El mensaje de Afrodita
Afrodita de Capua es una excusa. Se trata de que todos encomendemos el flamantísimo 2019 al amor y a la belleza. Desde cualquier religión o agnosticismo, lo importante es que pongamos de nuestra parte más piedad y tolerancia a la hora de juzgar a los demás. En una palabra, ser más amorosos, incluso, con nosotros mismos. Aprender a vivir en paz.
Afrodita ya lleva unas cuantas semanas visitándonos sin tener que hacerse cargo de ningún escote ya que su delicado busto está al descubierto. Y se la podrá seguir admirando hasta el 17 de febrero en el Museo Nacional de Bellas Artes, antes de que emprenda su regreso a Italia, donde suele pasar la mayor parte de su tiempo.
Frente a las asperezas informativas y la mala vibra de las fake news, que solo pretenden enfrentarnos unos contra otros, la diosa griega (Venus, para los romanos, sensual deidad que supo imponerse a Marte, el dios de la guerra), con su grácil y silenciosa sencillez de mármol eterno, vuelve, una vez más, a salir victoriosa sobre esa tediosa hojarasca descartable que busca tenernos en estado de preocupación y desconfianza constantes. Ella es un mensaje en sí misma. El triunfo de lo permanente sobre lo efímero. Y mirarla seda. No se la pierdan. Hace bien y es gratis.