Coronavirus: Axel Kicillof obtuvo el aval de los intendentes para endurecer las restricciones a la circulación
El gobernador de Buenos Aires se reunió con los jefes comunales para lograr consensos en mantener suspendidas las clases presenciales y sumar controles desde el sábado; cierre de comercios a las 18 y aperturas más tarde son algunas de las alternativas para ir a una fase uno ampliada.
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LA PLATA.- El gobernador Axel Kicillof se reunió hoy con los intendentes de la provincia para lograr consenso antes de endurecer restricciones para contener la situación epidemiológica por la pandemia de coronavirus.
Kicillof explicó el escenario para que los alcaldes no se enteren por los medios de las decisiones de gobierno que regirán desde el sábado próximo. Su ministro de Salud, Daniel Gollán, había deslizado anoche que las clases presenciales seguirán suspendidas en los 40 distritos del Gran Buenos Aires. Hoy Kicillof admitió que espera restricciones aún más fuertes.
“Durante los últimos días hemos mantenido conversaciones con el gobierno nacional y con autoridades de la ciudad de Buenos Aires para seguir articulando medidas en la zona metropolitana. Nuestra vocación sigue siendo la misma: trabajar en conjunto y acatar las decisiones que tome el Presidente”, dijo el mandatario.
Kicillof consideró efectivas medidas la como suspensión de clases presenciales y las restricciones a la circulación desde las 20 en el AMBA. No lo dijo, pero su entorno admitió que se analiza ahora cerrar los comercios más temprano, a las 18, o disponer que abran más tarde, e imponer más controles en los traslados para disipar la circulación en hora pico. “Tenemos que seguir implementando acciones para bajar la curva de contagios”, anticipó el mandatario.
La mayoría de los alcaldes peronistas del Gran Buenos Aires están de acuerdo con mantener la suspensión de las clases presenciales. E incluso algunos piden ir mucho más lejos: Mario Secco, de Ensenada, por ejemplo. “Hay que cerrar todo a las cuatro de la tarde”, dijo a LA NACION. Una medida apenas más moderada ya propuso el intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo, que pidió un confinamiento total a partir de las 18.
“Estamos de acuerdo con que siga la virtualidad. Una cuarentena light no sirve”, dijo a LA NACION Gastón Granados, jefe de gabinete de Ezeiza. “Deberían sumar restricciones al transporte y a la circulación sin afectar a la industria con cierres sectorizados. Apoyaremos lo que decida el gobierno”, añadió.
En cambio, los intendentes de Juntos por el Cambio, que son minoría absoluta en el Gran Buenos Aires, esperan que la Justicia finalmente haga lugar a los amparos presentados por el regreso a las clases presenciales. Los recursos judiciales promovidos por los intendentes de San Isidro y Vicente López fueron desestimados esta semana por la Suprema Corte de la provincia por una cuestión de competencia. Y volvieron a tribunales inferiores.
“Nosotros tenemos amparos contra la suspensión de clases. Seguimos en esa disputa en el contencioso administrativo. No nos vamos a retirar”, dijo Gustavo Posse, intendente de San Isidro. “Pero, en disenso, acatamos la suspensión que todo indica va a seguir”, advirtió a LA NACION.
“Kicillof pidió bajar la circulación. No adelantó la nuevas restricciones”, agregó Posse. “Podría funcionar abrir más tarde para que no haya tanta circulación en horas pico”, completó.
“Kicillof dio su punto de vista: ir a una fase uno muy cerrada. Dijo que a la ciudad de Buenos Aires no la veía en esa postura. Y que va a esperar lo que defina el Presidente”, expresó a LA NACION Néstor Grindetti, de Lanús.
“Todos queremos salvar vidas”, advirtió Jorge Macri, de Vicente López, para plantear luego la importancia de mantener un equilibrio sosteniendo la educación presencial donde lo permitan las condiciones. A esa posición se sumó Diego Valenzuela, de Tres de Febrero, que agregó la necesidad de preservar la actividad económica. “Pedí que se tenga en cuenta el funcionamiento de los comercios de barrio, las pymes y la construcción, que no son un problema si se respetan los protocolos. Es importante que se haga un esfuerzo para encontrar ese equilibrio en las medidas que se tomen”, señaló Valenzuela a LA NACION. “Finalmente, pudimos participar y ser escuchados”, valoró.
Los alcaldes opositores aún presionan con recursos judiciales o administrativos -en sintonía con el jefe de la Ciudad Autónoma- para tener a los chicos en las aulas. En especial a los del nivel inicial y a los que cambian de ciclo. En las próximas horas se sumará un nuevo recurso de amparo promovido en la provincia por la agrupación Padres Organizados.
Los intendentes peronistas entienden, en sintonía con el gobierno, que la prioridad es reducir la circulación en las calles, sin afectar la producción industrial y el empleo.
En lo que va de la pandemia ya fallecieron 32.000 personas en este territorio. El promedio de casos diarios llegó a inicios de la semana a 11.746. La cifra se desaceleró -hubo picos de 14.000 contagios diarios una semana atrás- pero el promedio es muy similar al de la semana anterior.
La estabilización aún en una meseta alta es una buena noticia, resultado de las medidas tomadas el 19 de abril con plazo a pasado mañana. Pero a este nivel no se puede evitar el colapso, aseguran cerca de Kicillof.
“Colapso”
En las últimas horas el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, presentó un video del sistema integrado de emergencias sanitarias con testimonios desgarradores. Allí, uno de los jefes del servicio, Darío Aizenscher, expresa: “Tratamos de aliviar los lugares que se van colapsando. Para mí, el concepto de colapso es cuando se ocupa el último respirador del hospital. Yo sé que a ese paciente lo tengo que sacar extremadamente urgente”. ¿Qué pasa sino lo sacas a este paciente? pregunta un entrevistador. “Lo saco”, responde Aizenscher.
Otra médica del sistema integrado de emergencias sanitarias se expresa con más dureza: “A veces, a pesar de hacer todo, los pacientes se mueren. Y eso nos deja un dolor tremendo. Nuestro objetivo es que la puedan superar. Tratamos de hacer todo y a veces no lo logramos”.
La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) advirtió esta semana por el nivel de ocupación de camas en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
De acuerdo a su último relevamiento, realizado en 54 Unidades de Terapia Intensiva, la ocupación alcanza al 96%, y más de la mitad de los hospitales y clínicas relevadas en el AMBA no dispone de camas libres.
El lunes el ministro Gollán admitió que en algunas regiones del área metropolitana “hay un 85% de ocupación”, y esta situación implica tener hospitales que por momentos llegan a estar al 100% de ocupación.
El estudio de la SATI destaca que el porcentaje de pacientes Covid aumentó respecto del porcentaje de pacientes internados por otras patologías si se compara con la misma muestra realizada una semana atrás.
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