Zulema Yoma
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Es uno de esos pisos de primer nivel que hay sobre la Avenida del Libertador, en las proximidades de Palermo Chico. Según explicará la propia ex primera dama, se lo presta Armando Gostanian, el amigo más fiel de su ex marido Carlos Menem. Mucho mármol en ese piso quince, mucho tapizado en tonos claros, buena vista, una mesa de comedor redonda que -por el tamaño- parece antes diseñada para llevar adelante reuniones de alta política que para congregar a una familia a su alrededor; a pocos centímetros del borde, una seguidilla de estrellas de seis puntas sugiere pertenencia de tribu.
Apenas saliendo del comedor, hacia la izquierda, hay una bandeja dorada con miniaturas que representan figuras del desierto (camélidos, carpas, en fin); del otro lado, un aparador de vidrio y metal lleno de fotos recientes, de las muchas que hay por toda la casa. Ahí, por sobre otros adornos, se destaca un poema en marco de plata -manuscrito, de tono elegíaco- firmado por la diputada Azolinda Taty Bonifatti.
En el centro de ese gran ambiente hay un juego de sillones de tres cuerpos. Unos metros más allá, en una suerte de segundo living, un centro de mesa con forma de medialuna impone su tono musulmán al resto de la decoración y en cierto modo dialoga, energético, con las estrellas de seis puntas que hay en el comedor.
También el paso a ese sector está flanqueado por vitrinas metálicas; en una de ellas, digamos la primera, digamos desde la entrada, parecen vivir las imágenes de un tiempo idílico: fotos viejas, en blanco y negro; Zulema y también el padre, con los dos hijos pequeños (ahí estaba la que abre esta nota: tiene un recorte de la última página del diario Clarín, sin fecha, escrito por Cora Cané: "No vivir obstinados en recordar lo que nos hizo daño").
La ubicación de otras fotos es interesante. En particular, dos ampliaciones tamaño cuadro de Carlos Menem (h.) vestido al modo de los califas, que el día de esta entrevista estaban en el suelo, apoyadas provisionalmente en la pared, como si alguien hubiera estado probando dónde quedaban mejor. Un pasillo con moquette lleva hacia el interior del departamento. Al terminar el reportaje, los periodistas lo recorrerán guiados por Mario Rotundo, el vocero de Zulema Yoma, hasta un dormitorio con dos camas; ahí observarán, durante veinte minutos, en un televisor de 29 pulgadas, el video mejor guardado por la madre del difunto: el de la autopsia de Carlitos Menem.
Lo siniestro no será mirar, sino el contraste de haber visto a esos 29 hombres con batas celestes, trabajando sobre un ataúd que supuestamente estuvo dieciséis meses herméticamente cerrado, en un cuarto tan alegre, con dos camas tan bien tendidas, cubiertas con sendas colchas de los 101 Dálmatas , uno de los clásicos eternos de las películas infantiles.
-¿Cómo ve el país?
-Es un país de gran confusión. De no saber quién es quién. De estar conversando con alguien y no saber si es amigo o enemigo. Eso es bastante duro y lamentable. Podemos correr el riesgo de no tener un futuro, ¿no?
-¿Involucra esa confusión a funcionarios tanto como a periodistas?
-Yo conozco la seriedad de los periodistas que merecen respeto, pero también la imprudencia que comete cierto periodismo amarillo con todo un teatro organizado para tocar la memoria de mi hijo. La memoria de mi hijo no se va a tocar porque yo conozco quién fue Carlitos. Si alguien controlaba a sus hijos era Zulema Yoma. Pierden el tiempo los señores que reciben dinero para tratar de embarrar la cancha.
-Usted tiene la imagen de una mujer fuerte...
-Es la fuerza de la madre que tuvo un hijo de conducta intachable. Es poco todo lo que pueda hacer por Carlitos Menem. Es poco. Eramos tres compinches, tres personas que nos protegíamos. Y él era el cuida. Era nuestro protector. Carlitos nos protegía a las mujeres: la mamá y su hermanita, ¿no?
-Carlitos le dice. ¿No Junior?
-Carlitos. El Chancho. El Chanchito , sí. Yo Voy a estar en paz cuando encuentre la verdad. Cuando los restos de mi hijo me sean entregados con la justicia y con la verdad, serán depositados donde corresponde para que descanse en paz. Lamentablemente, también en la Justicia entran los intereses políticos. Lo poco que participé en el nivel presidencial me sirvió de mucho como para saber cómo es el poder.
-¿Y cómo es?
-Y, el poder no es nada sano, ¿qué se puede decir? El poder al ser humano lo convierte, se pierde la dimensión, el poder busca más poder... Yo estoy hablando en general, ¿no?
-¿Por qué lo aclara? ¿Estaba hablando del Presidente?
-No, no, no. No en especial del Presidente, no. El Presidente... es el Presidente. Pero alguien que esté cerca de Menem, por el solo hecho de ser amigo de Menem, mantiene un poder.
-El Presidente nos dijo a los pocos días de la muerte de su hijo: Ahora tengo un socio en el cielo . Empezar a trabajar enseguida, ¿pudo haber sido un gesto de autoprotección espiritual, digamos?
-Se imagina que si al Presidente se le pasa por alto un atentado o no lo dejaron investigar como corresponde, o darlo a luz, bueno, es porque los intereses son tan crueles que se pierde la magnitud del ser humano. El poder junto al amor no va.
Zulema y sus denuncias se han convertido en el centro de atención de los medios argentinos
-Fue usted la que convirtió este caso en una cuestión de Estado... Aparentemente el Presidente no lo vio así...
-No, al revés. El Presidente lo ve como una cuestión de Estado y los intereses que hay alrededor del Presidente o, no sé... Para matar al hijo del presidente de la Nación hay que tener un poder muy grande.
-¿Pero de quién? Las versiones circulan muchísimo. Se dice que en la red informática de los radicales, en el Congreso, entró una información que vinculaba a la mafia de la heroína siria con el tema.
-No nos engañemos. Hoy, en el mundo, armas y drogas van a la par. Intereses muy grandes circulan alrededor del poder en el mundo entero. Puede ser narcoterrorismo también. Eso lo tendrá que averiguar la Justicia.
-También se ha dicho que fue una factura que le pasaron...
-( Cortante .) No lo sé porque está fuera de mi alcance. Yo puedo decir, con exactitud, que se cometió un atentado. Ahora, quien atenta contra el hijo del presidente de la Nación es ya un nivel que supera el de nuestro país. Posiblemente el que viene de afuera... tiene que compartir con alguien de acá. Si no, no se puede preparar semejante ataque.
-¿Se siente más apoyada por el Presidente ahora que antes?
-Al contrario. Nos distanciamos con el presidente de la Nación a raíz de esto. Hace año y medio, poco más, que no lo veo.
-¿Hubo algún detonante...?
-El detonante fue pedirle explicaciones: qué pasó con Carlitos Menem, por qué atentaron contra la vida de mi hijo.
-¿Pero en qué circunstancias? ¿Tomando un café? ¿En dónde?
-La última vez lo vi en el Salón Blanco de la residencia de Olivos. Estuve una hora; había una persona, un tal señor Blas Medina, que entraba y salía muy nervioso.
-¿Quién es Blas Medina?
-Es... amigo del Presidente. Y, bueno, lo único que hacía Menem era mirarme, observarme, y no me contestaba. En ningún momento me negó el atentado.
-¿Hablaba usted sola?
-Yo, todo el tiempo. Le suplicaba. Le pedía que por favor me diera una explicación.
-¿Recuerda qué palabras usó?
-¿Qué palabras? ¿Cuántas palabras puede usar una madre para pedir e implorar?
-Bueno, teniendo en cuenta que se trata de su ex esposo...
-No, no. Es que ahí no estaba el ex esposo. Estaba el presidente de la Nación y el padre. Los dos extremos. Le pedía al Presidente, que tenía que saber algo, y le pedía al padre que me dijera la verdad.
-¿Usted de verdad piensa que él sabe algo?
-( Seca .) El lo tendrá que contestar.
-Usted nunca tuvo dudas del atentado...
-Jamás.
-¿Sintió que el entorno presidencial trató de hacerla aparecer a usted como una mujer que había enloquecido por el shock de perder a su hijo?
-Hace treinta años que enloquecí. Lo de loca no es una novedad... Yo continué con mi personalidad, con mi fuerza.
-¿Quién le dio la noticia? ¿Ruckauf?
-No, no, no. Fue un periodista que se comunicó conmigo, a las 14...
-¿Un periodista de televisión?
-No recuerdo, mi amor. Porque en ese momento justamente llega Zulemita, me abraza: "¡Mamá, mamá! ¡Carlitos...!" Le dije: "Carlitos está muerto, hija. No te hagás ilusión de que esté vivo. Ya lo mataron. A tu hermano ya lo mataron, hija".
-¿Con esa crudeza se lo dijo?
-Sí sí, sí. "La tercera es la vencida, hija", le dije. No sé por qué me vino esa frase. Ya era el tercer problema que tenía Carlitos. Incluso hay hechos en el entorno del presidente Menem...
-¿Cuáles hechos?
-Un caso que pasó en La Rioja, que tuve que quitarle a Carlitos de los médicos, hace unos años atrás, porque a ellos les interesaba más tomar café y charlar que estar ocupándose de la vida de mi hijo que estaba corriendo riesgo. Estaba muy grave, con un estado de coma bastante delicado, por una peritonitis.
-No hay nadie que provoque una peritonitis...
-Yo me refiero a una situación en la que se mezcla la política. Yo observaba que querían quedar bien con el Presidente y mi hijo se estaba muriendo. Pero esto no viene al caso; es una historia bastante triste. Fue después del accidente de moto, que por supuesto fue accidente. Pero en ésta, en la tercera, era ya el gran acoso que recibíamos: Zulemita era la que se copiaba, a Carlitos le hicieron la fama de chico de la noche y a Zulema Yoma la tratan de desequilibrada. No se soportaba. Tuve que acelerar el divorcio para alejarme de todo esto.
-Por entonces la echaron de la residencia de Olivos...
-Ahí tiene. El brigadier Antonietti. Quien comete semejante acto indigno está a un paso de cometer cualquier cosa.
-¿Usted fue feliz en su matrimonio?
-No. Jamás. Solamente cuando nacieron mis hijos y a la par de ellos. Viví para ellos. Solamente viví para ellos.
-¿Atribuye la infelicidad a la política? En algún momento habrá sentido amor por el doctor Menem...
-Pero es que Menem es un hombre muy especial con respecto a la política y con respecto a su familia. Pero es un tema que no quisiera tocar, por favor. Volviendo al tema que usted tocaba, cuando entro en el hospital lo primero que hago es mirarle el rostro para que me conteste si estaba con vida o ya muerto. Lo miré a Menem. Y me dice: "Pasá. Ya falleció. ¿Lo querés ver?", me dijo. Le dije que no. "Menem, tengo muchas cosas que hacer antes de ver el nombre de mi hijo en una lápida." Y entonces pegué la vuelta y no vi a mi hijo muerto. Porque si yo hubiera visto a Carlitos muerto créame que estoy en este momento donde ellos querían que esté. Es gente que no tiene perdón.
-La historia que usted está contando es terrible...
-Peor es imposible. Hay que actuar. Hay que tomar medidas. El pueblo tiene que pedir que la justicia exista, que este caso se investigue hasta el final.
-El Presidente tuvo tres accidentes aéreos desde que asumió. Uno en Formosa, cuando se cayó el helicóptero sobre un rancho; otro en La Rioja. y otro en el Tango 01, en Nueva York. ¿Fueron casuales?
-No puedo contestar porque son muchas las cosas. Sí, yo tengo documentación donde el jefe de la Casa Militar, apenas asumió Menem, denuncia la inseguridad que hay hacia la familia presidencial.
-En otro reportaje usted contó que Junior le dijo: "Hay alguien en el entorno presidencial que me tiene bronca".
-Sí, sí.
-Le habrá mencionado el nombre...
-"Vieja, estoy viendo cosas muy sucias. Al papi lo están traicionando. Y si alguien me llega a matar, el primero que me va a entregar va a ser... Fulano de tal." Pero, póngase en mi lugar, yo tengo que esperar que la Justicia actúe. Yo no puedo tocar a esa persona.
-Pero esa persona...
-Es del Gobierno. Es del Gobierno.
-¿Sigue?
-Sigue, sí. No puedo ser irresponsable de dar el nombre. Es un eslabón que voy a poner en su momento. Pero pierda cuidado que no lo pierdo de vista. Estoy observando cómo viene la causa. Fíjese que si a mí hay algo que me enerva es que se llama a declarar a perejiles. ¿Qué hacía Piotti en el sanatorio en lugar de estar averiguando qué pasó con el helicóptero? ¿Por qué el señor Piotti no declaró hasta la fecha? El señor Klodczyk lo dijo en el programa de Mirtha Legrand: "Bueno, es el dolor de madre. Está comprobado que fue un accidente... Inmediatamente nos comunicamos con Casa de Gobierno y mandé a mi gente al lugar..." Bueno, el señor Klodczyk tiene que decir quién acompañó al señor Bassino, ya que a Bassino lo matan... Y posiblemente se hayan llevado también el tercer cuerpo que se está buscando.
-Pero esa frase de Menem (h.), ¿no suena a lo mismo que se decía con respecto al entorno de Perón?
-Pero no me cabe la menor duda de que el entorno en algo participó. Alguien está encubriendo y ayudó. Yo siempre dije que el atentado contra mi hijo comenzó en Olivos. Porque en Olivos están los personajes que conocen los movimientos de la familia presidencial. No nos cuidaban; nos controlaban, que era distinto.
Tiempos más felices para los Menem: Zulemita, Carlos y su hijo, amante de los deportes de riesgo (en la moto). Zulema ya tenía prohibida la entrada a la quinta presidencial de Olivos
-¿Cómo diferenciar, como dicen los psicólogos, las percepciones de la realidad de la paranoia?
-Eso habrá que preguntarle a un psicólogo. Yo creo que la locura existe más para aquel lado que para éste. Que hay personajes nefastos que no nos dieron paz no le quepa la menor duda; si no a Zulema Yoma por qué la sacan de Olivos.
-¿Menem sabe más que usted?
-Es una pregunta que hay que hacerle al Presidente. Yo estoy bastante informada de todo.
-Lo que no se entiende es por qué , si él sabe tanto como usted, va a seguir manteniendo cerca de él a la persona que mandó a la muerte a su propio hijo.
-No sé. No sé. Yo no digo que esté tan, tan cerca ni tan, tan lejos del Presidente. Eso lo investigará la Justicia y verá si tiene alguna conexión con lo que pasó con mi hijo. Digo que a veces, lamentablemente, quien piensa que tiene todo el poder se equivoca estando dentro de esa residencia de Olivos. Yo creo que la residencia tiene un maleficio, digámosle; porque nadie salió bien parado y feliz de esa residencia. Está preparada para aislar y entornar al Presidente.
-El doctor Menem y usted estaban peleados y se reconciliaron justo para la campaña del 89, y eso le ayudó a Menem a ganar la primera elección presidencial.
-Bueno, pero hay que diferenciar lo que es el interés de la política y del poder y el interés de una madre, de una esposa, que siempre tiene esa ilusión de que las cosas cambien. Esa fue mi visión.
-¿Cuándo perdió esa ilusión?
-Cuando me sacaron de Olivos. Para mí fue terminante.
-Pero eso fue el resultado de un malestar que venía de antes...
-El resultado de un malestar hacia el entorno, ¿no?, hacia intereses creados. Yo todo lo que hacía, todo mi accionar, era porque Menem me lo pedía.
-¿Hubo otras frases de Menem (h.) que tuvieran que ver con ese malestar?
-No, no. Hubo otras cosas. Estaba bastante incómodo con otras personas. Incluso en varias oportunidades yo di el nombre y pedí que se investigue a un tal coronel Correa, de la SIDE. Me dijo: "Mamá, estuve con el coronel Correa en la Casa de Gobierno y le pedí que intervenga los teléfonos, que vea quién me está molestando porque siento que me están controlando y hay algo raro..." Como yo no lo conozco al señor Correa, pregunté al amigo de Carlitos que estaba a su lado, Lucho, Lucho Pineda... el Luchín que le decíamos, el gordito, que estaban siempre juntos... le digo: "Lucho, ¿vos te acordás de eso?" Y me dice: Sí, exactamente, fue el coronel Correa a la Casa de Gobierno; Carlitos le dio los teléfonos para que intervenga... Y hasta la fecha el señor juez de la causa no lo llamó al señor Correa". Y creánme que hasta el momento mantengo a resguardo la agenda de Carlitos. No se la doy al juez para que no me levante y me borre las llamadas, como hacen en otras causas. Fíjese.
-¿La agenda personal?
-La agenda personal de Carlitos la tengo yo, y no la puedo entregar y no se la voy a entregar porque ¿qué van a hacer? Borrar todas las conversaciones. Es mi temor.
-Sin pretender hacer futurología, ¿cómo sigue esto?
-Mire, con la gente que está cerca, como el señor Rotundo, que me merece un gran respeto por su honestidad y por su valentía, porque para estar en esta lucha y enfrentar a los cobardes que están ocultos con un poder que es bastante grande, hay que ser realmente valiente... ¿Sabe qué es lo que los supera a estos delincuentes? La verdad. Nosotros manejamos la verdad.
-Usted es muy dura al referirse al doctor Tfeli, a Corach, Kohan, Antonietti, ¿por qué?
-Porque no es solamente el tema del atentado, que ahí no los voy a acusar, pero como encubridores sí.
-¿Encubridores?
-Encubridores del atentado, sí. No se puede profanar un cadáver. Inclusive yo me pregunto: adónde llevaron el cadáver de Carlitos. Yo les voy a mostrar, como prensa seria que son, la autopsia, y ustedes me van a decir si el estado de ese cadáver es normal o no, de un año a esta parte. Un cajón que se abre y no se encuentran los dientes... Créame que en el encubrimiento está el entorno de Menem. ¿Adónde llevaron el cadáver de Carlitos? ¿Por qué tiene tierra colorada? ¿Quién es el que encabezó todo esto si no es el señor Alito Tfeli, con la complicidad de gente del cementerio Islámico? Hay una causa por profanación que yo tengo en Morón, que no se mueve porque todos son cómplices del ocultamiento. Fíjese también otro tema. Los judíos y nosotros, los musulmanes, somos iguales en el sentido de que quien determina si se baña o no se baña al muerto es el religioso. ( Conmoviéndose. ) Y en el centro islámico, cuando el religioso pidió que se abra el cajón para ver si estaba en condiciones de darle o no el baño, el señor Alito Tfeli se negó a que se abriera el cajón porque dice que está todo desfigurado. ¡Y eso no lo puede determinar el señor Alito Tfeli! Lean el acta fúnebre: en todo momento Tfeli cuidaba el cajón, en lugar de estar al lado del Presidente, que es donde tiene que estar como médico del Presidente.
-Tal vez se lo pidió Menem...
-¿Y por qué? ¿Por qué se cuidaba tanto el cajón? ( Señalando dos grandes copias fotográficas en color que acerca Rotundo; se ve un ataúd sucio de polvo y tierra. ) Usted observe la fotografía. Hay tierra colorada. Observe la destrucción de ese cajón. ¡El cajón de un rey era! ¿Cómo puede estar en ese estado a un año y cuatro meses?
-¿Usted sugiere que se lo llevaron a otra parte?
-Ajá. Puede ser, ¿verdad? Casualmente de la morgue desaparece la tierra... Es de otra parte todo esto. Por eso comencé de nuevo la lucha.
-Tierra colorada hay en el Norte...
-En el Norte o fuera del país, no sé, habrá que ver.
-Pero, ¿cómo van a llevarse el cajón fuera del país?
-No sé, querido, habrá que investigar... Tengo pedida una nueva exhumación. Y habrá que exhumar los restos de Oltra, para ver si los tiros existieron, que es posiblemente lo que se haya borrado en el cuerpo de Carlitos.
-¿Usted dice que profanaron el cajón para sacar alguna bala del cuerpo de Menem (h.)?
-No, no. Bala no. Pero la duda del doctor Alberto Mejía, que es el médico que se puso firme y tiene la disidencia con todos los que firmaron la autopsia, existe. Son muchas cosas en esta causa...
-¿Para sacar alguna esquirla...?
-Claro. Porque no es como dicen otros, por toxicología. Los estudios toxicológicos están hechos y a Dios gracias está todo, todo bien. Está todo en orden. No pudieron justificar que fuera el loquito que andaba zigzagueando, no.
-Hace poco usted denunció que Zulemita corría peligro...
-Cuando yo denuncié que tenía miedo por la vida de mis hijos hablaba por los dos. Pero a quien se lo llevaban, a quien sacaron de mi casa, fue a Carlitos. Empezó a trabajar con el padre, le dieron el helicóptero y bueno... es como si hubieran prepararado todo esto, no sé... Cuando el señor Aguila Rizi regresa de San Nicolás vino a visitarme porque tenía que decirme algo urgente: "Señora, tengo que darle una información que no puedo callar: va a haber un posible atentado contra Zulemita antes de las elecciones". "¿Por qué tanto ensañamiento?", le digo. "Mire, esto es contra el Presidente." Así fue, mi amor.
-También relacionó la muerte de Menem (h.) con el asesinato de Cabezas. ¿Qué vinculación encuentra?
-No sé, búsquenla. La similitud es borrar huellas. ¿Quién está ahí? Policías de provincia. ¿Quiénes fueron los primeros en llegar? Policías de provincia. El mismo día se hachó el helicóptero; creo que a las cinco de la tarde estaba todo en bolsas de arpillera, y se lo llevaron.
-¿Tiene alguna vinculación con el crimen de Poli Armentano...?
-Yo, perdóneme, pero eso no se lo voy a contestar... Yo sé qué hijos tuvo Zulema Yoma. Carlitos era una excelente persona. Y si hay alguien que controlaba a Carlitos Menem era Zulema Yoma. Mi hijo un día me dijo: "Mirá, vieja, quedate tranquila que no soy ningún estúpido. Quedate tranquila, vieja. ¿Sabés por qué, vieja? Porque si los corro de mi lado me golpean, y si los dejo a mi lado también me golpean. Así que me la tengo que bancar porque soy el hijo del presidente de la Nación".
-¿Por qué aceptó su hijo trabajar con el Presidente?
-Porque tenía una gran admiración por su padre, a pesar de odiar la política.
-¿Quería hacer carrera política?
-Nooo. No, no. Carlitos sufrió muchísimo. La política nos arruinó la vida. Incluso me contó que tuvo una discusión con Eduardo Amadeo porque Carlos Menem había puesto a los dos a trabajar. Carlitos me dijo: "No, vieja, lo voy a acompañar al viejo hasta que vuelva a ser presidente, a pesar de que le tengo asco a la política". No entendía nada, pero como buen sagitariano era muy inteligente y muy observador, y para muchos era la presencia de Zulema Yoma en el Gobierno. Y Carlitos era muy confidente con su madre.
-Siempre se dijo que había habido mucha pica entre los Yoma y Menem, ¿qué actitud tienen ellos ahora con respecto a este tema?
-Yo no voy a hablar con respecto a mi familia. Mucho menos de la familia Menem. Nada más.
-¿Es cierto que Zulemita estaba distanciada de usted?
-Sí, Zulemita se distanció porque le habían llenado la cabeza con que no correspondía, que era un pecado muy grande profanar el cadáver de Carlitos. ¡Ellos ya hablaban de profanar, fíjese! Zulemita reacciona cuando se iba a hacer la exhumación de los restos de su hermanito, pero por favor, yo no quisiera tener problemas con mi hija: está entre la espada y la pared. Bastante dolor ya tiene.
-¿Usted sufre por Zulemita?
-( Al borde de las lágrimas .) Sufro por Zulemita. Yo sufrí siempre por Zulemita. Por los dos. Yo pongo las manos en el fuego por mis hijos. Si hay alguien que controló a sus hijos fue Zulema Yoma. Heredan algo que lamentablemente ellos no esperaban. No es lo que yo quería para mis hijos.
-Es la vida que les tocó vivir...
-( Componiéndose .) ¡Ah!, es el destino: hay que sufrir. Nadie puede escapar al destino. Entonces hay que empezar a aceptar este sufrimiento con... con fuerza. Pero yo... yo todavía no pude empezar a llorar en paz.
-¿En algún momento usted se autorrecriminó por no haber podido sacar a su hijo de ese ámbito?
-No me puedo culpar, todo lo contrario, porque traté por todos los medios de sacar a mi hijo de la campaña. Ahora, a mí me preguntan: cómo usted puede estar hablando de los trozos de su hijo. Tiene una explicación. Primero, el amor de una madre; segundo, la fuerza de la fe. Entonces, ¿qué hago yo? Como le dije a Zulemita: "Lamentablemente, mamita, te tenés que interiorizar de todo lo que está sucediendo para poder llegar a la verdad. Fijate lo que dice acá, mamita -y le abro un libro religioso-: ¿qué somos? Un envase nosotros. No somos nada, mamita. Carlitos ya se fue. El alma del Chancho partió. ¿Sabés cuál es la misión nuestra, hija? Investigar quién lo mató, dónde están los pedazos, juntarlos de nuevo e ir a enterrarlos".
Muertes, amenazas y desinteligencias signan una investigación complicada
La investigación por la muerte de Carlos Menem (h.). ya superó 4500 fojas. El expediente, de 23 cuerpos y desde el principio caratulado: "Menem Carlos Saúl y Oltra Silvio Héctor, sus muertes por accidente aéreo", lleva el número 25.856/95.
Veintiocho meses después del episodio, el juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, modificó la carátula, inclinándose por una denominación intermedia: "Carlos Menem, Silvio Oltra sobre investigación de las causas de sus muertes".
Independientemente de esta causa, y a pedido de Zulema Yoma, se promovieron otras dos demandas. Una, por la entrega inconsulta de los restos de la máquina (causa número 26.215), con cuatro cuerpos y 800 fojas, manejada, al igual que la causa principal, por el doctor Villafuerte Ruzo, y otra, a cargo del doctor Jorge Rodríguez, juez federal de Morón, por la presunta profanación de la tumba de Menem (h.), en el cementerio Islámico de San Justo.
Otros hechos alimentan la duda razonable : cinco personas -un testigo clave de la caída del helicóptero, un ex convicto, un perito en aviación, un médico y un comisario- murieron violentamente en un lapso de dos años. Otras dos -un empleado de la Secretaría de Seguridad a cargo del brigadier Andrés Antonietti y un perito en balística- fueron amenazadas y baleadas.
Todos ellos, de un modo u otro, tuvieron una estrecha participación -como testigos y como investigadores- en el episodio ocurrido aquel 15 de marzo de 1995.
- El testigo Efipiano Siri, que vivía muy cerca de donde se desplomó el Bell Jet Ranger III, murió, a poco de declarar, atropellado por un camión al cruzar la ruta. Existe un sumario por homicidio culposo.
- Un ex convicto, de apellido Sánchez Trotta, fue el que le envió al presidente Menem y a su ex esposa, sendas cartas certificadas donde aseguraba poseer información acerca de quién había robado una valija, perteneciente a Carlos Menem (h,), con 30.000 dólares. Dos días después de salir en libertad, Sánchez Trotta fue muerto por la policía. Existe un sumario por atentado y resistencia a la autoridad seguida de muerte.
- Miguel Luckow, que se desempeñaba como investigador operativo de la Junta de Accidentes Aéreos, tuvo a su cargo el peritaje de los restos del helicóptero en su etapa inicial. Nunca llegó a presentar el informe: fue asesinado a balazos en la puerta de su casa. El sumario policial indica homicidio y robo , pero a Luckow ni siquiera le robaron la billetera.
- Héctor Bassino, un comisario general de la Policía Bonaerense, fue enviado al lugar del siniestro por el entonces jefe policial Pedro Klodczyk. Bassino, hombre del riñón de Klodczyk, se desempeñaba como jefe de la División Helicópteros de la fuerza y fue el primero en llegar al campo de la ruta 9 y el primero en revisar el Bell de Carlos Menem. El ex comisario -que había pasado a retiro en 1996- fue acribillado en la esquina de Cerrito y Libertad, en Bernal, a las 16.30, del 17 de junio último. Se habló de intento de asalto.
- Un médico de San Nicolás, de apellido Martínez, fue asesinado a cuchilladas pocos meses después de la caída del helicóptero. Martínez, que tenía uno de sus consultorios en la ciudad de Ramallo, fue el primer médico en llegar al lugar del siniestro.
- Jorge Artoni, empleado de la Secretaría de Seguridad, afirmó haber escuchado de boca del brigadier Antonietti, que en el helicóptero viajaban tres personas. "Vas a ser boleta", lo amedrentaron por teléfono. El 2 de junio último balearon su casa.
- Eduardo Emilio Manchini, perito en balística de la Gendarmería Nacional, fue baleado en la calle. Operado el 16 de julio último -una de las balas se alojó en su cabeza-, difícilmente Manchini vuelva a ser la persona que fue.
La duda razonable se sustenta, además, en los peritajes médicos.
- En su momento no se practicaron las autopsias de Carlos Menem y de Silvio Oltra. Mientras la familia de Oltra nunca dio su consentimiento (aunque ahora, con el cambio de carátula, la esposa del ex corredor, Elena Fortabat, se presentó también como querellante en la causa), la de Menem (h.) se concretó el 12 de julio de 1996, dieciséis meses después de su muerte. (Fojas 3501 a 3515.) El informe de la autopsia, firmado por seis integrantes del Cuerpo Médico Forense; cinco de la Facultad de Medicina; cuatro de la Asociación Médica Argentina; tres de la Academia Nacional de Medicina; cuatro de la parte querellante del doctor Menem y cinco de la parte querellante de Zulema Yoma (con la excepción del doctor Alberto Mejía, que manifestó su disidencia), fue elevado al juez de la causa el 2 de octubre de 1996, casi tres meses después de concluida la tarea.
- El informe médico-pericial de la necropsia mereció importantes disidencias por parte del perito traumatólogo Alberto Mejía (fojas 3728 a 3736). No sólo puso en tela de juicio la causa de la muerte, sino que, en su conclusión del punto 5 (foja 3729), respecto de la desaparición de piezas dentarias y huesos, hizo que otros peritos modificaran sus conclusiones.
En el punto 10 de la autopsia número 1439/96 (Conclusiones, foja 3509) se expresa: "La muerte de Carlos Menem (hijo) fue producida por: fracturas óseas múltiples de cráneo macizo facial-torax-miembro superior izquierdo y miembros inferiores".
En disidencia, el doctor Mejía expresó, entre otras consideraciones, la siguiente: "Es poco probable que el fallecimiento se haya producido como consecuencia de fracturas del cráneo que "NO EXISTIERON". ( N. de la R : así, en mayúscula y encomillado, figura en el escrito.)
- No se peritaron los cables de luz que fueron cortados por el helicóptero.
- Los restos del helicóptero fueron introducidos en un camión de la Municipalidad de Ramallo y llevados a un galpón sin haber sido inventariados. Los abogados de Zulema Yoma denun- ciaron que esos restos, luego, fueron entregados sin orden judicial a la compañía de seguros Grupo Juncal. Pasados siete meses, y allanamiento mediante, fueron recuperados y puestos a disposición del juez.
- Según la parte querellante, existen ocho indicios acerca de la presencia de un tercer pasajero. Se trataría de una mujer joven y hermosa, rubia, de nacionalidad alemana o francesa.
- Del cráneo que aún se conserva en la Morgue Judicial, hay dudas de que pertenezca al cadáver de Carlos Menem.
- El féretro que guarda los restos de Menem (h.) mostró, al momento de la exhumación para la autopsia, una capa de tierra colorada. Sin embargo, la fosa donde está depositado el ataúd es de cemento y no tiene contacto con la tierra.
- La tapa del cajón llevaba una placa y una imagen en metal de Jesús. Al retirarlo de la fosa, no existía la placa ni la imagen.
El 22 de abril último, veinticinco meses después de la muerte del hijo del Presidente, el Congreso cayó en la cuenta de que era oportuno iniciar una investigación.
El Senado, entonces, crea, por iniciativa de Alberto Maglietti, una comisión especial "de investigación de todos los hechos y circunstancias relacionados con la desaparición física de Carlos Facundo Menem, hijo del señor presidente de la Nación".
La iniciativa iba a mostrar tropiezos desde la letra misma de la resolución: el segundo nombre de Menem (h.) es Saúl, no Facundo, como está escrito en el encabezamiento del proyecto.
Integrada por seis senadores, dicha comisión debería expedirse en un plazo de noventa días, prorrogables por treinta.
"Finalizado el plazo establecido -dice el proyecto- la comisión elevará un informe sobre los hechos objeto de la investigación, donde constarán las conclusiones a las que ha arribado y las recomendaciones que, sobre la materia, propusiere la Honorable Cámara." El plazo vence el 22 de agosto. Sin embargo, la comisión ni siquiera está formada; por lo tanto, nadie empezó a investigar ni los hechos ni las circunstancias.






