Son la consecuencia de las últimas tendencias: experimentar con otras cepas, explorar zonas e intervenir lo menos posible en la bodega. Hoy, gran parte de los vinos de alta gama tienen el suelo, las variedades no convencionales y las pequeñas producciones como protagonistas. Se caracterizan por ser diferentes y creativos y mostrar el estilo de sus hacedores. La innovación es un valor esencial. En nuestro país conviven variedades de orígenes distintos (francesas, italianas, españolas...) y este patrimonio es muy poco frecuente en el resto del mundo. Por eso, los enólogos elaboran vinos modernos que reflejan la diversidad del suelo argentino y representan el valor de la singularidad. Glera, Charbono, Ancellotta, entre otras, buscan su lugar.
Proyecto Las Compuertas Charbono 2018
Bodega Durigutti
Nueva etiqueta elaborada con uvas Charbono de Las Compuertas (Luján de Cuyo) por los hermanos Héctor y Pablo Durigutti, a 1050 metros de altura y con una crianza de 9 meses en huevos de cemento sin epoxi. De carácter moderno, aromas y sabores frutales y herbales, taninos dulces, armonía y fluidez, expresa su potencia con frescura y elegancia. Su final, largo y seductor. Producción pequeña: 2354 botellas.
Ala Colorada Ancellotta 2018
Bodega Viña Las Perdices, Mendoza, $900
Este vino impacta de entrada. Elaborado con uvas Ancellotta de Agrelo por los enólogos Juan Carlos Muñoz y Fernando Losilla, y con 15 meses de crianza en roble nuevo (50% francés y 50% americano), ya está entregando todo lo que tiene para dar. Sobresale por su carácter especiado y frutal, textura sedosa, buena estructura, taninos amables y acidez refrescante. Es una partida limitada de 8000 botellas y su potencial de guarda es de 8 a 10 años.
Alfredo Roca Parcelas Originales Glera 2018
Bodega Alfredo Roca, Mendoza, $750
Frescura y simpleza son las virtudes de este blanco casi desconocido que expresa aromas frutales (cítricos y tropicales) con generosidad. Elaborado con uvas de una parcela de 1,3 hectáreas plantadas en 1949 en San Rafael, sin contacto con la madera, es un vino elegante, fluido, refrescante y con un sabor alimonado que se multiplica. Por su estructura, admite desde tartas y empanadas hasta pastas y carnes asadas. Se hicieron 6400 botellas.
Textual Innovación Carmenere 2019
Bodega Santa Julia, Mendoza, $510
En la Argentina, hay pocas hectáreas plantadas con esta variedad originaria de Bordeaux, Francia. Sin embargo, algunas bodegas empezaron a cultivarla para producir vinos de alta gama como este tinto que se destaca por su intensidad frutal. Elaborado con uvas de los mejores viñedos mendocinos y 10 meses de crianza en roble francés, tiene aromas y sabores a hierbas, especias y frutos negros, cuerpo medio, taninos dulces y largo final.
Fuego Blanco Valle del Silex Gewürztraminer 2019
Bodega Fuego Blanco,
Blanco muy interesante elaborado con uvas del Valle del Pedernal, a 1450 metros de altura. Fino, señorial y con una inquietante punta mineral que agrada al instante. En el paladar tiene tensión, frescura, peso de fruta, estructura y untuosidad. Sorprende porque es muy sólido y equilibrado y empieza a mostrar cierta complejidad. Ideal para acompañar comidas no muy pesadas, platos picantes y pescados crudos como sashimi y ceviche.