El virus del lenguaje y un mundo cerrado
Es tiempo de guerra. Y la esperanza de solución está puesta en la diplomacia de las ciencias: que la biología, medicina, química encuentren una cura. Por otro lado, las tecnologías de la información ayudan a difundir data útil y a traer compañía en tiempos de aislamiento forzoso.
Las ciencias sociales buscan su lugar entre paradojas, atrapadas en el virus del lenguaje (como decía William Burroughs): globalidad y fronteras, solidaridad y encierro, privacidad y comunicaciones. El doctor Alessandro Vespignani, relataba The New York Times, recurre a las redes sociales para encontrar patrones de comportamiento que ayuden a controlar la expansión del coronavirus.
El filósofo italiano Franco "Bifo" Berardi se debate entre el aceleracionismo y este forzado freno mundial, con curiosas excepciones (aislados con WhatsApp y delivery). "No sabemos cómo saldremos de esta pandemia; podríamos salir solos, competitivos, agresivos", arriesga. Por ahora la revista The Economist consagró en su elocuente tapa un globo terráqueo: "Cerrado".