La fuerza de la economía china
Hace poco, las sesiones anuales de la Asamblea Popular Nacional de China y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino se celebraron exitosamente en Pekín, ocasión en que hicimos un balance del año pasado y elaboramos los objetivos para el futuro respecto de la economía china. Al echar la mirada retrospectiva, constatamos que la economía china se ha desarrollado dinámicamente.
El funcionamiento económico tendió a la estabilidad sobre la base de un crecimiento moderado y avanzó hacia su mejora sobre la base de un crecimiento estable. El PBI alcanzó 74,4 billones de yuanes, con un aumento de 6,7%, lo que nos permitió contribuir en más de un 30% al crecimiento de la economía global, con una aceleración del reajuste de la estructura económica y el peso específico del valor agregado del sector servicios en el PBI subiendo hasta el 51,6%.
Se siguieron mejorando las condiciones de vida del pueblo. Los ingresos disponibles per cápita de la población nacional registraron un aumento real del 6,3 %. La población rural indigente se redujo en más de 12,40 millones. En todo el año se crearon 13,14 millones de nuevos puestos de trabajo en ciudades y poblados.
Se potenció la nueva energía motriz del desarrollo. Las actividades emprendedoras e innovadoras se desarrollaron por todas partes y las nuevas empresas inscriptas a lo largo del año aumentaron un 24,5%, llegando a 15.000 la media diaria de inscripciones.
La capacidad de las infraestructuras ascendió de manera continua. Entraron en funcionamiento más de 1900 kilómetros de nuevas líneas ferroviarias de alta velocidad y se construyeron o reconstruyeron más de 6700 km de autopistas.
Como fue subrayado por el primer ministro Li Keqiang, la economía china posee potencial, resiliencia y ventajas, por lo que indudablemente el desarrollo del país sigue mejorando.
Con respecto al potencial económico, en 2016 el consumo promedio de la población nacional alcanzó los 17.111 yuanes. Al mismo tiempo, la implementación de la nueva industrialización, la urbanización y la agricultura moderna darán lugar a las necesidades potenciales de inversión.
En cuanto a la resiliencia económica, gracias a la implementación a fondo de la acción Internet+, el programa Hecho en China 2025, así como las políticas y medidas referentes a las actividades emprendedoras e innovadoras de las masas, las industrias emergentes surgieron con vigor, a la vez que las industrias tradicionales aceleraron su cambio de modalidad y su actualización.
Por parte de las ventajas de la economía, en la actualidad, el nuevo bono demográfico sobre la base del capital humano se sigue formando, mientras la constante amplificación de la educación de alto nivel aumenta el volumen del recurso humano tecnológico, lo que implica una ventaja más destacable de competitividad.
Este año, ajustamos el crecimiento previsto de la economía a un 6,5%, un poco inferior al de los años anteriores, hecho que nos permitió enfocarnos más en la mejora de calidad y eficiencia económica, en aras de “la estabilización del crecimiento, el empleo y el beneficio del pueblo”. De todas maneras, podemos decir con responsabilidad que China sigue siendo la fuerza primordial que empuja la economía global, proporcionando dinámicas de manera incesante para el crecimiento económico mundial.
Embajador de China en la Argentina