
Agrandados
Pese al achique económico, hay quienes se agrandan. Hasta no hace tanto, los kioscos de golosinas y cigarrillos funcionaban en espacios minúsculos, en el que exhibían apretadas distintas marcas de chocolates, caramelos y puchos.
El que se estiró primero fue el kiosco ubicado en Santa Fe entre Callao y Riobamba. Otros siguieron su ejemplo y apareció el concepto del “maxikiosco”. Pero ya en tiempos más recientes, coparon ese mercado varias cadenas, entre las que se destacan El Jebi y 365. El kiosquito, tal como lo conocimos, pasó a formar parte de la nostalgia reemplazados por locales cada vez más grandes que invitan a olvidarse del colesterol (porque la oferta de productos dulces se multiplicó) y que hasta ofrecen vinos y productos de almacén.
También llegó la hora de revitalizar los languidecidos puestos de diarios y revistas, cuyo cuarto de hora de gloria pasó y que hace rato sobreviven vendiendo desde autitos hasta cacerolas.
Ahora vino en su rescate una propuesta mucho más cool: sin abandonar la venta de los medios gráficos que van quedando, algunos puestos se pusieron más coquetos para ofrecer café al paso con exquisiteces pasteleras. Innovación y creatividad son claves para salir adelante.





