Cesantearon a dos secretarios de un "juzgado paralelo"
La Corte verificó "gravísimas faltas" en varias causas que se habían iniciado contra la Anses
Un año y medio después de que estalló el escándalo, la Corte Suprema de Justicia ordenó la cesantía de los dos secretarios involucrados en el presunto armado de un "juzgado paralelo" en el fuero previsional para perjudicar en varios millones de pesos a la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses).
La cesantía recayó sobre los secretarios del Juzgado N° 3 del fuero, Emmanuel Catardo y Fernando Mora, quienes habían sido suspendidos en sus cargos de manera preventiva y hasta que se completara el sumario, que concluyó este martes, según consta en la resolución 50/11 cuya copia obtuvo LA NACION.
Firmada por cinco de los siete ministros -Carlos Fayt. Elena Highton de Nolasco, Enrique Petracchi, Juan Carlos Maqueda y Carmen Argibay-, la resolución expone a lo largo de 60 carillas las "gravísimas faltas" cometidas por ambos secretarios, alertadas por la Anses y abogados del fuero, y que LA NACION reveló a mediados de 2010.
El más complicado de los dos secretarios es Catardo, según surge del sumario. Hijo de un camarista laboral y de una jueza del propio fuero previsional, arrastra también una denuncia penal de la Anses por presunta estafa que recayó en manos del juez federal Sergio Torres.
Los auditores de la Corte avanzaron también sobre esa senda, marcada por su presunta connivencia con tres abogados del fuero -Alejandro González Rossi, José Hugo Ibarra y Guillermo Martino- y un interventor que él mismo designó y que a su vez compartía el domicilio con uno de esos letrados, amigo de Catardo.
La presunta estafa se replicó en más de una docena de expedientes, cada uno por más de un millón de pesos. Más aún, todos salieron en favor de esos abogados con una "llamativa celeridad", con honorarios mucho más altos de lo habitual, con procedimientos que no se aplicaron en el resto de los expedientes "y siempre en desmedro de la Anses", cuyos reclamos además desoyó.
La Corte también validó los testimonios de varios ex empleados, entre ellos el de la entonces prosecretaria del Juzgado, Alejandra Fernández Battolla, la primera que cuestionó a Catardo y al juez, Martín Maiztegui, quien luego se jubiló.
Fernández Battolla, según surge del sumario, "cuestionó a Catardo y a Maiztegui" sólo para retirarse "asustada" de la reunión "porque le dijeron que se «fuera a pensar a la plaza» y le dieron un muñequito de un dinosaurio". Antes de que llegara la validación de sus dichos por los auditores y la Corte, renunció a su cargo de prosecretaria.
Otros empleados complementaron su testimonio. Entre ellos, uno que relató cómo Catardo se retiraba al mediodía "los días en que los abogados mencionados debían cobrar cheques". O su "cambio de actitud desde el punto de vista económico" dado que empezó a comentar "que había comprado cosas".
La Corte concluyó, además, que Catardo no dio "la más mínima explicación" sobre su "favoritismo" para esos abogados, sobre sus otras conductas "inadmisibles" o sobre la "ostensible irregularidad" de los expedientes con "trato preferencial".
Maltrato a embarazadas
El otro secretario, Mora, también mostró un "trato preferencial", pero centrado en su propia esposa, la abogada litigante del fuero Mónica Bibbo, ante la cual incurrió en una "pérdida de imparcialidad". Entre otros motivos, al darle un casillero especial y un "trámite urgente" a sus escritos, al punto de mostrar "una actitud activa [...] en desmedro de sus deberes de funcionario".
En simultáneo, la Corte también consideró probado su "maltrato", los "gritos constantes, sus descalificaciones y humillaciones permanentes". En particular contra empleadas y, más aún, las embarazadas, a las que sometía a tareas que exigían "levantar peso".
Las "gravísimas faltas" de Mora, según concluyó el tribunal, justifican "la desconfianza de sus superiores [...] y lesionan la imagen de la Justicia, razón por la cual cabe disponer su cesantía".
Catardo corrió la misma suerte, pero antes intentó que la Cámara de Apelaciones del fuero aceptara su renuncia. Quedó supeditada a cómo cerrara este sumario. Así, el martes quedó rechazada, para evitar su salida honrosa del Poder Judicial, mientras que la Anses puja para que avance la investigación penal.
Pese al escándalo, sin embargo, Catardo y Mora figuran aún como postulantes en el concurso N° 253 del Consejo de la Magistratura para tres cargos para jueces en el fuero de la Seguridad Social del escándalo.
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