Con Morales, una relación que tuvo mejores épocas
El gobernador y Sala se conocieron en los 90; antes de la enemistad compartieron protestas
"Está claro que el poder de Milagro Sala se desarrolló con el kirchnerismo, hasta convertirse en un gobierno paralelo, con la connivencia de [el ex gobernador Eduardo] Fellner y el PJ. Pero el surgimiento empezó cuando Gerardo Morales era secretario de Desarrollo Social [del gobierno de Fernando de la Rúa, en 2000]. Él fue quien empezó a ayudar especialmente a Milagro, por encima del resto de las organizaciones. Le dio planes, recursos y comida. Ahí empezó a crecer la Milagro."
Del otro lado de la línea, el que habla es "el Perro", Carlos Santillán, emblema de los movimientos piqueteros de los 90, en Jujuy y el país. De todas las fuentes consultadas para este nota, sobre la historia que compartieron el actual gobernador de Jujuy y la diputada del Parlasur antes de convertirse en enemigos, "el Perro" arrojó la hipótesis más arriesgada: Morales habría ayudado a crear a su propio demonio.
"Jujuy es chico, todos se conocen", fue la respuesta más repetida por el resto de los consultados, tanto de una orilla como de la otra, cuando intentaron contar que Sala y Morales, antes construirse el abismo que hoy los separa, no sólo coexistieron en la política local, sino que llegaron a convivir en más de una oportunidad en los últimos 25 años.
Los primeros contactos ocurrieron en los 90, cuando los gremios estatales protestaban contra las privatizaciones del menemismo. Sala era delegada de ATE, y crecía en el gremio bajo el ala de Fernando "Nando" Acosta. Por comunidad de intereses, los radicales y los primeros piqueteros confluían en esas marchas.
Allí se conocieron Morales y Sala, que desilusionada del peronismo menemista y, vía ATE, militó durante meses en la Organización de Trabajadores Radicales (OTR) y asistía a las reuniones de los comités. Allí habría comenzado a forjar una amistad más estrecha con Walter Morales, hermano del gobernador y actual titular de Instituto de Vivienda provincial.
"Con Milagro nunca hubo amistad, pero sí una relación en buenos términos", reconoció el gobernador, en diálogo con LA NACION. "Nunca me gustó el estilo prebendario, pero durante años había buena relación, que se extendió a los primeros tiempos del kirchnerismo", completó.
La prueba más clara y difundida de ese vínculo es la foto que acompaña esta nota, de 2004, que muestra a Morales y a Sala sonrientes, en una de las dos fiestas más emblemáticas que organiza la Tupac, la del Día del Niño, cuando miles de chicos reciben juguetes, ropa y útiles escolares.
Cuando la Tupac no estaba tan identificada con el kirchnerismo, era común que políticos de todos los colores se acercaran con donaciones al festejo y salieran de allí con una foto y un puente tendido hacia los votantes de menos recursos.
Para entonces ya había roces, que comenzaron en 2003, cuando de la mano de los fondos crecientes del kirchnerismo, la Tupac empezaba a absorber dirigentes y punteros de la UCR y otros partidos. Pero la verdadera disputa se inició en 2007, cuando Morales pidió las primeras auditorías a la AGN sobre los fondos que recibía la organización.
El estallido llegó en octubre de 2009. Militantes de una agrupación aliada a la Tupac atacaron el panel que Morales había organizado con los auditores Leandro Despouy y Alejandro Nieva, en Jujuy. Acusada como autora intelectual de esa agresión, Sala espera el juicio, luego de aceptar los cargos y pedir una probation, que la Justicia denegó.
Los aliados de Sala ponen en duda las fechas de la pelea. Señalan que, en 2007, el propio Morales visitó el barrio más conocido de la Tupac, El Cantri de Alto Comedero, para pedirle a Sala que lo ayudara en su campaña a vicepresidente.
"Estaba admirado de las casas. «Negra, laburá conmigo», le pedía a Milagro, me acuerdo patente. Nosotros estábamos contentos que a un tipo con corbata le gustara esto", dice Patricia "Pachila" Cabana, dirigente de la Tupac. "Nunca quisimos trabajar para él y ahora somos todos narcos y mafiosos", masculla.
"Es mentira. Nunca entré al barrio hasta ganar la Gobernación y nunca le pedí nada a Sala", dice Morales. Sus aliados se contradicen en este punto, pero cierran filas en un mismo diagnóstico. "Milagro logró hacer lo que no hizo el PJ: viviendas, escuelas, centros de salud. Pero se terminó robando todo y gobernando la provincia", repiten.
Cerca de la dirigente social, en cambio, ponen el foco en la política. "Como estrategia electoral se decidió cargar todas las culpas, todos los demonios, sobre Milagro, para sacar lo peor de Jujuy: el racismo. Eso rinde en votos", señaló Raúl Noro, esposo de Sala. "La Tupac depende del Estado, pero Milagro no depende de ningún gobierno. Y eso, para los políticos, es peligrosísimo. Por eso la convirtieron en el chivo expiatorio", completó "Nando" Acosta.
Para Morales y la UCR jujeña, la verdad se irá develando ahora que el kirchnerismo no está en el poder. Esperan más evidencias contra Milagro. La historia de ambos, devenida en guerra, recién empieza.
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