De la web como una mayoría silenciosa
Estamos en los años noventa y en revistas como Wired se escribe el nuevo evangelio de las redes: que la web va a volvernos más comunicativos, más interactivos y más dialogantes. Incluso se inventa una palabra (prosumidores) que nos describe como productores y consumidores de mensajes al mismo tiempo. Pero "la mayoría de usuarios de internet son mirones que no hacen nada", denuncia el chileno Ricardo Baeza-Yates, especialista en ciencia de datos y catedrático de Silicon Valley. Los contenidos de la web son, númericamente hablando, obra de unos pocos. La web podrá ser un océano infinito que cubre toda la Tierra, pero la gente que la alimenta cabría en una isla. La mayoría es espectadora y silenciosa; ni siquiera quiere agregar un "me gusta" para mostrar su agrado. "La consecuencia más importante de este fenómeno es que la sabiduría de masas es una ilusión", concluye Baeza-Yates. Creíamos que nuestra creación nos volvería más inteligentes y más sabios, pero la web nos ha devuelto a nosotros mismos: anónimos, inactivos y voyeristas.