Con apoyo pero sin figuras del Gobierno, grupos kirchneristas reclamaron la renuncia de la Corte
El juez Juan Ramos Padilla y las actrices Luisa Kulliok y Cristina Banegas leyeron duros discursos contra los cuatro ministros; los llamaron “delincuentes” y “atorrantes”; no hubo funcionarios de primera líneas
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Colmada de bombos y banderas, con una notoria presencia de los sindicatos y distintos sectores del kirchnerismo, la plaza Lavalle se transformó esta tarde en la sede de un embate concreto contra el Poder Judicial: el pedido de renuncia de los cuatro jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que resolvieron no asistir al Palacio de Tribunales hoy y reprogramaron el habitual acuerdo de los martes para mañana.
Los protagonistas de la protesta fueron el juez penal porteño Juan María Ramos Padilla y el dirigente piquetero Luis D’Elía, aunque también participaron el exvicepresidente Amado Boudou, la directora de Asuntos Jurídicos del Senado Graciana Peñafort y los dirigentes de La Cámpora Mariano Recalde, senador nacional, y Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes.
La mayoría de los sindicalistas y exfuncionarios del kirchnerismo que enfrentaron acusaciones por corrupción o extorsión en la Justicia estuvieron presentes o representados en la manifestación contra los ministros de la Corte. Los acusaron de promover el “lawfare”. Sin matices, los llamaron “atorrantes” y “delincuentes”.
A las 16, dos horas antes de la hora prevista para el inicio del acto, empezó a ocupar la Plaza Lavalle la rama gremial de los organizadores de la movilización contra la Corte Suprema. La Uocra, Smata, ATE, la CTA y Camioneros fueron los primeros. Se ubicaron sobre Talcahuano, en la primera fila frente al Palacio de Tribunales. Y se plegaron a la protesta el gremio La Bancaria, una columna del SOMU y el Suteba, entre otros.
“Le pedimos a la agrupación del Pata Medina que por favor corran la bandera. Sean solidarios”, les rogaban desde el escenario a los laderos del extitular de la Uocra platense, que resultaron en una de las facciones con mayor presencia en la Plaza Lavalle, unidos por el reclamo “Libertad para el Pata Medina”, el gremialista que cumple arresto domiciliario y se dice víctima del lawfare.
Los afiliados de la Uocra que responden a Medina se concentraron desde temprano con banderas e imágenes del Pata. Con el pasar de las horas, intensificaron el reclamo, a punto tal que terminaron gritándole a la prensa y a los dirigentes que se reunieron en la carpa cercana al escenario y les hacía imposible escucharse.
“Yo les pregunto qué les pasa a los jueces que van a comer con los empresarios a restaurantes más caros: ¿Cuándo van a comer con el pueblo? ¿Cuándo van a comer con Milagro Sala? ¿Cuándo van a comer con los combatientes de Malvinas?”, dijo Ramos Padilla, quien dio un discurso desde el camión que funcionó como escenario. Inmediatamente se refirió a los cortesanos, a los que criticó, entre otras cosas, por tratar con celeridad el caso Bruglia - Bertuzzi (a los que llamó “jueces de la mafia”), y por “clavar un 280″ a los casos en los que hay exmilitares implicados por delitos de lesa humanidad. “No puede ser que haya delincuentes con toga”, dijo Ramos Padilla, mientras la militancia gritaba: “¡Que se vayan! ¡Que se vayan!”.
“¡Devuelvan el SOMU, devuelvan el SOMU!”, gritaba un sector que acompañaba a Omar “el Caballo” Suárez, el sindicalista que enfrentó severas acusaciones en la Justicia durante los últimos años, mientras este se acercaba al escenario desde donde los oradores vociferaron las críticas al Poder Judicial.
En el corralito que separaba a los dirigentes de la prensa y de la militancia estuvieron Nora Cortiñas, que acudió en representación de las organizaciones de Derechos Humanos, el titular de la CTA y diputado nacional Hugo Yasky y Gonzalo “Patón” Basile, boxeador y custodio de los Moyano en Camioneros, entre otros.
Peñafort, a quien la militancia recibió como a una rockstar de la lucha “antilawfare”, también se ubicó en ese sector, y, en un tono más medido del que primaba, dijo a LA NACION: “Evidentemente hay mucha gente que quiere un cambio en el Poder Judicial”.
Desde el escenario hablaron también las actrices Cristina Banegas y Luisa Kuliok, elegidas para leer el documento consensuado por las organizaciones que promovieron el acto contra el alto tribunal. “Exigimos que esta Corte se vaya”, dijo Kuliok en un encendido discurso desde el acoplado que funcionó como escenario.
En las horas previas, el acto había sido apoyado por altos funcionarios del Gobierno y el propio Alberto Fernández había dicho que “la ciudadanía” tenía derecho a manifestarse contra el Poder Judicial. Pero ningún funcionario de primera línea se dejó ver en la plaza.
El día elegido para la marcha contra los jueces de la Corte Suprema fue el primero de actividad judicial del año, después del receso por la feria de enero. Los cuatro ministros del tribunal tenían previsto reunirse hoy, pero finalmente, por un problema de agenda de uno de ellos, pospusieron el encuentro para mañana.
Juran que nada tuvo que ver la marcha. “Es una muestra de impotencia”, se sonreían esta mañana en el despacho de uno de los ministros, donde destacaban que el Gobierno no tiene siquiera los votos en el Congreso para pensar en nombrar un nuevo juez y por eso no envió una candidata en reemplazo de Elena Highton, que renunció en octubre pasado.
Al momento del acto no había jueces de la Corte en el Palacio de Tribunales.
Procesados y condenados
De saco azul, remera y gorro, sorprendió en la Plaza Lavalle Omar “Caballo” Suárez, extitular del Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU), que espera un veredicto de la Justicia acusado de asociación ilícita, entorpecimiento de vías navegables y coacción para tomar parte en huelga.
Se lo veía optimista. Por lo pronto, ya consiguió que el Tribunal Oral Federal 4 por mayoría le quitara una tobillera electrónica con la que se lo vigilaba mientras está fuera de la cárcel. Suárez vive en Monte Caseros, Corrientes, pero viajó para denunciar el avance del “lawfare”.
Estuvieron también la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y Boudou, que no consiguió que el máximo tribunal hiciera lugar a sus planteos en la causa Ciccone y es un asiduo denunciante del “lawfare”. El exvicepresidente se ubicó en un lugar central, en medio del escenario, junto a D’Elía, quien desde muy temprano dejó en claro cuál era el reclamo: “Que la Corte renuncie”.
En medio de su diatriba contra los cortesanos, al ser consultado sobre de la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque oficialista en la Cámara de Diputados, Luis D’Elía confundió el nombre del titular del PJ bonaerense con el de peor rival: Mauricio Macri. “Yo lo invito a Macri que es un gran pibe, un gran compañero, a que lo mire a Lula, la referencia continental más alta de los pueblos que luchamos”. Luego se corrigió: “A Máximo”.
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