Marihuana: alguien debe delimitar el uso personal
Una de las primeras directivas que dio el presidente Alberto Fernández a sus ministras de Seguridad, Sabina Frederic, y de Justicia, Marcela Losardo, fue que encarasen un trabajo conjunto para dar marco legal a la tenencia de marihuana. Esas funcionarias ya conversaron sobre el tema, pero aún quedará un camino importante por recorrer antes de que esa iniciativa pueda llevarse al Congreso para modificar la ley 23.737, la norma que sustenta la lucha contra el narcotráfico desde 1989. Por lo pronto, en ese equipo de trabajo de ambos ministerios se sumarán el Ministerio de Salud, la Sedronar -hoy bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete y a cargo de Gabriela Torres, recientemente puesta en funciones- y técnicos del Conicet. Los debates en esa mesa no será rápidos, según estiman quienes tendrán una silla en cada reunión.
La idea apunta a permitir el cultivo legal de marihuana. El Gobierno piensa en la experiencia uruguaya.
No está en los planes del Gobierno avanzar sobre la legalización de otras sustancias psicoactivas de venta hoy prohibida. "La Argentina no está preparada, sería terrible", explicó un funcionario que está al tanto del debate interno entre ministerios. En esa grieta se metió el ministro de Seguridad bonaerense con su idea de legalizar todas las drogas. Se duda de que Berni apoye su propia propuesta, lanzada más para señalar que la legalización de la marihuana no modificará ninguna situación de seguridad.
Aquellos que impulsan desde hace muchos años esa alternativa de un comercio legal de cannabis se encuentran ahora en una posición de ventaja en el discurso internacional: los Estados Unidos silenciaron su voz de protesta por la inestabilidad de su patio trasero: Illinois se transformó en enero pasado en el undécimo estado en aprobar el uso recreativo de la marihuana. Y su vecino y socio Canadá levantó la prohibición en todo su territorio. El narcotráfico no parece tomar nota de ese cambio, al apostar a las drogas sintéticas como reemplazo de la cocaína. Ni siquiera compiten con las empresas de cannabis. El negocio ilegal parece no haberse afectado allí.
En nuestro país, la situación puede ser diferente. El mercado de la marihuana aquí representa un importante porcentaje de la ganancia de las bandas de narcomenudeo que comercializan todas clase de sustancias prohibidas. Legalizar ese producto y su cadena de producción y expendio sería un desafío muy superior al que podría encontrarse en la liberal y desarrollada Canadá. Por eso, una alternativa que se analiza es reducir la apertura al autocultivo de cannabis. Claro que muchos balcones de departamentos se necesitarían para compensar las 500 toneladas de marihuana que circulan cada año por la Argentina, según cifras oficiales.
Otra de las propuestas que empezaron a surgir en los despachos oficiales en las últimas tres semanas señala la posibilidad de fijar la cantidad de drogas que se puede considerar dosis para consumo personal y, en consecuencia, alcanzada por el fallo de la Corte Suprema de 2009, que marca la inconstitucionalidad de penar la tenencia de drogas para consumo y objeta concretamente artículos de la ley 23.737. En los argumentos de esa decisión del máximo tribunal apareció la necesidad de reformar la norma antidrogas. Nadie lo hizo y el resultado fue terrible.
Por un lado, el fallo Arriola deja abierta la posibilidad de que los jueces descarten causas por considerar las sustancias incautadas suficientes solo para el consumo personal, pero no hay reglamentación que determine esa cantidad de drogas. Un magistrado puede liberar a alguien con un kilo de marihuana prensada -no lista para la venta- y otro tiene la posibilidad de firmar la condena de un detenido con diez gramos de cannabis. Ese desorden debe resolverse. Se evitaría la liberación de vendedores minoristas de drogas.
De todas maneras, en el Ministerio de Seguridad siguen hoy con mayor atención los efectos provocados por otra sustancia psicoactiva: el alcohol. En la costa quedó expuesto que el consumo abusivo puede derivar en violencia y muerte. Otros informes reservados son leídos en estos días por la ministra Frederic. Trabajos de campo señalaron que el alcohol estuvo presente en la mayoría de los casos de violencia grave -homicidios o lesiones- en asentamientos porteños y bonaerenses en los que están desplegadas las fuerzas federales.
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