
Una alternativa grotesca al chato humor político de la tele
El elenco que dirige Claudio Gallardou estrenó ayer El Pelele , en el Picadero
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Sainete, grotesco, farsa... Los géneros se mezclan, se confunden, se superponen a la par que los integrantes de La Banda de la Risa tratan de definir los caminos por los que transita El Pelele , la última producción de este grupo que -desde ayer- se presenta en el recuperado teatro El Picadero. Lo que está claro es que la historia va en clave clownesca , la marca en el orillo de este grupo que encabeza Claudio Gallardou.
Los dieciséis años de experiencia de este grupo, no han atemperado los nervios previos al estreno. "Frente al debut de un espectáculo nos imponemos un nuevo riesgo. Y esta vez es el de transitar una temática nacional donde no falta nuestra opinión. Además, nos metemos con el tango, la milonga; incorporamos el humor negro y prescindimos de las máscaras por primera vez", detalla Cristina Fridman, una de las históricas de la banda, que en esta oportunidad además de actriz cumple el tortuoso papel de productora general. El Pelele de la historia -escrita en la década del 20 por el español Carlos Arniches - que Gallardou adaptó y a la que llegó a través de El más infeliz del pueblo , película protagonizada por Luis Sandrini, habla de un político que se debate entre su moral y una corrupta que le impone el sistema.
"En realidad, el Pelele es un muñeco. Y el nombre viene del famoso cuadro de Goya en el que aparecen unas chicas muy goyescas que tiran al aire un muñeco de trapo. Y ese es nuestro Pelele, un tipo que sirve para tirar al piso, para empujar, es un juguete, un hombre al que todo el mundo maneja", sintetiza Gallardou, que encarna al desafortunado personaje. Una vez más la ficción se ve ampliamente superada por la realidad. Para que no queden dudas de que hay opinión -y de la heavy -, en El Pelele aparece la pluma de Enrique Pinti en la canción final, y varios temas que Eladia Blázquez escribió para la ocasión.
"Creo que lo que está pasando en el país es tan fuerte que todos tenemos que hacernos cargo. Y justamente el arte, para mí, tiene que mostrar esa realidad o reaccionar de alguna manera frente a ella. Nada es casual y por algo La Banda decide hacer esto en este momento", se apasiona Diana Lamas.
Pero La Banda es La Banda y con críticas y todo no deja de lado su modo brillante de contar sus historias. Y en eso ha sido fundamental, en este Pelele , el aporte de Renata Schussheim en el vestuario y la escenografía. "Cuando empezamos a hablar del proyecto me pareció bárbaro porque estaban todas las cartas dadas para llevar el grotesco al límite, y eso es, precisamente, lo que está en el escenario", dice Renata.
-¿Cuál es el secreto de La Banda para seguir siendo después de tantos años?
Claudio :- Hasta hemos hecho sesiones de psicoterapia para poder desanudar problemas y seguir trabajando. No siempre ha sido fácil, pero sí muy placentero. Y fundamentalmente ha sido porque todos concebimos el teatro como un hecho grupal y siempre hemos tratado de proteger ese concepto.
Un poco de historia
Con la impronta del circo, hace dieciséis años nacía La Banda
Cuando en 2000 tuvieron la oportunidad de festejar los quince, no pudieron cumplir el sueño de hacer un gran espectáculo evocativo de su intensa historia. Lo intentaron, pero necesitaban ayuda para una producción de semejante magnitud. Reunir a la vez en el escenario a partes de lo que ha sido La Banda de la Risa no es tarea sencilla.
El recorrido por sus obras - Homenaje al circo (1985); Los Faustos o rajemos que viene Mefisto (1989); Martín Fierro (1991); La comedia es finita (1994); Arlequino (1996), y Puck, sueño de verano (1999)- es su mejor carta de presentación.






