
Mola, estudio de diseño especializado en muebles para chicos y grandes, dejó su hogar palermitano para instalarse en Pilar, en un espacio inspirador que comparte con dos arquitectos
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Sin saberlo, las dos estaban ideando el mismo plan para sus futuros. Fernanda Villadoro y Anahí Pereda, socias y fundadoras de Mola, habían visualizado su vida, tanto laboral como familiar, en Pilar. Por eso, el proceso de levantar la tienda de Palermo y trasladarse a la provincia fue rápido: el día a día les había ido indicando el camino.
En sus inicios, Mola sólo creaba muebles infantiles, pero el tiempo y los clientes les fueron exigiendo más. Entonces, ampliaron la mirada y se transformaron en un estudio de diseño general que, sin dejar de lado a los chicos, abarca las necesidades de todos los ambientes de la casa.
En Pilar, por su parte, los arquitectos Guido Piaggio y Enrique Barberis comparten obras y también el espacio de trabajo. El detalle: Guido y Anahí son marido y mujer, por lo que enseguida surgió la propuesta de que Mola pudiera usar el estudio en los momentos en que estaba vacío. Las creativas fueron astutas, y Pereda lo reconoce: "Fue como si hubiésemos dejado el cepillo de dientes. Pero nada más definitivo que lo provisorio. Con nuestra llegada, el estudio empezó a vivir, porque Guido y Enrique están mucho en la calle". Una comunión de trabajo en la que todos se sienten beneficiados.
Visión sustentable
- Reutilizar: las estructuras de pequeñas aberturas pentagonales, que sobraron de una obra, hoy se lucen como esculturas.
- Repensar: en la biblioteca se había dejado un espacio central más grande para colocar allí el vidrio que serviría como calco, pero luego llegó la "idea superadora de hacer un gran divisor que tuviera esa función". Ese lugar se rediseñó con módulos que estaban en la tienda de Mola.
- Reconectar: en los muebles, la madera sin barnices, los troncos sin pulir y el travertino rústico son signos de que se desea que la naturaleza esté presente en el ambiente.
- Recuperar y revalorar: la clásica lámpara de tablero la recibió Anahí cuando empezó a estudiar. Ya es una especie de cábala.
Producción: Cristina Solanet.
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