanda, de todos lados. Ahora es distinto: pongo Internet y escucho alguna radio de Miami. Yo escucho, por gusto, el servicio informativo de Mitre, Continental, La Red. De FM, escucho la Metro, algo de la Rock & Pop, Millenium.
-Si no fueran quienes son, ¿se escucharían a ustedes mismos?
AP: -Sí, aunque hay días que me voy mal de la radio, porque tengo una autocrítica nefasta. Aunque muchas veces me voy con la exacta sensación de que éste es el programa que yo hubiera escuchado.
LM: -Cuando me escucho en cosas hechas hace unos años tengo toda la sensación que esa persona no soy yo. Desde hace un tiempo recuperé muchas cosas grabadas. Algunas me gustan y otras no. Digamos que a veces me sorprendo, porque cuando estoy en la radio no creo que sea para tanto y después me parece una superproducción.
-¿Cuáles son las deudas que tiene la radio con la audiencia?
LM: -Que no pase buena música. ¡Nadie tiene coraje para diferenciarse! Se editan millares de discos, pero se pasa un centenar.
AP: -Las cuatro o cinco AM líderes son buenas, aunque a partir del fin de las tiras deportivas de la noche se abre alguna deuda. Salvo excepciones, las FM no me parecen buenas.
LM: -En el nivel mundial -comparando con Francia, Alemania, los Estados Unidos, donde las radios son casi todas iguales-, la radio en la Argentina es de lo mejor: tiene diversidad de calidad, de proyecto, de onda.
-¿Si tuvieran que inventar un separador radial que simbolice a la Argentina actual, ¿cuál prepararían?
LM: -Yo elegiría la reunión cumbre entre Menem y Charly García. Los que llamaban a las radios y se rasgaban las vestiduras diciendo que Charly se vendió, se equivocan. Lo que pasa es que García los superó, está más loco que todos ellos juntos. ¿Los viste a Corach, a Kohan con el brazalete que decía Say no more, Charly tocando Los dinosaurios van a desaparecer y Menem cantando? Todo eso nos hace ingresar en otra etapa.
AP: -Hay que agarrar aquella declaración de Menem diciendo: "Vamos a triunfar, a triunfar", pegarla a la tanda, y ya está.
-En un panorama de tan fuerte falta de credibilidad, ¿qué les provoca saber que muchos jóvenes creen en ustedes?
LM: -A mí me provoca un poco de sorpresa, porque fui un joven escéptico y ahora soy un viejo escéptico. Personalmente les creo a los locos, a los músicos, a los artistas, a los niños. De entrada, a un chabón con portafolios y corbata no le creo.
AP: -Creo que podríamos influir sobre una determinada cantidad de personas. No sé si sería un número significativo, pero la influencia existe. Estoy seguro de que si Lalo, en el día de mañana, hiciera campaña para alguien, habría mucha gente dispuesta a seguirlo a él en la votación.
LM: -Pero aclaro que no es la intención. Sé que influimos, que modificamos hábitos: un día cuento que comimos un buen cordero patagónico en un lugar y después me dicen que llegaron diez personas porque lo habían escuchado por medio de la radio.
-Ustedes trabajaron bastante en televisión. ¿Qué opinan de esa frase que afirma que todo aquello que no está en la televisión no existe?
AP: -Comercialmente abre puertas estar en televisión, y eso haría que un programa de televisión se vendiese mejor. Tengo proyectos, pero no estoy desesperado. No reniego de la tele, pero prefiero la radio. Hablando de lo maravillosa que es la radio, siempre digo que si alguien me impidiera trabajar me moriría. Si, en cambio, nunca más hago televisión, tal vez perdería dinero, pero no mucho más que eso.
LM: -Para mí, ésa es una frase que inventó la televisión. Yo la daría vuelta: diría que lo que está en televisión no existe. La televisión ha tensado más que ningún otro medio la cuerda entre lo verdadero y lo falso. La pregunta de si no lo habrá inventado la televisión tiene que ver conque la TV es capaz de fabricar cualquier cosa. Hasta un noticiero es fabricable.
Ari Paluch
Nombre verdadero: Aarón Fabián Paluch.
Edad: 37 años.
Nacido en: Clínica Marini, Capital Federal.
Programa actual: El exprimidor, FM Metropolitana, de lunes a viernes, de 6 a 9.30 y de 18 a 20 (con Federica Guibelalde).
Maestros reconocidos: Juan Alberto Badía, Víctor Hugo Morales, Lalo Mir.
Familia: casado con la profesora de educación física María Carolina Crivellini; un hijo, Nicolás, de 3 años.
Tres grandes programas de radio anteriores: Feedback, Maratón, La batidora.
Debut como conductor: 1986, en el primer programa hablado de la Rock & Pop, Feedback, con Mario Pergolini.
Otras actividades: periodismo escrito, creatividad publicitaria y radial.
Martín Fierro: en los dos últimos años por La Batidora.
Definición profesional: periodista y conductor.
Frase preferida: Sean felices, compren dólares.
Experiencia de dirección en radio: no tuvo hasta el momento.
Lalo Mir
Nombre verdadero: Eduardo Enrique Mir.
Edad: 47 años.
Nacido en: San Pedro, provincia de Buenos Aires.
Programa actual: Animal de radio, lunes a viernes, de 19 a 21.
Maestros reconocidos: Héctor Larrea, Hugo Guerrero Marthineitz, Alejandro Dolina, Edgardo Suárez, Antonio Carrizo, Cacho Fontana, la revista Satiricón.
Familia: casado con la actriz Victoria Bertone; dos hijas, María, de 5 años. y Clara, de 2.
Tres grandes programas de radio anteriores: 9 PM, Radio Bangkock, Buenos Aires, ¿una divina comedia?
Debut como conductor: en 1980, Radio Splendid, programa titulado La isla del tesoro.
Otras actividades: locutor en off de América 2; escribió y produjo las obras de teatro Dime dónde comes y te diré quién eres y Sangres paralelas y es el autor, en colaboración con Carlos Barragán, del libro Manual Animal.
Martín Fierro: 4 consecutivos en los últimos 4 años.
Definición profesional: animador.
Frase preferida: Siempre que llovió, paró.
Experiencia de dirección en radio: En 1993, durante un año, dirigió la FM 95.1, la misma en la que actualmente Paluch tiene 30 horas semanales.
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