El renacimiento de Alessandro en Gucci Resort
Su director creativo arriesgó todo el potencial creativo y estilístico de una de las etiquetas del momento en el Palacio Pitti, en Florencia, para su colección crucero
Alessandro Michele hizo renacer a Gucci, la casa de lujo florentina que ahora vive un deslumbrante presente. Por eso no sorpende que este director creativo –que antes formaba parte del equipo de Frida Giannini, anterior diseñadora de la marca– haya elegido al Palacio Pitti, hogar de la familia Medici –una dinastía de banqueros, papas y reyes, mecenas de los grandes artistas y pensadores del Renacimiento– como escenario para exhibir su colección crucero 18.
Michele se inspiró en la grandeza y poder del Renacimiento. Es que la belleza, la creatividad y la energía de esa época alimentaron una visión maximalista, lujosa y barroca de las prendas a las que el creativo tiene acostumbrado a su público fashionista. Kirsten Dunst, Saoirse Ronan, Dakota Johnson, y Elton John estuvieron entre los invitados a una prima fila que se distribuyó entre las distintas salas del palacio y, como en las galerías de arte, separaban a al público de los modelos mediante sogas.
Como toda colección de Gucci, en las que todos los recursos son válidos e implementados, pudieron verse vestidos largos y conjuntos de dos piezas en brocato metalizado, estampado con flores y bordados; otros vestidos en sedas brillantes en verde con moños enormes, plisados, volados y cinturas acentuadas desde el corte o desde accesorios como lazos satinados a contratono o riñoneras de cuero, en distintos tamaños. Las perlas, utilizadas entre los renacentistas con dinero e influencia, no faltaron y estuvieron distribuidas en chaquetas, como collares y enmarcando la cara cual pasamontañas.
Los accesorios de Gucci nunca pasan desapercibidos, no son nada accesorio, sino que cumplen un papel fundamental a la hora de cerrar el granny style (o look de abuela) tan característico e impuesto por MIchele: medias en color khaki, anteojos de marcos brillantes y gigantes, diademas de laureles dorados con apliques de liras y moños –en cinturas, cuellos, mangas, tanto en hombres como mujeres– son algunos de los detalles que se destacan y enamoran.
Escondido detrás de un cap, con una barba poderosa y lentes aviador, el diseñador salió a la pasarela a saludar con una remera rosa que rezaba Guccify yourself (Enguccizate), que interpelaba al público a incorporar el espíritu de la marca: pura opulencia sexy chic.