A los 92 años, murió el coronel Desiderio Fernández Suárez
El fallecimiento, a los 92 años, del coronel Desiderio Fernández Suárez, retrotrae a la memoria la muerte de cinco personas, a las que fuerzas policiales dispararon por la espalda en un descampado de José León Suárez en la madrugada del 10 de junio de 1956, el día siguiente del levantamiento del general Juan José Valle, de filiación peronista, contra el gobierno de la Revolución Libertadora.
Fernández Suárez era el jefe de policía de la provincia de Buenos Aires, que personalmente detuvo a esas y otras personas desarmadas en una casa de Florida, antes de que el gobierno estableciera, a la 0.32, la ley marcial. Según el libro "Operación masacre", de Rodolfo Walsh, hacia las 5 de la mañana, Fernández Suárez, en La Plata, mientras subía la escalinata de la Casa de Gobierno de la provincia, con el interventor, general Emilio Bonnecarrere, dio la orden de viva voz: "¡A esos detenidos de San Martín, que los lleven a un descampado y los fusilen!"
¿Quién era Fernández Suárez? Había nacido en Villa Mercedes, San Luis, en 1908. Egresó del Colegio Militar en diciembre de 1930; tres meses antes había participado como cadete en el golpe que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen.
Junto con otros oficiales fue fundador del Regimiento de Infantería de Montaña 21, en Esquel, en 1938.
Cursó la Escuela Superior de Guerra. En 1945, siendo capitán, participó de una tumultuosa reunión en el Círculo Militar, presidida por el almirante Héctor Vernengo Lima, en la cual se exigió la detención del coronel Juan Domingo Perón, vicepresidente y hombre fuerte en el gobierno de Edelmiro Farrell, que poco después fue confinado en Martín García.
Fernández Suárez criticó con vehemencia a Perón, a quien había tenido como profesor en la Escuela de Guerra y en la de Alta Montaña y veía como un peligro para el país.
A causa de esos sucesos, en 1946, siendo mayor sufrió un arresto de seis meses y fue pasado a retiro obligatorio. Derrocado Perón por la Revolución Libertadora en 1955, Fernández Suárez fue reincorporado y se lo ascendió a teniente coronel. Tras un breve período como subjefe de la policía de la provincia de Buenos Aires, asumió la jefatura el 20 de diciembre de ese año.
Levantamiento de Valle
El 9 de junio de 1956 se produjo el levantamiento de Valle contra el gobierno de Pedro Eugenio Aramburu.
Esa noche fue detenido un grupo de personas y algunas de ellas ejecutadas en la localidad bonaerense de José León Suárez.
Estaban escuchando una pelea de boxeo, había militantes peronistas y otros vecinos; no podían ni imaginar la inminencia de una muerte por las armas. Hubiera sonado descabellado, a pesar de los dramáticos momentos que vivía el país.
En la misma madrugada, varios civiles vinculados activamente con el movimiento de Valle fueron fusilados por la policía en Lanús.
El 11 fue fusilado en La Plata el coronel Oscar Cogorno, jefe del levantamiento en esa ciudad. Y otros oficiales en Campo de Mayo, por decreto del Poder Ejecutivo, aunque un tribunal militar había resuelto no aplicar la pena de muerte. El 12, Valle se entregó y fue fusilado por orden del Gobierno, en la Penitenciaría Nacional.
En ese momento, quizá teniendo frescas las anteriores persecuciones políticas, que habían vivido como una dictadura, no hubo pronunciamientos contrarios a los fusilamientos -de civiles y de militares- de los partidos políticos actuantes, ni siquiera de la Unión Cívica Radical, cuyo Comité Nacional presidía Arturo Frondizi, que en 1958 llegaría a la presidencia con los votos del peronismo, sumados a los del radicalismo intransigente.
Azul y Blanco
En los días de esos infaustos sucesos apareció el semanario Azul y Blanco, desde el cual el dirigente nacionalista Marcelo Sánchez Sorondo, que no era peronista, criticó duramente los fusilamientos, a pesar de haberse impuesto la ley marcial.
En 1957, Sánchez Sorondo se animó a publicar en el libro "Operación masacre", las notas de investigación que el periodista Rodolfo Walsh había ido publicando, sin nombre, en la publicación Revolución Nacional, del abogado Luis Cerruti Costa, nacionalista. Con Walsh colaboró intensamente una joven periodista, Enriqueta Muñiz.
El libro -que inicialmente fue acogido en silencio- resultó precursor en el género de tratar literariamente un asunto periodístico, no de ficción.
Walsh señala que el comisario inspector Rodolfo Rodríguez Moreno, que debió cumplir las órdenes en José León Suárez, indicó que era "misión terriblemente ingrata" para él, pues "salía de todas las funciones específicas de la policía".
Y fue cumplida con cierto descuido deliberado; es así que algunos se salvaron, como Julio Troxler, que años después sería subjefe de policía en la misma provincia de Buenos Aires en el gobierno de Oscar Bidegain y moriría asesinado en 1974, y Juan Carlos Livraga, que iniciaría un juicio a quienes lo detuvieron y quisieron matarlo, sin ningún efecto conducente.
El coronel Fernández Suárez pidió un sumario al Ministerio de Guerra, que lo absolvió de responsabilidad en el grave episodio. Ocurrió ello en 1958, ya elegido Frondizi, época en que pasó a retiro obligatorio.
En 1962, fue detenido con otras personas, durante el gobierno de José María Guido, ocasión en la que alegó su "larga lucha en defensa de la Constitución y del orden jurídico".
Una carta a Mor Roig
En 1965, en una carta al presidente de la Cámara de Diputados, el radical Arturo Mor Roig, Fernández Suárez sostuvo que era inexacto que "él hubiera ordenado los fusilamientos". Según él, fueron "el resultado de un decreto del Poder Ejecutivo, transmitido a la Jefatura de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, y desde allí retransmitido a la Unidad Regional San Martín". Otras fuentes indican que Aramburu, que se hallaba fuera de Buenos Aires, sólo convalidó a posteriori lo ejecutado.
En 1971, el Comando en Jefe del Ejército, en un comunicado, dijo que el oficial "se limitó a cumplir órdenes impartidas por el entonces Superior Gobierno de la Nación".
En ese año comenzó a filmarse clandestinamente una versión fílmica de "Operación masacre", concluida al año siguiente, y difundida con entusiasmo en grupos juveniles que desde una óptica distinta -con acentos de izquierda revolucionaria- reivindicaban al peronismo.
El sepelio de Fernández Suárez se realizó el martes en el cementerio de la Chacarita. Un familiar comentó que no estaba arrepentido, que pensaba haber obrado bien.
Por los graves hechos que lo tuvieron como protagonista no debió responder a la justicia de los hombres.
Le tocó actuar en un tiempo de odios que separaron por un abismo a los argentinos. Con delaciones, torturas y quemas de iglesias en los meses previos al derrocamiento de Perón y episodios como aquellos otros de los que fue actor, en papeles decisivos de la historia política argentina.
Evocación de 1956
- En un acto en el que hablaron Mario O´Donnell e Inés Pérez Suárez se presentó esta semana un libro de Héctor Brión, descendiente de uno de los muertos en 1956 en José León Suárez, Mario Brión, oficinista, casado, que encontró la muerte a los 33 años. Se titula "El presidente duerme". En realidad, ha tomado el título de un poema escrito en junio de 1956 por el periodista José Gobello, que había sido diputado nacional y estaba entonces preso en la cárcel de Caseros. Aludía a la infructuosa gestión que intentó una noche la esposa de uno de los fusilados. Decía: "La luna se ha escondido de frío o de vergüenza,/ya sobre los gatillos los dedos se estremecen/una esperanza absurda se aferra a los teléfonos/y el presidente duerme".