10 años de inflación en productos de belleza: cuánto costaban antes y a cuánto se venden esos productos hoy

Las tendencias en el mundo beauty cambian constantemente y la moda se adapta a los tiempos, pero hay maquillajes, perfumes o productos para el cuidado de la piel y el pelo que forman parte de nuestros clásicos de siempre que no estamos dispuestos a reemplazar aunque se dispare su precio.

Levantando la bandera del autocuidado y el amor propio compramos productos que aumentan más que la inflación y sumamos cada vez más pasos a nuestra rutina de skincare porque es la forma en que consumimos y vemos la belleza.

¿Te acordás cuánto pagabas esos productos que hoy todavía consumís?

Hace 10 años, en el 2012, para comprar un esmalte Revlon necesitabas $38 hoy tenés que desembolsar $711 (un 270%). Antes te alcanzaba con un billete de $100 ahora necesitás tener uno de $1000. En el 2015 un esmalte O.P.I costaba $199 y uno de Rimmel $133; hoy necesitás $1.245 para adquirir el primero y $812 para la segunda firma, es decir, aumentó un %2478 y un %1078 respectivamente.

Pero no hace falta ir tan atrás para notar el aumento de precios. En 5 años un shampoo Kerastase pasó de costar $552 a $5.150, un perfume Carolina Herrera de $500 a $12.400 y el Miss Dior de $535 a $16.500; una máscara de pestañas Maybelline de $35 a $876 (en oferta); la clásica Clinique Moisture pasó de $310 a $8.990 y una base Lancome de $320 a $7690.

¿Por qué subieron tanto los precios en 5 años? “En los últimos años los cambios económicos a nivel nacional e internacional fueron muy marcados y hubo inflación en pesos y en dólares. Como gran parte de los insumos son importados, desde las materias primas hasta los envases, los precios están atravesados por las variaciones de todos estos mercados”, explicó a OHLALÁ! Patricia Dermer, Química y Doctora en Análisis Biológicos, Creadora de Lidherma/ Matrícula: 1661 y destacó a raíz de la pandemia el aumento del valor de las materias primas a nivel mundial, el incremento X10 de transportes aéreos y fletes marítimos.

Además resaltó que incorporar sellos como “no testeado en animales” y “dermatológicamente testeado” más los elementos de seguridad requeridos que son altamente beneficiosos para el consumidor “tiene costos muy altos” que termina impactando en el precio final.

Patricia Dermer continuó: “La industria cosmética actualiza constantemente su proceso de producción para que sea más eficiente. La evolución científica y tecnológica influye en el precio de los productos porque cualquier cambio en la fórmula requiere un nuevo certificado de aprobación de los organismos oficiales”. Sin embargo, pocas veces esos avances se ven reflejados en el packaging porque en general las firmas prefieren mantener el nombre que “el consumidor ya adoptó y se identifica con él”.

Por supuesto esta lealtad a la marca hace que el consumidor tenga menos sensibilidad a la modificación del precio y por eso algunos se disparan más y otros menos. Mientras que el gel de limpieza Deep Clean de Neutrógena aumentó $484.5 en 5 años (de $35 a $519,50) el exfoliante de Lidherma Aquashot aumentó $631 (de $159 a $790).

La especialista fue clara: “La industria de la cosmética crece gracias a la demanda de los consumidores”. El punto es que si vemos la variación que sufrieron los productos en el rubro perfumería y cosmética desde el 2012 hasta la actualidad quizás podamos tomar conciencia y transformamos en compradores más responsables y que sepamos, por ejemplo, si realmente nos conviene el producto, si se adapta a nuestras necesidades o tipo de piel, cuáles son sus ingredientes o cuál es su impacto en el planeta. Hacer más y mejor con menos -cueste lo que cueste- para un impacto beneficioso en el bolsillo y en el medio ambiente.

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