
Presentes en la creación.2
En 1969, Dean Acheson publico sus memorias bajo el título Presente en la creación, en referencia a su papel como secretario de Estado de Estados Unidos en el diseño e implementación de la arquitectura internacional post-1945. El actual kairos implica un nuevo “presente en la creación”, aunque esencialmente distinto del anterior, ya que no estamos modificando o moldeando la realidad física y tangible, sino que estamos “etimológicamente” creando algo nuevo: una nueva realidad digital. Mundo virtual en competencia con el mundo físico.
Esta aporía moderna –escenario híbrido, dialógico y no binario–, compuesta de territorialidad y desterritorialidad, presencialidad y virtualidad, temporalidad y atemporalidad, es ontológicamente diferente. Tenemos que buscar nuevos paradigmas que nos ayuden a disipar la niebla y la oscuridad, y aportar claridad a la realidad. Escenario híbrido en el que conviven en un mismo espacio y lugar el Leviatán –el mundo clásico westfaliano– y el algoritmo –el mundo nuevo de la conectividad transfrontera del siglo XXI–.
En nuestro afán y necesidad de definir realidades en términos analógicos y conocidos –muchas veces por pereza intelectual– hablamos de Tercera Guerra Mundial o de Nueva Guerra Fría. Esas definiciones nos siguen siendo útiles para abordar los grandes conflictos geopolíticos clásicos y territoriales de hoy: guerra entre Ucrania y Rusia, Gaza, Haití, Sudán, Yemen… y tantos otros. Pero, sin desmerecer este enfoque, estas categorías ya no reflejan la totalidad de los desafíos actuales. La actual distribución de poder va más allá de la definición de la teoría realista de la competición entre grandes poderes: competencia entre Estados nacionales, definidos como los gladiadores hobseanos, compitiendo por espacios geográficos y tangibles.
En la actualidad, en un mundo signado por biotecnología, inteligencia artificial, geoingeniería, ecología, nanotecnología, el poder del mundo digital moldea y condiciona la vida diaria de miles de millones de personas y altera el funcionamiento de las sociedades humanas. Presentes en la creación.1 –Dean Acheson– diseñado en un escenario geográfico, físico y tangible, tenía como objetivo construir una arquitectura internacional basada en normas y leyes que fueran legítimas y legales, aceptadas y cumplidas por todos los países. En cambio, en este presentes en la creación.2, por primera vez la tecnología se constituye en un instrumento que no solo puede modificar o moldear la realidad, sino también crear una totalmente distinta y posantropocéntrica. La inteligencia artificial generativa podría crear una realidad transhumana.
El futuro ya llegó a través de la tecnología; no podemos seguir anclados en la gobernanza del pasado. Desde ya que eso no implica en modo alguno sugerir el fin del Estado nación o de los gobiernos nacionales. Necesitamos avanzar hacia una nueva geopolítica –territorial y desterritorial, y estatal y no estatal–, así como tener más en cuenta el papel del individuo-líder político westfaliano, o del emprendedor digital, ya que, en definitiva, él mismo es su propio Prometeo.
¿A futuro, seguirán primando la Organización de las Naciones Unidas, el G-7, los Brics y otros esquemas territoriales multilaterales, o se consolidarán esquemas tales como Gafam-Google, Apple, Facebook (ahora Meta) y Amazon? En el nuevo mundo digital, ¿cómo definimos el territorio, la población y la soberanía? En un nuevo mundo digital, ¿cómo y quién gobierna? ¿Podrán el Estado nación y sus instituciones y burocracias estatales seguir administrando? ¿El nuevo mundo digital favorecerá la concentración de poder o, por el contrario, su descentralización y tránsito hacia “Nosotros los pueblos”, palabras iniciales de la Carta de la ONU?
En un nuevo mundo digital, ¿cómo definiremos los derechos humanos y la libertad? ¿Tendremos suficiente espacio humano para ejercer nuestro libre albedrío? ¿Podremos seguir ejerciendo nuestra voz y nuestro voto en el marco de la democracia representativa, o el celular reemplazará a la urna? Estas preguntas y muchas otras requieren de nuevos paradigmas. Y en este ejercicio de pensamiento y acción binaria, nadie mejor que Henry Kissinger ha logrado sintetizar esta dualidad entre los dos mundos: el Leviatán y el algoritmo. En su libro póstumo, Génesis –¿presente en la creación.2?–, escrito junto con Craig Mundie y Eric Schmidt, dice: “El advenimiento de la inteligencia artificial es, en nuestra opinión, una cuestión de supervivencia humana... Eso requerirá la resolución de no uno, sino dos problemas de alineamiento: el alineamiento técnico de los valores e intenciones humanos con las acciones de la IA, y el alineamiento diplomático de los humanos con sus semejantes”.
Miembro del Servicio Exterior de la Nación
