Trastienda de una derrota que cambia la historia en Chaco
Es domingo de elecciones en Chaco y el gobernador, Jorge Capitanich, parece tener todo cronometrado y bajo control. Minutos antes de las 8, momento en el que está anunciada su votación, llega a la Escuela Nº41 “Maestro Ricardo Ivancovich”, en el centro de Resistencia. Es el primero en sufragar, bajo una dinámica aceitada que incluye su ingreso al establecimiento antes de que se abra la votación; el inmediato cierre de las puertas; diálogos con las autoridades de mesa, y, cuando finalmente se hacen las 8, la reapertura del ingreso para que los medios de prensa puedan registrar su sufragio. Desde la escuela, partirá a controlar el desarrollo de la jornada. No se demora en exceso. La rutina del voto del gobernador se desarrolla con naturalidad, como si fuera parte de una maquinaria que, como sucedió a lo largo de 16 años consecutivos, finalizará después de las 18 con una presumible victoria provincial del peronismo.
Las señales en la previa electoral no ayudan para anticipar lo que la jornada del 17 de septiembre tiene preparado para el mapa político argentino: la derrota en primera vuelta de Capitanich. En una recorrida por el Gran Resistencia, LA NACION recolecta testimonios de vecinos que, aunque confiesan votar al opositor Leandro Zdero, creen que Capitanich terminará ganando, sobre todo por el efecto de medidas asistencialistas de última hora.
En los cajeros del Nuevo Banco del Chaco, se ven el viernes extensas filas para retirar dinero, porque el gobernador adelantó para ese día, 48 horas antes de las elecciones, un aumento del 12% a los empleados públicos y jubilados que preveía pagar recién en octubre. Salvo por algunos carteles en el centro y en el juzgado, y por la presencia de Gendarmería en la casa de la madre de la joven, el caso Cecilia Strzyzowski, que golpeó de lleno a Capitanich, perdió presencia en la agenda diaria.
El ballottage parece la posibilidad más factible. Se lo intuye en las respuestas que dan fuentes oficialistas y opositoras al analizar la contienda. La “sensación de paridad” se impone también en el principal título de tapa del domingo electoral del diario Norte, el periódico más importante de Resistencia.
Desde el viernes, el oficialismo chaqueño tiene todo agendado. Comunica que Capitanich votará a las 8, que a las 18 habrá una conferencia de prensa en Casa de Gobierno, y que el búnker estará en la sede del Partido Justicialista.
El sábado es un día calmo, que solo se altera por una pequeña manifestación en la plaza 25 de Mayo, frente a la sede del gobierno provincial. Son unas veinte personas que sueltan globos blancos para recordar en el día de su cumpleaños a Edgar Medina, un joven asesinado hace un año y medio, en un partido de fútbol; algunas de las personas presentes llevan remeras con el rostro de Cecilia. Dos efectivos de la policía chaqueña les piden explicaciones e identificaciones a los manifestantes, y luego se retiran.
El domingo, después de que Capitanich y Zdero emiten sus votos, una rápida incursión en el barrio Emerenciano, donde el poder del piquetero detenido Emerenciano Sena queda expuesto a cada paso, pone en evidencia un operativo electoral que, como todos los indicios previos, hace pensar que Capitanich tiene los recursos para ganar. Autos particulares y taxis identificados con carteles con un gran corazón rojo (el logotipo del Frente Chaqueño y del gobernador) se mueven por zonas cercanas a esa barriada y se acumulan en la Escuela Nº 942 “Clorindo Blanco”. Es solo una imagen que exhibe el traslado de votantes que, presumiblemente, el oficialismo aplique en otras zonas de Resistencia.
El calor se vuelve agobiante, el domingo por la tarde. Cuando las horas avanzan, arrecian las urgencias para la cobertura periodística. Mauro Rizzi, fotógrafo de LA NACION, necesita alguna certeza para definir a qué búnker le pondrá el foco. Para tener una buena imagen del eventual ganador, los fotógrafos siempre aspiran a llegar temprano al lugar del festejo y conseguir una buena ubicación. Una breve pasada por el PJ chaqueño no deja dudas en este experimentado cazador de imágenes: por el clima lúgubre que se respira, el escaso espacio del lugar y el testimonio resignado de una mujer con la que habla en la puerta, es imposible que el búnker de Capitanich albergue un festejo. La decisión está tomada. Todo indica que la fiesta se desatará, horas más tarde, en la sede de Juntos por el Cambio.
El búnker de Zdero está en “La Nuite”, un lugar que fue cine, iglesia evangélica y boliche bailable. Se llena rápidamente. Los militantes celebran frente a las pantallas que muestran los resultados. Estallan cada vez que la actualización del conteo mantiene al radical en el 46%, lo que lo hace ganador sin necesidad de segunda vuelta. Con los cánticos y una rápida aceptación de la derrota por parte de Capitanich, la incredulidad reinante en Chaco se dispersa y la caída del caudillo peronista se concreta. Los bocinazos que llegan desde las calles céntricas se imponen como la ruidosa cortina musical de una celebración que estaba contenida.