Titanic for ever
La trágica historia del “inhundible” trasatlántico que se fue a pique al fondo del Atlántico en su viaje inaugural no termina nunca de fatigar. Al cumplirse 25 años del estreno de Titanic, la versión de James Cameron -una de las películas más vistas de la historia- volvió a los cines remasterizada a engrosar su taquilla triunfal.
La genialidad de Cameron fue introducir en una trama por demás spoileada -¿queda alguien que ignore que el Titanic finalmente se hunde?- la ficticia pasión amorosa desatada entre Jack (Leonardo Di Caprio) y Rose (Kate Winslet). Ese relato repone el suspenso ya que hasta el último minuto del film no se sabe qué pasa con ellos.
Intercalar nuevas historias, reales o no, renovaría el interés por Titanic hasta el infinito.
Hasta Cameron podría intentarlo si se lo propusiera. Muchos tramos de la producción original serían recuperables, como la hora final de la producción que cuenta en tiempo real el hundimiento de la nave con estremecedora grandiosidad.
Salen Jack y Rose (o, como guiño al espectador, apenas se los ve en algún plano secundario), y entran vaya a saber quiénes y qué será de sus destinos. Lo que es seguro es que nosotros, una vez más, estaríamos aferrados a nuestras butacas.