Aviadores argentinos volaron en un Harrier
Hace poco más de 18 años la mención del Harrier se asociaba rápido con el conflicto en las islas Malvinas. Ese avión, que junto con su "primo" naval fue el soporte aéreo de los británicos en la guerra del Atlántico Sur, dejó de verse solamente como perseguidor de los pilotos argentinos. Dos oficiales de la Fuerza Aérea Argentina estuvieron recientemente en la base inglesa de Cottesmore y pudieron sentir los comandos del cazabombardero de la Royal Air Force (RAF).
Parte del intercambio entre las fuerzas, y enmarcados dentro del proceso de acercamiento general, el capitán Gabriel Paolini y el primer teniente Geselino Garbini estuvieron una semana en esa base aeronáutica, dotada de tres escuadrones de los modernos Harrier GR-7.
Fue el primer teniente Garbini quien hizo el primer vuelo argentino en un Harrier, aparato de particulares características por su posibilidad de despegue y aterrizaje vertical.
Piloto de Pucará, Garbini participó también de un momento especial para la base, pues su acompañante británico, el comandante de ala Hasley Stevenson, cumplió a su lado las 2500 horas de vuelo en Harrier, toda una celebración en la base.
Por eso se lo ve en la fotografía, en compañía de Stevenson y del capitán de grupo, David Walker, éstos con copas de champagne en la mano.
"Fue una experiencia muy buena. Recibimos un trato cordial y aprendimos mucho, especialmente por estar en una base con tecnología de primera generación", relató el capitán Paolini, desde Tandil.
Paolini hizo el trabajo en el simulador del Harrier -"en cuanto al uso de los instrumentos, es lo mismo que volar", comentó- y quedó sorprendido por la versatilidad del avión.
"Pude practicar el aterrizaje y el despegue vertical y, más allá de eso, la prestación del Harrier es francamente espectacular", explicó este miembro de la VI Brigada Aérea, piloto de Mirage V Finger.
Su ingreso en la escuela de aviación militar de la Fuerza Aérea Argentina en 1983 hizo que Paolini recibiese las enseñanzas de la guerra todavía fresca. Por eso, sin haber combatido en las islas Malvinas, conoció a los Harrier a través de la tradición oral.
La visita de estos pilotos argentinos a esa base británica tuvo como contrapartida la llegada a nuestro país de dos oficiales de la RAF.
Los pilotos británicos compartirán las vivencias con los argentinos en la base de Villa Reynolds, en San Luis, la más moderna de nuestro país.