
Los tropiezos de la Bolsa japonesa
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TOKIO (The New York Times News Service).- A medida que nuevos datos gubernamentales hicieron aumentar la preocupación generalizada de que Japón pueda estar cayendo nuevamente en una recesión económica, el mercado bursátil del país se está convirtiendo simultáneamente en una víctima y un causante de la pérdida de velocidad de la economía nipona.
El principal indicador del mercado accionario en Japón, el índice Nikkei que abarca 225 acciones, ha perdido 26% en lo que va del año, en lo que constituye sin duda su peor desempeño desde 1992. La declinación del jueves, hasta llegar a 13,423 puntos, generó una alarma general acerca de la economía nacional y fue la noticia principal en muchos de los programas noticiosos del país esa noche, lo cual es muy inusual en Japón.
Con la economía interna en situación muy incierta -como lo demuestran los más recientes informes económicos que revelan un aumento en el índice de desempleo y una declinación en el gasto de los consumidores- el mercado bursátil nipón reaccionó con nerviosismo la semana última por la influencia de los mercados extranjeros. Enfrentadas súbitamente a una industria de alta tecnología incapaz ahora de proporcionar el impulso económico que siempre se ha esperado de ella, las vacilantes industrias tradicionales de la vieja economía japonesa, como las de ventas al menudeo, construcción y banca, se vieron más acosadas, dice Kazuhiro Miyake, estratega de Mizuho Securities Co. Ltd.
Los bancos del país están sobrecargados por un gran número de préstamos en problemas provenientes de esos sectores. Y el descenso en los precios de las acciones hizo que los bancos, que dependen de sus inversiones en acciones para eliminar sus préstamos impagables, se sumieran en una crisis más profunda, creando un vicioso círculo de ventas bursátiles, dijo Miyake.
Si bien algunos analistas temen que la situación actual pueda crear una crisis similar a la ocurrida en 1997 y 1998, otros le ven ciertos aspectos fundamentales positivos. Apoyado por informes periodísticos de que el Ministerio Postal de Japón invertirá 2 billones de yenes cada año durante los siguientes cinco años en el mercado bursátil, el Nikkei subió 500 puntos el lunes. Naoya Orime, jefe de inversiones en Merril Lynch Investment Managers Co. de Tokio, dijo que se prevé que las utilidades corporativas se eleven un promedio de 10 a 15% durante el próximo año fiscal. Además, el yen ha caído a su nivel más bajo en los últimos 16 meses ante el dólar, y a un nivel bajo sin precedente en los últimos nueve meses ante el euro.
"Los inversionistas no se han dado cuenta realmente de lo bueno que es el nivel actual del yen para los exportadores", dijo Tatsuhiko Takura, un gerente general de Tokio Marine Asset Management Co., en entrevista con Bloomberg News.
Y los niveles de la Bolsa de Valores, si bien bajos, no son tan malos como parecen, dice Yoshikazu Takao, director administrativo de Asahi Life Asset Management.
El acusado
Sea que vean que se avecina o no una crisis, los analistas e inversionistas habitualmente apuntan acusadoramente a una organización como causante de todos los problemas: el Banco de Japón. El Banco Central elevó las tasas de interés en agosto al llevar la tasa de prestamo de un día a otro, que era de cero, a 0,25%, poniendo fin así a la llamada política de tasa cero de interés pese a las exhortaciones de los formuladores de política para que aguardara un poco.
El aumento en la tasa de interés ordenada por el banco "fue uno de los principales culpables" de la situación vacilante del mercado bursátil, dice Takao. "Hirió sentimientos." Los críticos han culpado al Banco de Japón por ajustar las tasas de interés al alza sólo por el deseo de mostrar su fuerza y hacer hincapié en que no cederá a las presiones políticas. Desde que se dio a conocer el incremento en las tasas, la liquidez del mercado se ha secado, lo cual contribuyó en gran parte a la caída del mercado bursatil, dijo Orime. Un gobernador del Banco de Japón, Masaru Hayami, dijo en agosto que dicho banco había elevado las tasas de interés debido a que habían desaparecido las preocupaciones de un efecto deflacionario, pero lo cierto es que los precios han seguido descendiendo.

