
El departamento del joven artista Mateo Andrea en las afueras de París no tiene, por ahora, ninguno de sus cuadros, pero está cargado de todos sus amores
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"Nací en Buenos Aires, pero vivo en Francia desde los 5 años", nos cuenta Mateo Andrea, que se graduó en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París y hoy trabaja en el taller de su padre, el consagrado artista Pat Andrea. "Me queda a unos 10 minutos a pie y tiene espacio suficiente para desarrollar mis proyectos: estoy trabajando en una exposición individual en la galería de la embajada argentina en París, en octubre, y en una colectiva de toda mi familia en Leipzig, Alemania, el año que viene". Es que su mamá, Cristina Ruiz Guiñazú, y su hermana, Azul Andrea, comparten la misma pasión y profesión, y no es la primera vez que los cuatro organizan una muestra en conjunto.
Pero retomemos la historia de este departamento donde hace poco se mudó con su novia, Soraya, y en el que no hay todavía rastro de su obra. "Cuando lo visitamos por primera vez, aún estaban las cosas de los anteriores inquilinos, y verlas nos ayudó a evitar errores futuros (por ejemplo, tenían un enorme sofá negro que entorpecía la salida a la terraza y, sobre todo, acaparaba el espacio con su presencia). Además, como esta es nuestra primera casa juntos, nos damos el gusto de pensar cada mueble y objeto, de a poco, adaptándolos al lugar y no al revés".


MATEO ANDREA, textual
Del orden, resultados."Soy un poco hiperactivo; me gusta hacer muchas cosas al mismo tiempo, pero hacerlas bien. Tener un ambiente organizado me ayuda a mantener ese ritmo".
Práctico y personal."Compramos casi todos nuestros muebles en grandes tiendas, pero le huimos a vivir como en una página de catálogo. Por eso, porque me gusta el DIY y por espacio, decidí hacer la mesa, los maceteros, el respaldo de cama. Y seguirá la cosa".
¿Quién dijo que el blanco es frío?"El ambiente claro me parece primordial. Ojo, no me va la onda laboratorio; necesito cierto halo protector. Creo que el estilo escandinavo es el que mejor combina lo claro con lo cálido".
Yendo a lo medular."Me encanta el fútbol, lo practico desde chico. Hay un solo equipo –a pesar de vivir en Francia y tener un papá holandés– que me hace llorar de tristeza o de alegría: la Selección Argentina. Viajo al país todos los años: tomar la primera bocanada de aire cálido de verano cuando se abren las puertas del aeropuerto es una delicia única".











