Coronavirus: Sin casa
Barcelona, España.- Los olvidados lo son siempre, incluso en laspandemias. Y así, entre los múltiples recovecos que una ciudad como Barcelona puede albergar, este hombre eligió la calle, limpia y solitaria, para dormir. Tal vez de tanto replegarse sobre sí la ciudad cerró a cal y canto los escondites donde el durmiente solía reposar en otros días. O quizá no hubo otra razón más que regodearse en su rotunda ajenidad: un sin techo, el otro de aquellos que se animan entre sí a permanecer en casa, a reinventar la intimidad, a tolerar entre pantallas y Zoom y redes sociales la violencia necesaria del encierro. Cuál habrá sido la vida anterior del hombre que duerme abrazado a su bolso, qué vueltas habrá dado en su camino de descenso hasta el último peldaño de la calle. Ahí descansa, sobre el regular trazo de una acera excepcionalmente vacía. Y ni siquiera puede decirse que, por un día, él fue el dueño.