Pimpi Colombo, la mano derecha de Moreno en el complejo frente de los precios congelados
Kirchnerista de la primera hora, la titular de la Subsecretaría de Defensa del Consumidor es la cara visible de la polémica medida oficial
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Ni la política ni la administración pública han inhibido su coquetería. Siempre hay un buen collar que corona su escote o una vistosa chalina que envuelve su cuello. Tampoco la han obligado a renunciar a su sobrenombre, Pimpi, como la llamaban de joven en Tucumán. El apodo aludía a "Pimpinela Escarlata", el personaje en el que se convertía el aristocrático protagonista de una novela de capa y espada cuando adoptaba otra identidad para enfrentar el reinado del terror que Robespierre había instaurado luego de la Revolución Francesa.
María Lucila "Pimpi" Colombo hoy es el alter ego con polleras de otro personaje de novela, Guillermo Moreno, a quien secunda desde 2008 como titular de la Subsecretaría de Defensa del Consumidor. Desde ese lugar, el secretario de Comercio Interior la convirtió en guardiana de una de sus políticas más sensibles: el congelamiento de precios, una medida que, lejos de toda evidencia, a su juicio "se cumple absolutamente" y con éxito en todo el país, según afirmó esta semana. Y que tuvo el efecto colateral del cepo a la publicidad de los supermercados en los diarios.
Pero para ser merecedora de tanta confianza K, antes hubo otras pruebas de lealtad. Como haberle presentado a Cristina Kirchner el resultado de una investigación cuya versión oficial indica que un grupo de bancos había estafado en 360 millones de pesos a usuarios con la complicidad de Adecua, la asociación de consumidores que dirige Sandra González. La Presidenta se consustanció tanto con el caso, que fue ella quien lo hizo público en un discurso, sin saber que tres de los abogados que habrían gestionado esa operación trabajaban dentro del Gobierno: Luis Romiti, director nacional de Control Ambiental; Eduardo Baeza, asesor de la senadora Nancy Parrilli, hermana del secretario presidencial, y Juan de Dios Cincunegui, un colaborador de Axel Kicillof que hoy actúa como director de Intercargo.
"Es una loca linda. Los muchachos le decían bromeando «Pimpi quilombo». Es que no tiene mucha cintura negociadora. Pero es una mujer de convicciones. Hace las cosas porque cree que hay que hacerlas y le gustan los cruzados", asegura un histórico del PJ porteño. Y agrega: "Lo único es que no tiene grises, como su jefe. Para ella todo es blanco o negro".
Hay quienes aclaran, no obstante, que sus modales son más refinados que los de Moreno. Y se preguntan si esto será algo espontáneo o si habrán planificado jugar al "policía bueno y policía malo". Aunque, a juzgar por algunos hechos, da la sensación que se mimetizan con bastante frecuencia, como cuando le tocó a Colombo expulsar a la ONG Consumidores Libres del Registro Nacional de Asociaciones de Consumidores a fines de agosto pasado, acusándola de difundir su propio índice de precios (aunque la entidad realiza ese relevamiento desde hace 18 años).
Cáncer en el horóscopo, nació el 30 de junio de 1952 en el seno de una familia que era considerada parte de la aristocracia intelectual de Tucumán. Es licenciada en Matemáticas y tiene una maestría en Diseño y Gestión de Políticas y Programas Sociales. Empezó a militar en su provincia a los 17 años al sumarse a la izquierda nacional que el "Colorado" Jorge Abelardo Ramos comenzó a enarbolar después del Cordobazo. Ramos, al igual que Pimpi, terminó convergiendo en los 90 con el menemismo, para el que fue embajador en México.
Ya estaba casada con Pablo Fondevilla –más tarde jefe de campaña de Palito Ortega, mano derecha del Gustavo Beliz, ministro de Carlos Menem y fundador de Nueva Dirigencia– cuando en mayo de 1983 creó el Sindicato de Amas de Casa de la República Argentina (Sacra). Pero fue recién en 1997 cuando recaló formalmente en el belicismo al asumir como legisladora porteña. En 2002, y por un año, Pimpi Colombo presidió el bloque del PJ gracias a un acuerdo cerrado por su partido y las distintas vertientes del peronismo local que representaban Jorge Argüello, por el cavallismo, y Alberto Fernández y Eduardo Valdés, que habían llegado a la Legislatura en la lista que encabezaba Irma Roy.
"Las mujeres no eran entonces tenidas en cuenta para ese tipo de cargos. Ella tenía pasta…", asegura un periodista que la recuerda de aquellos años.
Apuesta temprana
Ya con Néstor Kirchner presidente, Beliz la llevó al Consejo Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia (2003-2004). Sus críticos aseguran que "estuvo lejos de brillar". Pero ella había apostado por los K desde la primera hora, y fue recompensada. Se la recuerda incluso entre los organizadores del primer acto kirchnerista que se le armó al matrimonio fuera de Santa Cruz, el 24 de febrero de 1996 en Villa Lugano. Su afinidad con Beliz terminó el día que el entonces ministro de Justicia dio su último portazo político, al renunciar a su cargo con fuertes denuncias contra miembros de la SIDE por actividades ilícitas.
Una vez más, Pimpi sobrevivió al temblor. Y le llegó el ofrecimiento para presidir el Consejo Nacional de la Mujer, donde estuvo hasta 2008. "Siempre fue resistida por las organizaciones de mujeres. Es muy católica y, como Cristina, antiabortista. Las feministas nunca le perdonaron sus votos en contra de las leyes de salud sexual reproductiva y unión civil", explica una militante de los derechos de la mujer que recuerda una foto suya junto al Papa en un lugar preferencial en su escritorio de legisladora.
Su currículum nunca alojó un registro de su interés por los derechos de los consumidores. No obstante, en junio de 2008 asumió la Subsecretaría de Defensa del Consumidor. La empatía con Guillermo Moreno no fue instantánea. Su rol comenzó a ser más tenido en cuenta tras la reelección de Cristina, en 2011, cuando se abrió la era de la sintonía fina, y se afianzó el año pasado, cuando empezó a trabajar codo a codo con su jefe.
"Con Moreno tienen una coincidencia básica: la convicción de que el modelo en marcha es el correcto. Igual ella ya conocía a Cristina de antemano, no fue él quien la nombró sino la Presidenta", confía un ex colaborador de Pimpi para quien su suerte no está atada a la del polémico funcionario ni a la de ningún otro integrante del reducido círculo de confianza de la mandataria. Una prueba de esto, dicen, es que durante sus anteriores gestiones, cuando le tocó estar en la órbita de Desarrollo Social y bajo las órdenes de Alicia Kirchner, llegó a tener varias diferencias con la hermana y cuñada presidencial, y sin embargo su futuro político no se desvaneció.
Es que si bien Pimpi dedicó su vida a la política, no todo la conduce a ella. Después de vivir muchos años con un dirigente nacional como Fondevilla, eligió un outsider de este ámbito para su segunda administración conyugal. Actualmente está en pareja, y disfruta de su casa de 477 metros cuadrados en el Club El Carmen, en Berazategui, con Héctor "Cacho" Otheguy, gerente general y CEO del Invap, una empresa del Estado rionegrino pionera en el desarrollo de centrales nucleares (que exportó a Australia, Egipto, Argelia y Perú), pero que también se convirtió en puntal del sistema de televisión digital que lleva adelante el ministerio de Julio De Vido. Sus responsabilidades están lejos del congelamiento de precios, las restricciones a las importaciones y exportaciones, y el cepo cambiario, por citar sólo algunas de las obsesiones de Moreno, el jefe al que su mujer admira y respeta.
Quién es
Nombre y apellido: María Lucila Colombo
Edad: 60 años
- Origen tucumano
Nació el 30 de junio de 1952, en una familia de la intelectualidad de Tucumán. Comenzó a militar a los 17, en la izquierda nacional de Jorge Abelardo Ramos. - De Beliz a Kirchner
Fue legisladora porteña, de la mano de Beliz, y apostó luego por el kirchnerismo. Desde junio de 2008 está al frente de la Subsecretaría de Defensa del Consumidor.







