
Contaminación en Las Toscas
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Los habitantes de la población de Las Toscas, en la provincia de Santa Fe, se sienten particularmente preocupados porque consideran que el medio ambiente en el cual viven está siendo contaminado por los residuos de empresas dedicadas al tratamiento de los cueros.
La mayoría de los vecinos señala a curtiembres instaladas en la zona como responsables de los problemas que los afectan, entre los cuales aparecen graves enfermedades que podrían ser causadas por productos químicos que se emplean en el tratamiento del cuero. La contaminación con cromo habría alcanzado valores superiores a los tolerables en las aguas empleadas por la población. Esto podría estar vinculado con 12 casos de leucemia, registrados en los últimos tiempos.
La situación se vuelve especialmente preocupante si se tiene en cuenta que las empresas bajo sospecha son fuentes esenciales de trabajo para los pobladores, lo que determina un fuerte interés para que ellas continúen operando. Pero esto no es suficiente para impedir el temor generado por los riesgos, reales o potenciales.
Una comisión encabezada por el director de Medio Ambiente de la provincia de Santa Fe realizó controles sobre voluntarios que aceptaron pasar por mediciones del nivel de cromo en la orina. Exámenes anteriores, efectuados por el Laboratorio de Toxicología del Hospital Provincial José María Cullen, probaron la existencia de esa sustancia "en valores que exceden largamente los niveles aceptados y dan cuenta de un cuadro de contaminación tóxica".
El problema ha generado muchas repercusiones, en variados ambientes, médicos y políticos, sin que aparezcan las aclaraciones suficientes ni tampoco los adecuados controles. La Legislatura provincial pidió al gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann, que contrate a organismos internacionales si la situación así lo aconsejara. El problema ha llegado hasta el Congreso nacional, donde se analiza un pedido de informes al Ministerio de Salud de la Nación.
Más allá de las pruebas que se obtengan o de las acciones que en este caso particular se realicen, debe tenerse en cuenta que se trata de una situación que se ha repetido y se repite con cierta frecuencia. En muchos casos resulta difícil establecer un vínculo seguro entre las posibles causas y las consecuencias que de ellas se derivan. Pero de lo que no suele quedar dudas es del aumento de la contaminación de las aguas, de los suelos o de la atmósfera.
Todo parece indicar que se hace necesaria, en forma cada vez más perentoria, la puesta en marcha de planes que vayan más allá de lo circunstancial y que eviten la necesidad de generar tantas acciones diferentes, como en este caso se han producido. Si se hiciera prevención en estas cuestiones, empleando diferentes recursos en materia de información o soporte tecnológico a las empresas, particularmente a las que menos dominan estos temas, se podrían evitar las consecuencias que ahora presenciamos. Entre ellas no es asunto menor el temor producido innecesariamente entre personas que no deberían padecerlo. Los pobladores necesitan que se les den razones y se realicen actos que les devuelvan la tranquilidad.
El problema del cuidado del medio ambiente tiene dimensiones suficientes como para requerir una atención general, en la cual colaboren los poderes públicos y también todos los sectores de la población, porque en esta materia nadie puede decir que no se halla afectado.




