Balance: Alberto Fernández regresó satisfecho de la gira, pero le preocupan las urgencias locales
El Presidente se llevó el respaldo de cinco jefes de Estado en la negociación con FMI y un guiño de la titular del Fondo; pese a la buena cosecha, en el Gobierno admitieron que el “éxito está directamente atado al ritmo de la vacunación y la evolución de la inflación”
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ROMA.- La urgencia por alcanzar acuerdos que le permitan a la Argentina esquivar por un tiempo el pago de las deudas contraídas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París hizo que Alberto Fernández se lanzara en una alocada carrera contra el tiempo que incluyó en seis días encuentros con cinco mandatarios y la jefa del Fondo, Kristalina Georgieva. El resultado fue el esperado, todos le hicieron el guiño que buscaba.
Pero en el actual contexto de crisis económica y con el lento avance de la vacunación contra el coronavirus, los éxitos de la gira, según admitieron en la comitiva que acompañó al Presidente, quedan en un segundo plano. “El éxito está directamente atado al ritmo de la llegada de vacunas y la evolución de la inflación de este mes”, reconoció un importante funcionario.
En abril el incremento de precios fue de 4,1 por ciento, lo que marcó un aumento de 17,6% en el primer cuatrimestre, dato que se coló en el viaje presidencial. Tanto es así que en la comitiva reconocieron que la meta del 29% es prácticamente incumplible. En este escenario, entienden cerca del Presidente, hablar del FMI o el Club de París está alejado de las necesidades de la gente. “Primero hay que superar esas cosas. Esa es la clave”, dijo un experimentado ministro.
En seis días, con una agenda de altísimo voltaje internacional, el Presidente cosechó respaldos de jugadores de peso mundial, como el papa Francisco; el presidente francés, Emmanuel Macron; la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva; y el primer ministro de Italia, Mario Draghi, en la búsqueda de soluciones para resolver el tema de la deuda. Pero la realidad y la expectativa avanzan por andariveles separados en la Argentina.
El Gobierno no cerró acuerdos, pero dio importantes pasos para alcanzar las facilidades que necesita. En medio de la crisis económica, esquivar los vencimientos de las deudas en dólares le dará aire al jefe del Estado. Macron, con quien Fernández construyó un vínculo especial, se comprometió a liderar la posición argentina ante los 20 acreedores que componen el Club de París.
La Argentina tiene que pagar 2400 millones de dólares a fin de mes, pero todo está listo para que el gobierno nacional consiga una prórroga hasta que finalice las conversaciones con Fondo. Eso podría suceder incluso después del vencimiento, ya que hay un período de gracia de 60 días más. Aunque la expectativa en la comitiva presidencial es sellar el acuerdo antes.
Para el jefe del Estado fue igual de relevante el encuentro con Georgieva. El “face to face”, como lo describió la número uno del Fondo, permitió significantes avances. Todo está dispuesto para que, mientras dure la pandemia, se suspenda el cobro de los sobrecargos, lo que representa unos 950 millones de dólares al año para la Argentina. En este punto, Draghi alentó a Fernández para que presente esto en la próxima reunión del G-20, que se realizará en julio en Venecia.
Respecto de la renegociación de los 44.000 millones de dólares que el FMI le prestó al gobierno de Mauricio Macri, el objetivo del ministro de Economía, Martín Guzmán, que tras el fuerte respaldo de Fernández quedó revalidado como principal articulador en materia económica después del affaire Basualdo, es alcanzar un stand-by o un plan de facilidades de pago –son las líneas que hoy tiene previstas el organismo multilateral de crédito– pero con una especie de cláusula que le permita a la Argentina que si aparece otra línea de crédito con mejores condiciones cambiar sin costos.
“Fue muy comprensiva”, dijo el Presidente sobre su encuentro con Georgieva. “Me voy de Europa muy, muy contento”, agregó Fernández. Pero los movimientos todavía serán lentos. Es que la reunión del consejo directivo del FMI está prevista para los primeros días de octubre.
Alberto Fernández tomó aire y distancia de las urgencias cotidianas. Lejos de Buenos Aires, el Presidente logró concentrar en seis días, cinco respaldos de peso para los objetivos que se planteó; todos gestos positivos, pequeños pasos que permiten afianzar la confianza.
“Fue muy productiva, que Europa nos esté apoyando en sobrecargos, que el G20 aborde el tema como nos ha propuesto Draghi, me parece que eso ya de por sí es mucho, que Macron atienda nuestras necesidades en el Club de París, que Antonio Costa nos esté acompañando, y Sánchez. Y la semana que viene me queda hablar con Merkel y ya el escenario europeo quedó cubierto”, resaltó el Presidente antes de salir de Italia.
Ya en suelo argentino, al Presidente se le presenta un desafío mayúsculo: trasladar el rol que mantuvo en Europa, donde logró fortalecer su figura con encuentros con actores de relevancia mundial. El interrogante que se plantea es si logrará desplegar su renovado liderazgo frente a los desafíos que le presentan desde el Frente de Todos. Por las dudas, desde su círculo más íntimo descartan cualquier iniciativa que lo enfrente a la vicepresidente Cristina Kirchner.
Si bien se molestó por algunas de las cosas que sucedieron en los últimos días, como la intervención televisiva de Carlos Zannini –que justificó el vacunatorio vip-, el gesto del PJ bonaerense en el tema tarifas y el proyecto de declaración que impulsó el Instituto Patria para destinar los fondos frescos que ingresarán entre julio y agosto del FMI a la pandemia. Fernández no cambiará su estilo. “Es el primer interesado en mantener la unidad y va a hacer todo lo necesario”, explicaron a su lado.
En la comitiva que lo acompañó cada uno tuvo un rol asignado. Si Albero Fernández fue el gran protagonista del viaje, Guzmán fue su segundo. El ministro tuvo una agenda paralela incesante y fue clave en los encuentros con Macron y Georgieva. El canciller Felipe Solá quedó alejado de las reuniones clave, con un lugar un poco deslucido.
El secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi, estuvieron a su lado durante toda la estadía, fueron las sombras de Fernández, como siempre. Alejada de los medios, la primera dama, Fabiola Yañez casi no tuvo actividad oficial.
La sorpresa de la gira fue Gustavo Beliz. El secretario de Asuntos Estratégicos, que se sumó directamente en esta ciudad, estuvo también muy activo en los encuentros con el FMI. El Presidente lo valora mucho. De bajísimo perfil, Beliz actuó como una especie de consigliere de Fernández en algunas reuniones. Según testigos, es el único que le marca los tiempos cuando ve que “su jefe” puede decir algo inconveniente, ahí aparece para susurrarle alguna palabra para alertarlo. A veces logra contenerlo.
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