Sentirse “Nazareno”
Todas las voces deberían levantarse en contra de estos hechos aberrantes
A los cristianos de Mosul, los fundamentalistas islámicos del IS (Islamic State), que domina en estos momentos parte de Siria y el norte de Irak, primero les marcaron sus casas, con un símbolo que se reproduce en el comienzo de esta nota y, luego, les dieron un ultimátum. ¿Qué significado tiene este símbolo? Quiere decir: nasrani, o sea, "nazareno". Porque así es como se conocen desde hace siglos a los cristianos de origen asirio que fueron convertidos en esta región del mundo por la prédica del apóstol Santo Tomás. El mismo que había respondido cuando le hablaron de la resurrección de Jesucristo: "Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré".
Paradojas de la historia de salvación de los cristianos. Hace pocos días, sus ancestrales seguidores de la antigua región de Nínive vieron una marca, pero no de clavos, sino pintadas en las paredes, dinteles y muros de sus casas, señalando que a partir de la imposición de la Sharia (ley islámica) sus ocupantes, o se convertían al Islam o se los intimaba por "infieles" a huir de la ciudad, so pena de pasarlos a degüello. La intimación vino en el nombre de un Dios, al que el extremismo integrista dice representar o seguir. En realidad, todos sabemos que ese no es el comportamiento de los musulmanes de buena voluntad, porque no es posible que en el nombre de un Dios, al que llaman "el Misericordioso y el Compasivo", se extermine a los creyentes en un Dios, que también es "Misericordioso y Compasivo". Simplemente, porque Dios es UNO y no puede tener dos caras. Sin embargo, los cristianos que habitaban en Mosul, cuyos antepasados estaban allí desde mucho tiempo antes de la llegada del Islam, tuvieron que huir, padecer o morir. Y en la huida, lo dejaron todo.
Tuvieron que huir, padecer o morir. Y en la huida, lo dejaron todo
Primero, se escuchó el llamado a toda la comunidad internacional del obispo católico caldeo de Mosul, monseñor Amel Shamos Nona, alertando sobre la "limpieza religiosa" que se estaba llevando a cabo, y, días después, al papa Francisco, diciendo durante el Ángelus dominical: "¡Nuestros hermanos son perseguidos, son enviados fuera, deben dejar sus casas sin tener la posibilidad de llevarse nada!". Así, poco a poco, la noticia fue trascendiendo por el mundo entero, en momentos en que recrudecía otro conflicto político, disfrazado de religioso, como es el de la franja de Gaza. Sin embargo, mientras hasta que no hubo un alto al fuego en Gaza, pareció que el padecimiento de los cristianos caldeos, no tenía mayor importancia. Hoy, muchos tienen puestos sus ojos allí y el Papa volvió a pedir por aquellos hermanos de Medio Oriente, diciendo: "Hay que poner fin a este drama humanitario".
Los llamados "Nazarenos" (en recuerdo de Jesús de Nazaret), tuvieron que dejarlo todo para no renegar de su fe. Incluso, en la huida, fueron despojados del dinero que llevaban encima, por las huestes del grupo Abu Bakr, cuyo líder les había dado un plazo de tres días para convertirse al Islam o salir de la ciudad. Caso contrario, "la única opción será la espada", les dijo. Así, el "Estado islámico", un grupo ligado a Al Qaeda, ha formado un "califato" en este antiquísimo territorio cristiano que forma parte de un país como Irak, donde, desde 2003 a la fecha, el número de cristianos, por distintas razones, ha descendido desde un millón y medio de habitantes (4% de la población) a menos de quinientos mil.
El propósito de realizar una verdadera limpieza de fe, eliminando o expulsando a los creyentes cristianos, es una realidad
Pero no bastó con echarlos de Mosul sino que, habiendo encontrado refugio con el pueblo kurdo, ahora se los busca y persigue también en esa región. Conclusión, el propósito de realizar una verdadera "limpieza de fe", eliminando o expulsando a los creyentes cristianos, es una realidad a todas luces visible. El mundo entero pareciera observar los hechos con cierta pasividad. ¿Cómo detener esta escalada de absurda violencia contra los indefensos nazarenos? ¿No es acaso esto mismo lo que hizo el nazismo con el pueblo judío? Todas las voces deberían levantarse en contra de estos hechos aberrantes, como hasta hace unos días se levantaban por lo que sucedía en Gaza, comenzando por las de los musulmanes de buena voluntad.
En cuanto a nuestros hermanos "nazarenos", tal vez le sirvan de momentáneo consuelo aquellas palabras del apóstol San Pablo a los corintios: "Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados. Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo".
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