La gran obra del padre Mario
En los años 60, con pocos ahorros, el sacerdote católico Mario Pantaleo compró en González Catán, La Matanza, un terreno y comenzó a construir una pequeña casa. Para entonces, la Parroquia del Pilar de Buenos Aires, donde trabajaba, resultaba insuficiente, ya que cada vez más personas que conocían su capacidad para diagnosticar y aliviar el sufrimiento demandaban su atención.
Perla Gallardo acudió al sacerdote por un problema de salud y, al sanar, comprometió su ayuda y la de su familia para levantar una iglesia e instalaciones para la tarea social. En 1975 se celebraron las primeras misas y la labor en el barrio se extendió. "El hombre solo no hace, es la comunidad la que hace", era una de las frases del padre Mario. Así, desde el humilde barrio Villa Carmen, se propuso ayudar a los más vulnerables. Abrió una guardería para los niños que quedaban solos cuando sus padres salían a trabajar o a buscar trabajo, y estableció un encuentro permanente con los adultos. Para los niños se puso también en marcha una escuela primaria en espacios provisorios mientras construían los edificios. Cuando la primera promoción egresó, la escuela secundaria estaba terminada. Entre 1976 y 1992, año de la muerte del padre, se construyó gran parte de los actuales 15.000 metros cuadrados de la obra. Además de las escuelas, se pusieron en marcha un policlínico, una escuela laboral para personas con capacidades diferentes, un centro de atención para adultos y un polideportivo, entre otras obras. Dos organizaciones jurídicamente independientes se reparten la tarea de continuar la misión: la Fundación Presbítero Mario Pantaleo y la Fundación Nuestra Señora del Hogar.
La institución se sostiene principalmente gracias al apoyo de casi 25.000 aportantes, donaciones de particulares y de empresas. A más de 25 años de su muerte, la obra continúa fiel al sueño de su incansable impulsor.
La fundación de la Obra del Padre Mario (www.padremario.org) celebra este año su cincuentenario. Su enorme tarea social en favor de más de 35.000 personas merece el apoyo de toda la comunidad.