El rezo
Quizá siempre se trate de esto. Atravesar el desastre, recordarlo, seguir adelante. Hace nueve años, quienes habitan cerca de estas playas de Japón vivían su propia versión de un posible apocalipsis. Hubo un terremoto y un tsunami, una central nuclear resultó afectada, miles de personas desaparecieron, fallecieron o quedaron inmersas en una desolación sin nombre. Hogares convertidos en ruinas, niños repentinamente huérfanos; terror a la furia del agua, a la ferocidad de la tierra, a la daga invisible de la radiación. Nueve años después, sobre esas mismas costas, un hombre hunde un ramo de flores en la arena, se inclina y recuerda a las víctimas de la catástrofe. En breve, la pleamar se llevará su ofrenda. La respiración del océano: un ir y venir que repara, sostiene, acompaña los ciclos de los seres que crecen a su vera. Y que a veces, impiadoso, se encabrita y muestra las fauces.
Edición fotográfica Dante Cosenza