La guerra civil en Yemen
La guerra civil siria acapara la atención del mundo, por su escalada, por su devastación y por la barbarie que exhiben algunos de sus participantes. No obstante, hay en Medio Oriente otra guerra civil, también cruenta, de la que se habla menos. Es la que tiene lugar en Yemen, el país árabe más pobre de la región, donde se enfrentan grupos shiitas, apoyados por Irán, con movimientos sunitas, que adscriben a Arabia Saudita y las monarquías árabes del Golfo. Yemen tiene una importancia estratégica, ya que está ubicada sobre el estrecho que une el Mar Rojo con el Golfo de Adén, activamente utilizado para el transporte de hidrocarburos.
El grupo shiita más importante de Yemen, que combate con el apoyo iraní, es el de los huthis, que son mayoría en el norte. Combate a las fuerzas del gobierno sunita, leales al presidente Mansour Hadi, que representan a la mayoría sunita que predomina en el sur de ese país. Entre los dos existe una guerra religiosa que conforma uno de los capítulos más peligrosos del enfrentamiento interno del mundo islámico. Sin embargo, no son los dos únicos contendientes, ya que movimientos afiliados a Al-Qaeda y al Estado Islámico han aprovechado el caos en que está sumido Yemen para apoderarse por la fuerza de algunos de sus rincones.
La guerra civil yemení demuestra que fracasó la unificación de un país que estuvo dividido muchos de los años del siglo XX . Ocurre que el Norte y el Sur alojan poblaciones de características muy disímiles, acostumbradas a enfrentarse en las que han sido reiteradas explosiones de violencia de los últimos tiempos, que incluyeron una intensa guerra civil en 1994 con la que se intentara infructuosamente revertir el proceso de unificación.
Que el conflicto yemení sea menos intenso que el sirio no quiere decir que allí se respete el derecho humanitario internacional. Por el contrario, los aviones de una coalición liderada por Arabia Saudita y compuesta además por Jordania, Egipto, Marruecos y Sudán bombardean no sólo objetivos militares sino también civiles, incluyendo hospitales, escuelas, e iglesias. En un contexto geopolítico más amplio, los Estados Unidos han estado apoyando las acciones bélicas de Arabia Saudita en Yemen, facilitando el reaprovisionamiento en vuelo de sus aviones militares y proveyéndoles información satelital. Por ello, desde la costa, los rebeldes atacan con misiles a los buques de guerra norteamericanos que la patrullan. De este modo, la posibilidad de incidentes mayores ha estado creciendo en las últimas semanas. Del otro lado, la mano y los recursos de Irán han estado permanentemente a disposición de los huthis.
Esta expresión de la guerra facciosa interna que divide al mundo islámico es sumamente peligrosa y, en cualquier momento, puede desbordar los límites mismos del territorio de Yemen.
Como en todo conflicto, las acciones bélicas han sembrado y siguen sembrando muerte y destrucción y provocando una ola importante de refugiados y desplazados internos. Por esto la comunidad internacional no puede permanecer indiferente respecto de ese conflicto, que ya ha generado 6700 muertes y provocado el desplazamiento interno de algo más de tres millones de personas que debieron escapar de la violencia.