Retenciones afuera, voracidad estatal, “el Jefe”
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Retenciones, afuera
Festejando aún la eliminación del cepo escuchamos atónitos los agricultores las convocatorias del Presidente a vender los granos en adecuado pedido, pero, simultáneamente, una amenaza de aumentar las retenciones a las exportaciones el 30 de junio. Desde estas humildes líneas me permito decirle a Milei que esto será negativo para el país. En pocas palabras: los agricultores hoy sembramos 38 millones de hectáreas con dólar cepo y retenciones. No teniendo esos dos impedimentos sembraríamos 55 millones de hectáreas, pues, haciéndolo en tierras menos fértiles y en otras más distantes de los puertos y con más fertilización, se obtendría un aumento del 30% de la producción como mínimo. Señor Presidente, usted que es amante de las ecuaciones positivas, aquí tiene una: el ya levantado cepo más la eliminación de las retenciones dará como resultado un mucho mayor ingreso de divisas al país. Su amenaza de volver a subir las retenciones el 30 de junio solo traerá un retroceso. Le recuerdo que los países que compiten con nuestro país en el mercado internacional de granos lo hacen con dólar libre y sin retenciones.
Ricardo Olaviaga
rolaviaga157@gmail.com
Voracidad estatal
En la actualidad un rinde promedio de soja en la Argentina es de aproximadamente 3 toneladas por hectárea, en algunas regiones supera las 4 toneladas. Considerando que la diferencia entre el precio que recibe el productor argentino es de aproximadamente 95 dólares americanos menos que el internacional, se puede deducir que el Estado argentino se queda, debido a las retenciones, con una cifra que ronda los 300 dólares americanos limpios por hectárea de soja cosechada, a este importe se le deben sumar los impuestos nacionales, provinciales y municipales. Sin embargo, la voracidad del Estado considera que es poco y anticipa una suba en la alícuota de las retenciones.
Rafael Lopez Saubidet
DNI 13.416.528
“El Jefe”
El presidente Milei se quejó molesto porque están demonizando a su hermana. Hoy en día el accionar del cardenal Richelieu en Francia o de Rasputín en Rusia hubiera sido fácilmente detectado y rápidamente repudiado por la sociedad, debido al avance de las comunicaciones y de las redes. Manejar hoy reinos o gobiernos desde la oscuridad de un cargo sin exposición ya no es posible con la sencillez de entonces. Si esa señora no se hubiera convertido realmente en “el Jefe”, como la llama el mismo Milei reconociéndola como tal, y poniéndola él mismo donde la puso, nadie hablaría ahora de ella ni nadie la demonizaría. Y si no cree que sea así, que la ponga de candidata en la PBA para que el pueblo le demuestre su cariño y adhesión.
Rafael Mauro
rafaelmauro1@gmail.com
Justicia garantista
En el año 2004, Axel Blumberg, de 23 años, fue secuestrado por una banda de delincuentes. Durante su cautiverio fue atrozmente torturado y por fin lo mataron de un disparo en la cabeza. En estos días uno de los feroces asesinos, llamado Carlos Díaz, que además había participado en otros cinco secuestros, recuperó su libertad. Esta es la “Justicia” garantista que nos han legado personajes nefastos como Eugenio Zaffaroni, promovidos por la ideología woke que impusieron los Kirchner. Hay mucho que cambiar en este sufrido país.
Roque A. Sanguinetti
roquesang@yahoo.com.ar
Matanza y Mataderos
Puede parecer ingenuo o ridículo pensar que si cambiamos los nombres de La Matanza o Mataderos a un partido o a un barrio de Buenos Aires disminuiría en ellos la criminal delincuencia que los azota. Desde antiguo se ha sostenido la influencia misteriosa que ejercen los nombres. Sin entrar en temas para algunos risibles, para otros anodinos o maléficos, basta consultar en Google lo que dice al respecto: “Los nombres (personales) influyen en la percepción que los demás tienen de una persona, de cómo somos tratados y en nuestras propias expectativas hacia nosotros mismos”. Esos nombres nos hacen mal, evocan hechos muy desagradables, cuando no terribles. Hay que cambiarlos.
Miguel J. Maxit
DNI 5.810.625
Vargas Llosa
Que en paz descanse el recientemente fallecido y gran escritor latinoamericano Mario Vargas Llosa. Me avergüenza recordar el destrato que durante la apertura de la Feria del Libro en el 2011 le dispensaron el peronismo y los energúmenos autopercibidos intelectuales de Carta Abierta, junto al entonces director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, quienes consideraban contrario a los intereses populares la defensa de la libertad. Ese anacrónico apoyo a la incultura y los populismos han costado a la Argentina años de atraso y pobreza. Y lo peor, y más angustiante, es que sus “argumentos calzados en alpargatas bigotudas” siguen vivos y amenazantes, no evolucionan.
Pablo Gay
pabloagay@hotmail.com
Gran Ferrocarril del Sud
Acabo de leer el excelente artículo, del día 15 de abril, escrito por Silvina Vitale referido a los orígenes del Gran Ferrocarril del Sud (hoy Roca) y comparto su contenido cuando especifica que en principio el ferrocarril se instaló pensando más en la carga que en el transporte de pasajeros. Efectivamente, hasta el día de hoy sucede lo mismo, ya que la cobranza de pasajes no alcanza para financiar el enorme costo del mantenimiento de obras y/o material rodante. Asimismo, considero que el señor Jorge Waddell –mencionado en el artículo– es muy generoso cuando estipula que la nacionalización de líneas férreas se debió exclusivamente a la competencia del automóvil o el avión. Todos sabemos que la nacionalización se produjo en 1946 cuando el general Perón dictó el aumento de todos los salarios y la prohibición en el incremento de los costos de servicios, algo que los ingleses entendieron que los quebraría en poco tiempo. Recuerdo un discurso de un senador de aquel entonces: “Era el momento de vender rápido y a un excelente precio, cuyo monto estaba entonces depositado en el Baring Brothers, en Londres”.
George W. Handley
gwhandley@bluewin.ch